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					Resulta ciertamente incompleto analizar la campaña para las 
					elecciones del ya cada vez más próximo 22 de mayo desde un 
					único punto de vista, sea el local o autonómico, sea el 
					nacional. Porque, aunque se trata de unas elecciones 
					municipales y autonómicas, las dramáticas circunstancias que 
					atraviesa España hacen inevitable que los votantes las 
					tengan en cuenta a la hora de emitir su voto. Y a esa 
					panorámica general no puede ser ajena Ceuta, donde el 
					sentimiento de unión con el resto de la nación es tan fuerte 
					y sincero. 
					 
					Desde un punto de vista local, los ceutíes deberán decidir 
					si prestan su conformidad a la gestión de Juan Vivas y el 
					Partido Popular y, en consecuencia, le vuelven a otorgar su 
					confianza para seguir al frente de la Ciudad Autónoma 
					durante los próximos cuatro años. No parece que se falte a 
					la verdad si se afirma que el gobierno popular del 
					presidente Vivas ha logrado, a lo largo de sus diez años de 
					trayectoria, una identificación con el sentir mayoritario de 
					los ceutíes, pues de otra manera no podrían explicarse las 
					holgadas mayorías que ha obtenido por dos veces 
					consecutivas, en 2003 y 2007.  
					 
					¿Y cuál ha sido la clave? Aunque el breve espacio de un 
					artículo de opinión no permite un análisis exhaustivo, 
					pueden apuntarse tres razones: una, el esfuerzo por mejorar 
					los servicios básicos que los ciudadanos esperan de una 
					administración local: agua, limpieza, alumbrado, 
					conservación y mantenimiento de lugares públicos; dos, la 
					articulación de un plan de inversiones sistemático, 
					coherente, y en permanente proceso de revisión, evaluación y 
					adaptación, que ha logrado cambiar la imagen de la ciudad 
					ante los ojos de vecinos y visitantes, tanto en el centro 
					como en las barriadas; y tres, la transformación de los 
					servicios sociales de la ciudad en un instrumento eficaz en 
					la búsqueda de la solidaridad y la cohesión social. 
					 
					Frente a los hechos del Partido Popular, nos encontramos en 
					la oferta electoral con otras propuestas, en unos casos 
					basadas en el victimismo y el resentimiento, y en otros en 
					trasladar a nuestra ciudad la improvisación, la frivolidad y 
					la incompetencia ya conocidas a nivel nacional. 
					Sinceramente, dado que, aunque es bastante lo conseguido, 
					aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos antes 
					señalados, sería deseable que los ceutíes optaran por la 
					continuidad de las políticas y los equipos que han ofrecido 
					resultados evidentes y contrastables a lo largo de los 
					últimos diez años. 
					 
					Y desde el punto de vista nacional, también los hechos 
					hablan por sí mismos; el presidente Zapatero recibió en 2004 
					un país próspero, que había sorprendido a Europa y al mundo 
					en los ocho años anteriores por su capacidad de generar 
					riqueza y empleo, y que estaba de nuevo entre las grandes 
					sociedades occidentales, y va a dejar un país arruinado, con 
					cinco millones de parados, dividido por inútiles 
					enfrentamientos alentados desde el gobierno, que necesita 
					urgentemente recuperar la confianza en sí mismo. Pero esto 
					no sucederá hasta que los responsables de esa situación, 
					Zapatero y el partidosocialista, abandonen el gobierno. 
					 
					Y precisamente por eso, las elecciones del próximo domingo 
					deben también suponer un claro mensaje al gobierno 
					socialista: hay que convocar elecciones generales cuanto 
					antes, para que de la mismas pueda salir, sin más pérdidas 
					de tiempo ni más mentiras, un gobierno fuerte, que genere 
					confianza, a los españoles en sus propias posibilidades, y 
					al resto del mundo en la capacidad de nuestro país para 
					superar la lamentable situación a que nos han conducido las 
					políticas de Zapatero. 
					 
					Por todo ello, desde el Partido Popular pedimos a los 
					ceutíes su voto, por un lado, para dar continuidad al 
					proyecto de transformación de Ceuta que Juan Vivas está 
					gestionando con éxito desde hace diez años; y, por otro, 
					para lanzar un mensaje de cambio al gobierno socialista de 
					Zapatero. España necesita recuperar la confianza, y esa 
					recuperación vendrá de la mano de un nuevo gobierno del 
					Partido Popular, con Mariano Rajoy al frente. 
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