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                     Y el domingo a votar, Así de fácil 
					ahora, pero hasta este instante no ha sido todo de color de 
					rosa. 
					 
					La campaña, a nivel nacional, ha sido muy dura, con palabras 
					muy fuertes y con fuego cruzado, aunque fuera sin venir a 
					cuento, entre el PP que se perfila como ganador claro y el 
					PSOE que puede recoger, a nivel nacional, repito, unos 
					resultados fatales, posiblemente los peores desde las 
					primeras elecciones. 
					 
					Con todo, yo me voy a centrar en Ceuta y aquí el problema no 
					ha sido más suave que en cualquier otra parte pero las 
					“agarradas”, de verdad, no han sido PP-PSOE, que han 
					mantenido sus diferencias, pero de forma correcta y educada. 
					 
					En Ceuta, toda la diatriba ha estado entre el PP y el grupo 
					Caballas, ese engendro que quiere ser de izquierdas, pero 
					con la componente más fuerte del grupo que, nada tiene que 
					ver con la izquierda de Aróstegui. 
					 
					Lo de Caballas se veía venir y lo único lamentable que hay 
					aquí es que un grupo que se había consolidado que podía 
					abrirse a todos los sectores y que, desde su salida, siempre 
					fue bien recibido, UDCE haya tenido el mal gusto de aliarse 
					con la persona más indeseable, políticamente hablando, de 
					Ceuta, me refiero a Aróstegui. 
					 
					Este personaje, desde las elecciones de 1991, no había 
					vuelto a estar en el Ayuntamiento y, a pesar de su 
					izquierdismo trasnochado, hubiera sido capaz de aliarse con 
					Blas Piñar, con tal de poder entrar, a fastidiar, en el 
					Ayuntamiento. 
					 
					Aquí en Ceuta, como en mi pueblo, con la mayoría de edad, 
					cada uno sabe muy bien lo que tiene que hacer y a quien 
					tiene que votar. 
					 
					Por eso, hacer recomendaciones sobre voto es poco potable, 
					pero aún así, especialmente a los que esperan al último 
					minuto para decidirse por una opción o por otra yo les diría 
					que voten a cualquiera, a quien mejor les plazca en aquel 
					momento, pero que, por favor, si quieren que Ceuta siga 
					siendo seria, que no voten a Aróstegui. 
					 
					Y hago esta llamada porque votar a UPyD puede aportar cosas 
					serias y positivas, votar IU lleva, en sí mismo, coherencia 
					e ideas claras, votar PSOE, aquí, es votar juventud e 
					ilusiones, votar PP es votar lo ya conocido y que no le ha 
					ido mal a la ciudad. Con todos ellos, salgan concejales del 
					grupo que salgan habrá respeto a las instituciones y a todos 
					los demás, sin embargo, votar Caballas, especialmente si 
					entra Aróstegui es votar desorden, desconcierto, 
					incongruencia e inestabilidad para la ciudad, por lo que yo 
					pediría que no se vote a Caballas, para saber donde estamos, 
					porque el sindicalista en la Corporación Municipal se puede 
					esperar de todo, menos una labor de orden y de concierto. 
					 
					Estamos en el final, hoy a las once y media de la noche, en 
					los últimos mítines, con sus charangas y con todo lo demás, 
					será la despedida, por unos meses, y serán las últimas 
					peticiones de voto por cada uno de los grupos que concurren. 
					 
					Las promesas, por parte de todos, han sido casi 
					interminables. Las posibilidades de realizar lo prometido 
					son escasas, pero ahí están muchos, en la línea de salida, 
					con un objetivo claro: ocupar un escaño. Eso es lo primero 
					que hace cada uno, lo que ya veremos si va a poder hacer, el 
					que gane, todo lo que, en serio, han venido pregonando que 
					haría. 
					 
					Ceuta, como cualquier ciudad de su corte, tiene muchas cosas 
					hechas, pero le faltan más de otras tantas y ya veremos, sin 
					padrinos en las alturas, si eso prometido se llega a 
					cumplir. 
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