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					El prospecto es un documento que acompaña al medicamento y 
					que proporciona información escrita dirigida al usuario o 
					paciente. Mediante él se identifica al titular de la 
					autorización y, en su caso, al fabricante, se menciona su 
					composición y se dan instrucciones para su administración, 
					empleo y conservación, así como sus efectos adversos, 
					interacciones, contraindicaciones y otros datos con el fin 
					de proponer su correcto uso y la observancia del tratamiento 
					prescrito.  
					 
					Es conveniente guardar el prospecto junto al medicamento en 
					su envase original, para poder consultarlo siempre que sea 
					necesario y para evitar confusiones. Asimismo es muy 
					importante leer el prospecto antes de tomar el medicamento 
					aunque haya sido recetado por el médico, y éste y/o el 
					farmacéutico, nos haya informado sobre él. Nos servirá como 
					recordatorio de la información que nos dieron y nos servirá 
					también, para resolver cualquier duda que se nos haya 
					planteado a posteriori. 
					 
					Es importante que antes de que el médico nos prescriba 
					cualquier medicamento, informarle de todos los medicamentos 
					que utilizamos, así como alergias u otras enfermedades que 
					se puedan tener, para que pueda recetarnos el tratamiento 
					más adecuado para nuestro caso particular y evitar efectos 
					no deseados. Además es muy importante preguntarle cualquier 
					duda que se nos plantee sobre el tratamiento prescrito. 
					Asimismo, también el farmacéutico, podrá informarnos de 
					cualquier aspecto sobre el que se tenga dudas, ya sea en el 
					acto de dispensación, como tras la lectura del prospecto. La 
					comunicación con el médico y el farmacéutico es fundamental 
					para conseguir el éxito con los tratamientos farmacológicos.
					 
					 
					Al principio del prospecto siempre se nos informa de la 
					composición del medicamento, tanto de los principios activos 
					(sustancia con actividad farmacológica) como de los 
					excipientes (sustancias sin actividad farmacológica que se 
					utilizan en la preparación de la forma farmacéutica o 
					medicamento). También se identifican los titulares de la 
					autorización de comercialización y fabricación. Después nos 
					aporta información detallada sobre los siguientes aspectos: 
					 
					1.- “Qué es y para qué se utiliza…”De una parte informa 
					sobre la forma farmacéutica (comprimido, cápsula, 
					supositorio, pomada,…) y su aspecto, como por ejemplo, en el 
					caso de comprimidos, la forma que tienen, su color, texto 
					que lleve grabado, etc... De otro lado explica el grupo 
					terapéutico al que pertenece el principio activo, y su 
					mecanismo de acción, es decir, cómo actúa sobre nuestro 
					organismo para conseguir su actividad. Finalmente detalla 
					las enfermedades que trata el medicamento, describiendo las 
					situaciones para las que está indicado. 
					 
					2.- “Antes de tomar… “:Es posible que un medicamento a 
					algunas personas les vaya bien, pero que otras no puedan 
					tomarlo. Pueden existir algunas situaciones que impidan que 
					una persona pueda utilizar un medicamento determinado, como 
					problemas de salud o bien, que se estén utilizando otros 
					fármacos. También es posible que sea necesario tomar ciertas 
					precauciones o realizar ajustes especiales de dosis en 
					algunas personas. En todo caso, los medicamentos que nos 
					prescriba el médico estarán ajustados a nuestras necesidades 
					individuales según la enfermedad que tengamos. Dentro de 
					este apartado encontramos varios puntos:  
					 
					No tome si: Serían las contraindicaciones del medicamento, 
					es decir, todos aquellos supuestos en los que no debe usarse 
					el medicamento o resultaría perjudicial para algunas 
					personas por padecer determinadas enfermedades crónicas o 
					alergias u otras situaciones. 
					 
					Tenga especial cuidado si: Proporciona advertencias y 
					precauciones especiales de empleo, y avisa de algunas 
					circunstancias en que, pudiendo tomarse el medicamento, hay 
					que extremar la vigilancia. 
					 
					Uso con alimentos y bebidas: Dado que la eficacia de algunos 
					medicamentos puede verse afectada por la toma conjunta con 
					alimentos, se informa sobre si el medicamento puede, o debe, 
					tomarse con, o sin alimentos, y el efecto sobre el mismo de 
					las bebidas alcohólicas. 
					 
					Embarazo: Da recomendaciones de uso en caso de embarazo. Lo 
					aconsejable es que en caso de embarazo, se consulte siempre 
					con el médico antes de tomar cualquier medicamento. 
					 
					Lactancia: algunos medicamentos pueden eliminarse a través 
					de la leche materna, por lo que en esos casos se aconseja NO 
					dar lactancia materna mientras se esté utilizando el 
					medicamento. Consultar en todo caso con el médico. 
					 
