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OPINIÓN - LUNES, 23 DE MAYO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

El PSOE de Carracao sube en Ceuta


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Puede que haya sido el único lugar de España en el que el PSOE ha mejorado ostensiblemente sus resultados electorales. Del 8,65% del año 2007 al 11,66% actual. De 2.985 votos a 3.501. Y en plena crisis, cuando el PSOE sufre una debacle en toda la geografía y fracasa ruidosamente. Pero en Ceuta no solo se ha mantenido dignamente sino que ha conseguido un diputado más, extremo este no achacable precisamente a la política del Gobierno de la Nación, sino “a pesar” de quienes nos gobiernan.

La campaña de Carracao ha sido especialmente ingrata y algún diario se permitía burlarse de él de manera cruenta, no así este diario donde siempre le reconocimos su capacidad de trabajo, su afán por llegar a todos los ciudadanos, su denodado esfuerzo por hacerlo lo mejor posible. Aunque ello nos supusiera tener que romper lanzas a su favor, como cuando ante las mofas sobre que era “el hijo tonto” contestábamos en letras de molde que eso era mejor que ser “el hijoputa”. Al menos en la sede de Ferraz tuvieron ayer una buena noticia porque para el socialismo un simple buen resultado es más que nunca un triunfo, simbólico pero triunfo.

Desde la perspectiva del análisis político el líder socialista ha detentado los votos que le son propios de los acérrimos del capullo de rosa, pero también parece haber heredado un contingente de descontentos de la UDCE, “el voto del desengaño”, los frustrados por las pésimas coaliciones, los desencantados. Y esta tesitura ha sido labor personal y directa de Carracao a quien han votado “por ser vos quien sois”, sin mirar demasiado hacia el PSOE sino directamente a la figura del número uno reconociendo en él antes que nada a una buena persona y a un tipo correcto. Al del “Debate entre caballeros”. Al socialista ni le pierden ni jamás le han perdido las formas, muy al contrario, ha sabido estar y trabajar sin caer en el insulto ni en la agresividad, jamás se podrá decir de Carracao que “envenenó” la campaña ni que basó su estrategia en el ataque desaforado y los ciudadanos toman muy buena nota de la actitud de cada cual, porque no quieren berracos en los escaños, sino políticos serios precisamente porque respetan su escaño. Los malos modales y la vocinglería quedan para las tertulias escandalosas televisadas donde el famoseo se desgañita. Para ocupar un escaño y por deferencia para con los votantes hay que vestir cortesía y buenas maneras políticas, de ahí que seamos plenamente conscientes de que Jose Antonio Carracao sabrá “estar” en su puesto y defender desde el mismo la confianza que en él han depositado y hacerlo de forma constructiva e inteligente. Visto está que no nos equivocamos (al contrario que otros) al reconocer lo que en justicia le pertenecía: el tesón, la voluntad y la cortesía con propios y ajenos. Y más de uno o una verán que “el hijo tonto” del que se burlaban, ha salido “listillo” y él solito y con lo mínimo, contra viento y marea ha sido capaz de reflotar en Ceuta a un partido que muchos daban como gran perdedor. Felicitaciones al líder socialista. Y más aún a José Antonio Carracao.
 

La UDCE fracasa, Juan Luis Aróstegui triunfa


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

De aquellos polvos estos lodos”. La Coalición Caballas, integrada por un partido ayer consolidado como la UDCE adobado engañosamente por el PSPC de Juan Luis Aróstegui, ha sido el gran fiasco de estas elecciones. Y desde este diario se advirtió por activa y por pasiva a Mohamed Alí que se estaba equivocando y que, con determinados compañeros de viaje, es más prudente no arriesgarse. Pero la “votofagia”, el hambre de votos “a cualquier precio” pudo más que la prudencia y ahí están los resultados. De 5.659 votos lo que suponía un 16,41% de porcentaje en las elecciones del 2007 a el descenso en la jornada de ayer a 4.230 votos y deshonroso 14,07%. Así los “cantos de sirena” de Juan Luis Aróstegui que llevaba campaña tras campaña de derrota en las urnas resultaron cautivadores para Mohamed Alí que creía poder sumar a sus más de cinco mil votantes, al menos, los mil quinientos que prometía Aróstegui dándolos como seguros e inamovibles. Pues bien, si los votantes de Aróstegui han vuelto a depositar en él su confianza podemos decir que la UDCE ha perdido a la mitad de su electorado en el experimento. Pero aun cuando a Aróstegui no le haya votado “nadie” Mohamed Alí seguiría perdiendo más de mil votos. Por activa y por pasiva un fracaso. Cierto es que continua con cuatro escaños pero ¿A que precio? yo les diré el precio: quedar en ridículo y ser zaherido por la convicción de que Aróstegui vuelve a la política después de quince años de esfuerzos infructuosos utilizando para ello a un partido, la UDCE, al que ha llevado poco menos que a la ruina.

