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                     Y de descanso, tras dos largas 
					semanas haciendo kilómetros, recorriendo barriadas, 
					visitando y a veces llenando polideportivos y todo para 
					mostrar sus cualidades o para negar las ajenas. 
					 
					Hoy no hay nada de eso, hay reflexión, descanso, revisión de 
					papeletas, para mañana dar el tirón fuerte, aunque sólo dure 
					los dos minutos que se va a tardar en guardar cola e 
					introducir la papeleta correspondiente en la urna. 
					 
					Hoy es día de recogida, los vehículos que tanto nos han 
					“molestado”, a veces, con sus altavoces, vuelven a su sitio. 
					Los carteles rotos, algunos de ellos, son recogidos y tan 
					sólo quedan aquellos otros que se salvaron del “tirón” o de 
					las lluvias. 
					 
					Nada es ni parecido con los días anteriores, como si fuera 
					el paso ese que va a dar el cambio, en muchos ayuntamientos, 
					de lo que será el lunes a lo que eran el viernes. 
					 
					He seguido la campaña, a diario, he visto o incluso he 
					participado con mis opiniones en más de un caso, pero hoy ya 
					no voy a opinar, primero porque la ley me lo impide y en 
					segundo lugar, porque todo lo que tenía que decir lo dije 
					ya, en tiempo y forma, algo que ya hoy no corresponde. 
					 
					Más de uno, habrá soñado con la pega de carteles, a otros 
					los hemos visto “colgados” de las farolas, y otros ni 
					siquiera han querido llegara a tanto, se han dado 
					circunstancias para todos los gustos, eso es cierto, pero 
					eso ya es historia, y lo de hoy en nada se parece a lo de 
					ayer, como lo de mañana no será igual a lo de el día 
					siguiente. Lo del lunes, eso debe ser lo más cierto, será 
					totalmente distinto a lo de estos días pasados. 
					 
					¿Se podría llevar a cabo de otra forma?. De momento, es lo 
					que tenemos, que hay más formas, seguro que sí, pero que 
					convengan más que las que hoy tenemos será, cuando menos, 
					discutible, por lo que, al menos por ahora, quedémonos con 
					lo que nos ha llegado, que otros cambios irán dándose por sí 
					mismos. 
					 
					Y de todos estos días me quedo con una anécdota, “una niña 
					muy cerca del coche de publicidad, la madre que se la quería 
					llevar de allí, pero la cría no se retiraba, estaba 
					esperando que le dieran caramelos, algo que había visto 
					darlos en algún otro sitio”. 
					 
					Aquí, cada uno buscaba algo, incluso la cría a la que no 
					había fuerza humana para apartarla del coche de la 
					publicidad. Y es que un niño, por tan sólo un caramelo, es 
					capaz de sacar de quicio a la propia madre. 
					 
					Todo esto se daba en plena campaña, hoy ya no quedarán 
					caramelos, si es que los hubo en algún instante, porque yo 
					no los vi, y el lunes las promesas que se cacarearon tanto, 
					de día y de noche ya se habrán esfumado. 
					 
					Es el continuo devenir, y ahora con más rapidez, muy 
					especialmente porque todo hace suponer que tras lo de mañana 
					podrían llegar los anuncios de otros comicios, recortando 
					algunos meses. Habrá que verlo, pero no hoy. 
					 
					Voy a dejar eso para otro día, hoy no tiene cabida aquí, ya 
					que eso no entraba en el orden del día que nos habíamos 
					programado y tal y como me lo había propuesto, sin saltarme 
					las leyes que para mí son sagradas. 
					 
					En esto quedamos, o en esto habíamos quedado, porque hoy ya 
					no es día “lectivo electoral”, hoy lo único que podemos 
					hacer es reflexionar y aclararnos a nosotros mismos lo que 
					no fueron capaces de ponernos en claro todos los de los 
					altavoces. Que así sea. 
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