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					La prueba de 101 kilómetros en 24 horas,  surge en el año 
					1995 como parte de los actos que conmemoraron el 75º 
					Aniversario de la Fundación de La Legión. El entonces 
					Coronel Jefe del Tercio “Alejandro Farnesio”, 4º de La 
					Legión, D. Enrique Gomáriz de Robles, decide organizar una 
					actividad cívico militar que permitiera acercar aún más La 
					Legión y sus legionarios a la población civil, a través de 
					una prueba deportiva de dureza extrema, donde la entrega y 
					camaradería entre civiles y militares fuera un valor 
					tangible.  
					 
					Esta dureza de la prueba se sustenta en el “Espíritu de 
					Sufrimiento y Dureza” (No se quejará de fatiga, ni de dolor, 
					ni de hambre, ni de sed, ni de sueño…) así como en el de 
					“Marcha” (Jamás un legionario dirá que está cansado hasta 
					caer reventado) característicos de La Legión. Su distancia y 
					duración recuerdan a la primera marcha forzada que realizó 
					La Legión (entonces Tercio de Extranjeros) cuando tuvo que 
					acudir al socorro de Melilla en el año 1921. 
					 
					El lema escogido “La Legión contra las Drogas”, que acompaña 
					a la prueba desde la cuarta edición, es muestra del esfuerzo 
					común de lucha contra esta lacra. 
					 
					Ese año 1995 se organiza la primera edición, en el mes de 
					diciembre, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada 
					Concepción, Patrona del Arma de Infantería con un recorrido 
					de 101 kilómetros, en un tiempo máximo de 24 horas, desde 
					Ronda hasta Marbella, alcanzando una participación de 400 
					marchadores, la mayoría militares y rondeños. A esa primera 
					modalidad se le fueron añadiendo, en siguientes ediciones, 
					más modalidades deportivas como Duatlón, Marcha por Equipos 
					y Bicicleta de Montaña. Es de destacar en las dos últimas 
					ediciones los “101km infantiles”, donde los niños realizan 
					una carrera de 3 kilómetros por dentro de Ronda, disfrutando 
					también del ambiente festivo de la prueba. 
					 
					Estas modalidades se han ido perfilando a lo largo de las 
					ediciones así como el regalo estrella de los que finalizan 
					la prueba, la “Sudadera de Finalista” y el famoso 
					“ladrillo”, como llaman los “cientouneros” a la medalla de 
					cerámica que se entrega a cada uno al cruzar la línea de 
					Meta. 
					 
					Este año 2011 se ha alcanzado la cifra record de 7000 
					participantes. Entre ellos unos cincuenta ceutís. 
					Precisamente uno de ellos ha protagonizado la anécdota, 
					gloriosa, de esta 14 edición. 
					 
					Nuestro héroe se encontraba prácticamente fuera de carrera, 
					al no poder terminar en menos de 24 hrs. Sus compañeros de 
					equipo, preocupados por su tardanza tras más de 12 horas de 
					marcha sin saber nada de él, le llaman al teléfono móvil. 
					Agotado y desorientado por el esfuerzo realizado, al coger 
					el móvil, se deslumbra y cae aparatosamente por el terraplén 
					que bordea el camino. Es ayudado por otros corredores, 
					observando que se ha fracturado la nariz y decide continuar 
					con el recorrido. 
					 
					La paliza es tremenda, extenuado, sangrando, al límite de 
					sus fuerzas prosigue su marcha. ¡Es un auténtico legionario! 
					 
					El “coche escoba” le alcanza, ya tiene que abandonar, son 
					las normas de la prueba, no va a entrar en tiempo. Se 
					resiste, muestra su firme decisión para continuar, le da 
					igual lo que tarde, sólo quiere completar el recorrido. La 
					organización insiste, debe retirarse, en su estado es 
					prácticamente imposible que pueda siquiera alcanzar la meta. 
					Se niega, él ha venido para terminar la prueba y lo hará! 
					Viendo su resuelta determinación y el espíritu 
					inquebrantable que le anima, varios legionarios deciden 
					acompañarle hasta el final pues él sólo no podría. 
					 
					Y lo consigue! Tras 23 horas y 52 minutos entra victorioso 
					en La Alameda de Ronda, cruzando la meta, absolutamente 
					extenuado, entre los aplausos del público. 
					 
					D. Luis Martin Armario gracias por tu ejemplo. ¡Así son los 
					101 kms de La Legión! 
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