No hace falta ser un politólogo excesivamente cualificado para que avisáramos desde la precampaña de que a Alí le iban a hacer “el timo del tocomocho”, ya saben cual es, el del tonto que llega con un billete, “una estampita” y dice que tiene muchas más como esa y el cateto pica y le compra “las estampitas”. Aróstegui cambió desde un primer momento “estampitas” por “votitos”, la UDCE picó por avaricia y he aquí la culminación del “tocomocho político”. Ni Alí tiene sus votos ni los de Aróstegui. Por mucho que, por el camino de la campaña electoral el número uno de la Coalición haya ido dejándose avasallar por su coaligado y se haya “arosteguizado”, adaptándose a su lenguaje bronco y “faltón”, permitiendo que le “ningunearan” y que apareciera como “fagocitado” y transparente. Inexistente. Y su fiel electorado parece no haber compartido las ganas de “experimentos políticos”. Nos consta que muchos se han sentido defraudados porque han visto abandonar la Coalición a personajes clave por discrepancias internas. Tampoco se fiaban de que “la cartera de votos” de Aróstegui fuera una realidad y no se equivocaron.

Si los votantes del PSPC han votado lealmente y en bloque la UDCE está a punto de desaparecer: ahí están las cuentas. Si al PSPC no le han votado ni sus propios familiares directos a Mohamed Alí le han metido un “tocomocho” y además ha perdido votantes. ¿Y que ha recibido Alí a cambio? Pues supongo que la satisfacción moral de haber hecho una obra de caridad con Aróstegui poniendo fin a quince años de fracasos y de rechazo por parte del pueblo de Ceuta. Ya se sabe que una de las virtudes cardinales es “dar de comer al hambriento” y no se especifica “de qué” es el hambre, si de panes y de peces, de gazpacho o de votos que propicien la declinación del verbo “medrar” en la primera persona del indicativo. Duro varapalo el propinado a la UDCE. Rostros cabizbajos en la sede y heladas sonrisas de fingido optimismo ante las cámaras. Ha sido un chasco. Ha sido una sangría de votos. Ha sido un rechazo por parte de los “otrora” fieles votantes. Ha sido la pérdida de un sector de la población que se encontraba poco menos que “cautivo” y que ha decidido vivir en libertad. Ha sido el fin de la altivez de presumir de detentar “el voto musulmán”. Ha sido el fin de que “el voto musulmán” lo detente Alí porque los musulmanes son mayores de edad y quieren decidir por ellos mismos. Ha sido el permitir ser manipulados por un “eterno perdedor”. Ha sido una ridícula ostentación de voraz “votofagia”, hambre de votos. Ha sido quedarse muertos de hambre después de haberse comido no el voto sino “la estampita”. Ha sido un tocomocho. Ha sido quedar en ridículo. Ha sido una birria.

Pero el fracaso viene “con premio” ¿Como va a “tragar” la UDCE durante los próximos cuatro años a Juan Luis Aróstegui? Acabaran como el rosario de la aurora. Y la ciudad de Ceuta se sentará a verles pasar.
 