					Conducción y uso de máquinas: Informa sobre si el uso del 
					medicamento puede afectar a la capacidad para conducir 
					vehículos u operar con maquinaria. 
					 
					Uso de otros medicamentos: Informa sobre posibles 
					interacciones con otros medicamentos y da recomendaciones 
					sobre supuestos específicos para cada medicamento. Las 
					interacciones pueden producirse por la administración 
					simultánea de varios medicamentos, pudiendo ocasionar un 
					aumento o disminución de los efectos de los mismos. Éste es 
					el motivo por el cual es tan importante avisar al médico 
					sobre si ya se está siguiendo algún tratamiento antes de 
					empezar otro, aunque se trate de un medicamento 
					aparentemente inofensivo.  
					 
					3.- “Cómo tomar…” (Posología): Especifica las dosis o 
					cantidades que deben administrarse en cada toma, y el número 
					de tomas diarias. En cualquier caso, siempre debemos seguir 
					la recomendación que nos haya dado nuestro médico. Nunca 
					debemos cambiar la dosis, ni interrumpir el tratamiento 
					antes de su finalización, sin consultar previamente con el 
					médico. Si hubiera que ajustar la dosis para algunos 
					pacientes (ancianos, niños, o personas con problemas de 
					riñón, o hígado), el prospecto informará de ello, pero 
					siempre corresponde al médico realizar estos ajustes.  
					 
					Además se nos informará de cómo tomarlo, si se requiere 
					tomar de alguna forma especial, por ejemplo si un comprimido 
					se traga entero o si se deja dispersar en la boca, si lo 
					podemos fraccionar…. También encontramos la información 
					necesaria para el caso de si se toma más de lo que debiera, 
					o para el caso de si se olvidó tomar alguna toma, así como 
					información para aquellos medicamentos con los que se deben 
					seguir instrucciones especiales cuando hay que dejar de 
					tomarlos.  
					 
					4.- “Reacciones adversas”: Nos informan de las reacciones no 
					deseadas que puede producir un medicamento en nuestro 
					organismo. Al tratarse de una sustancia activa, en algunos 
					casos, el medicamento produce efectos no asociados con la 
					curación o la prevención de la enfermedad. Lo más habitual 
					es que, en caso de aparecer efectos secundarios, sean en 
					forma leve. Las reacciones adversas a un medicamento no 
					tienen porqué producirse en todos los pacientes, ya que 
					dependen de factores propios de cada persona (edad, tipo de 
					metabolismo, enfermedades, etc…) y de otros factores 
					relacionados con las dosis administradas, otros medicamentos 
					utilizados al mismo tiempo, etc.. 
					 
					Si se sospecha de que un medicamento nos está provocando una 
					reacción adversa, se deberá comunicar de inmediato al médico 
					o farmacéutico. Nunca se deberá abandonar un tratamiento sin 
					la consulta previa al médico 
					 
					5.- “Conservación”: Se detallan las condiciones de 
					conservación en que debe mantenerse cada medicamento. Hay 
					medicamentos que precisarán temperaturas especiales, como 
					conservación entre 2 y 8ºC, lo que implica guardar en nevera 
					y no congelar, o conservar por debajo de 25ºC, o de 30ºC 
					(manteniéndolos en lugares frescos fuera de focos de calor), 
					o bien conservarlo al abrigo de la luz y/o de la humedad 
					(evitar el baño). Es muy importante mantener las condiciones 
					de temperatura y humedad recomendadas porque de lo contrario 
					la estabilidad del producto podrá verse afectada y por tanto 
					su finalidad prevista.  
					 
					Finalmente los prospectos de todos los medicamentos incluyen 
					unas leyendas que advierten sobre algunas cuestiones 
					básicas, como las siguientes: 
					 
					-Mantener los medicamentos fuera del alcance y de la vista 
					de los niños 
					 
					-No tirar los medicamentos por el desagüe ni a la basura. 
					Depositar los medicamentos que no se necesiten en los puntos 
					SIGRE de las farmacias. 
					 
					En el caso de antibióticos, también incluirán leyendas 
					relativas al uso racional de los mismos con advertencias 
					como: 
					 
					-Los antibióticos se utilizan para tratar infecciones 
					bacterianas y no sirven para infecciones víricas, como la 
					gripe o catarros. 
					 
					-Es importarte que se sigan las instrucciones que nos dé el 
					médico en relación a las dosis, el intervalo de 
					administración y la duración del tratamiento. 
					 
					-No guarde ni reutilice este medicamento. Si le sobra 
					antibiótico tras finalizar el tratamiento, devolver a la 
					farmacia para su correcta eliminación. 
					 
					*Farmacéutico de la Consejería de Sanidad y Consumo y 
					Coordinador del Grupo de Trabajo de Uso Racional de los 
					Medicamentos. 
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