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					Hace Más de diez años, los enfermos de Fibromialgia y 
					Síndrome de fatiga crónica alzamos una voz unánime bajo el 
					lema: “El dolor que más nos duelo es el de la 
					incomprensión”. 
					 
					Nos referíamos a la incomprensión familiar en algunos casos, 
					a la incomprensión profesional e institucional en muchos 
					otros, y a la incomprensión generalizada de la sociedad. 
					 
					Nos sentíamos incomprendidos, poco respetados y mal 
					atendidos. Nos sentíamos ciudadanos de segunda y bajo 
					sospecha sólo por el hecho de tener unas enfermedades que no 
					tiñen nuestra cara de ningún estigma visible ni las pruebas 
					diagnósticas de marcadores evidentes de enfermedad. 
					 
					De unas enfermedades que, por su carácter doloroso e 
					incapacitante, ocasionan una gran pérdida de la calidad de 
					vida y causan un importante impacto personal, familiar, 
					económico, laboral y social en el enfermo y su entorno. 
					 
					Y empezamos a organizarnos dentro de la legítima acción de 
					la sociedad civil en defensa de nuestros derechos y 
					reivindicando nuestra dignidad personal y nuestro derecho de 
					acceso a la sanidad pública en un plano de igualdad en 
					cuanto a la atención y a la calidad. 
					 
					Más adelante acuñamos otro lema o principio universal: “la 
					enfermedad no tiene nacionalidad”, indispensable para 
					eliminar diferencias entre Comunidades Autónomas, apelando a 
					los gobiernos autonómicos, y al Consejo Interterritorial 
					estatal como garantes de ello. 
					 
					A lo largo de estos años, las asociaciones y federaciones de 
					Fibromialgia y Síndrome de fatiga crónica nos han acompañado 
					con ilusión, voluntad, seriedad, espíritu de servicio y 
					tesón en el objetivo común y único de conseguir la 
					NORMALIZACIÓN de estas enfermedades en el Sistema Público 
					Sanitario y Social. 
					 
					Con la reivindicación de nuestros derechos, ejerciendo de 
					forma ejemplar su responsabilidad social, ofreciendo 
					colaboración a profesionales y administraciones, apoyando la 
					investigación y formándose continuamente para realizar mejor 
					su trabajo de apoyo a los enfermos y sus familias 
					 
					Sin acciones violentas ni exigencias inasumibles. 
					Acogiéndose a los derechos de universalidad en la atención, 
					igualdad en el acceso y en la calidad y prioridad en la 
					investigación. 
					 
					Apelando al reconocimiento médico, científico y social de 
					estas enfermedades, pero, también, reclamando fórmulas de 
					acceso a un trabajo digno y compatible con las 
					características y grados de afectación de las enfermedades. 
					Y justas prestaciones de invalidez cuando se precise. 
					 
					Esta historia común a lo largo de estos años nos legitima a 
					participar, como ciudadanos y como asociaciones y 
					federaciones de enfermos, en la planificación de las 
					políticas sanitarias y sociales, dando pleno significado al 
					concepto de CORRESPONSABILIDAD en la salvaguarda de nuestra 
					salud y de la mejora de nuestra calidad de vida. 
					 
					Entre los años 2005 y 2010, en las jornadas de formación 
					Codo con Codo, la mayoría de asociaciones y federaciones de 
					Fibromialgia y Síndrome de Fatiga crónica de toda España han 
					ido consolidando los puntos programáticos básicos e 
					irrenunciables de nuestras garantías como enfermos, y que 
					creemos pude ser nuestra aportación a dicha 
					corresponsabilidad. 
					 
					Estos 5 puntos o garantías son: 
					 
					Garantizar el ACCESO UNIVERSAL al Sistema Público Sanitario 
					y Social de los pacientes de Fibromialgia y Síndrome de 
					Fatiga Crónica, así como la CALIDAD y la EQUIDAD del sistema 
					en todas las Comunidades Autónomas, mediante protocolos 
					únicos de diagnóstico, tratamiento y prevención, criterios 
					de evaluación de minusvalías e invalideces, medidas de 
					inserción laboral y derechos a prestaciones sociales si 
					corresponde. 
					 
					Garantizar el principio de CORRESPONSABILIDAD en la 
					planificación de las políticas sanitarias y sociales y los 
					Planes Directores de aplicación. 
					 
					Garantizar la REPRESENTATIBIDAD de las asociaciones y 
					federaciones de afectados y EL RECONOCIMIENTO de su labor 
					social. 
					 
					Garantizar el RESPETO hacia NOSOTROS, los pacientes, 
					nuestras familias y los profesionales que trabajan y se 
					forman para ofrecernos una mejor atención. 
					 
					En este año 2011, con nuestras familias, asociaciones y 
					federaciones, queremos reconocer los logros conseguidos en 
					estos años y denunciar las desigualdades e injusticias que 
					perduran, nos solidarizamos con todos los enfermos en esta 
					época de crisis que amenaza los pilares del Estado del 
					Bienestar, y reclamamos una Sanidad justa y equitativa para 
					todos para evitar la obscenidad que representaría crear o 
					mantener situaciones de exclusión en un momento en que la 
					persona es más vulnerable: cuando pierde la salud. 
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