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					El artista almeriense Juan Morante desembarcó ayer en Ceuta 
					para llenar de ‘Espacios animados’ cada rincón del Museo de 
					las Murallas Reales con una muestra que podrá ser visitada 
					hasta el próximo día 3 de julio y que cuenta con un total de 
					115 obras pictóricas de gran, medio y pequeño formato y una 
					serie de ‘instalaciones’ en base al reciclado de tubos de 
					cartón pintados con cinta autoadhesiva monocromática. 
					A las 20.00 horas de ayer era inaugurada la muestra 
					pictórica ‘Espacios animados’ del artista almeriense Juan 
					Morante. A la inauguración asistieron numerosos ceutíes que 
					sintieron la curiosidad de conocer el arte de Morante. 
					 
					El núcleo principal de esta exposición inaugurada ayer y que 
					podrá ser visitada hasta el próximo día 3 de julio, lo 
					constituye “su posicionamiento crítico contra la pérdida de 
					identidad, sublimado en la imagen transformada del perfil 
					arquitectónico de su ciudad, Almería, si bien podría 
					postularse como rebelión contra una situación que trasciende 
					lo local”. Esta muestra la componen un total de 115 obras 
					pictóricas de gran, medio y pequeño formato y una serie de 
					‘instalaciones’ en base al reciclado de tubos de cartón 
					pintados con cinta autoadhesiva monocromática, transformando 
					un soporte en apariencia pictórico, en objeto tridimensional 
					y en materia prima para la construcción instalativa. 
					 
					Como se puede apreciar en cada una de las obras expuestas, 
					Morante deja sin duda una intensa marca de su carácter, de 
					su espíritu inquieto y su constancia en todo lo que hace. 
					Juan Morante aplica en su totalidad el concepto de Malevich 
					de que “la luz no parece ser el objetivo principal, sino un 
					medio técnico que sirve para revelar lo conocido de la 
					profundidad de las tinieblas”. Y de esa profundidad nacen 
					obras fragmentadas en diferentes niveles, desde ciudades 
					concebidas como utópicamente realizables, en las que la 
					inevitable experiencia arquitectónica, y sobre todo la 
					influencia de la arquitectura neoplástica aportan a los 
					visitantes resultados visibles, hasta fracciones de 
					edificios abiertos para ser vividos como espacios animados. 
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