El político “más bajito” pero “de mayor talla”


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

El Partido Popular y su Presidente Juan Vivas ha vuelto, no a ganar, sino a arrasar por mayoría absoluta en la ciudad de Ceuta y los ciudadanos han manifestado de forma abrumadora que el mensaje de Juan Vivas sigue calando en los ceutíes, como lo ha venido haciendo en los últimos diez años. ¿Las razones de la victoria? Evidentes, por más que la abstencion haya llevado en estas elecciones el marchamo de un mucho de “exceso de confianza” por parte de quienes han recitado mentalmente la máxima “de todas formas vamos a ganar” y un bastante más que mucho de “ir de sobrados”. Porque los índices de abstención no llevan en Ceuta el sello de las acampadas, aquí el no acudir a las urnas lleva la señal de clima ideal, playas arrebatadoras y confianza absoluta en el talante del pueblo y en el sentido de los sufragios, siempre fidelísimos a la política y a la gestión del Partido Popular. Que no es...¡Espeluznante!, sino que es...¡Espectacular!.

Ayer se vivió una agotadora jornada electoral en durísima lucha con la bonanza del clima que invitaba a la holganza. ¿La frase principal del hit parade? ¡Revalidamos! Esta vez con el 65,18% de los votos, como la anterior, dentro de cuatro años probablemente con bastantes puntos más porque a nivel nacional el Partido Popular, hoy mayoritario en toda España, habrá enmendado los desafueros y corregido los desvaríos de ZP-Calamidades y existirá una situación económica y una coyuntura más favorables que las actuales, lo que potenciará aún más si cabe la validez de las propuestas populares, hoy por hoy plenamente consolidadas.

Se comentaba ayer en el diario El Mundo que Juan Vivas pese a ser el político “más bajito” es el que tiene a nivel nacional “mayor talla”. Ceuta asciende y trasciende. Labor ahora de los sesudos analistas el desintegrar los motivos de la permanencia-persistencia del “Pequeño Gran Hombre” al mando de los destinos de esta ciudad. Y ha de hacerse esta disección de la “ausencia-carencia” del lógico desgaste en claves de “resiliencia” que es hoy por hoy una palabra clave de las nuevas tendencias del pensamiento. El término, tomado de la física donde se aplica a la capacidad o cualidad de los metales de ser sometidos a presiones y fuerzas extremas que les hacen variar de forma para luego volver a la forma original. Esa cualidad es considerada por los politólogos como esencial en la trayectoria de cualquier partido o formación política. Capacidad de encajar las mayores acometidas de forma flexible y sin perder jamás, en ningún momento, ni los valores ni los principios ni la esencia. La resiliencia sin fisuras que caracteriza al Presidente Juan Vivas ha determinado una gestión en claves de desarrollo progresivo y de paulatina adaptabilidad sin dejaciones con las que afrontar cualesquiera circunstancias que pudieren acontecer, malas o buenas, desfavorables o propicias.

El pueblo de Ceuta ha proclamado su veredicto y ha hablado con voz de urnas de metacrilato pregonando que no ha existido “desgaste” por el tiempo, diez años ininterrumpidos de gobierno, ni ha “flojeado” el proyecto común de los ceutíes sino que la confianza y el entusiasmo permanecen inalterables, con el ímpetu de la primera vez y con la experiencia y la madurez que otorgan el haber construido la Ceuta de todos paso a paso, subiendo peldaño a peldaño hacia un reto de progreso y modernidad que tuvo en su día un comienzo y de eso hacen ya dos lustros, pero que no tiene final previsto porque la evolución de esta sociedad extiende su mañana hasta e infinito. Siempre se seguirá creciendo y siempre se estará firmemente decidido a seguir progresando. Tal vez por ello la confianza otorgada al Gobierno de Vivas en particular y al Partido Popular en general porque han tenido la gratificante capacidad de emprender un viaje colectivo con la ciudadanía en el que lo auténticamente importante ha sido la vivencia impagable de hacernos vivir intensamente cada etapa del camino, de que hayamos disfrutado de cada etapa y de que hoy nos ilusione con idéntica fuerza y sentimiento el verbo “caminar”. La meta es importante pero el trayecto está siendo apasionante y de esa íntima motivación son autores directos Juan Vivas, el político más bajito de España pero el que tiene “mayor talla” , su equipo humano que no le va a la zaga y los ceutíes que tampoco se quedan cortos.

Una felicitación escueta y ¿Que mejor que una poesía japonesa, un haiku? “El hombre perece como los cerezos en flor de Kyoto; el crisantemo imperial resiste a los embates del tiempo”.

Resiliencia, rectitud, verdad, eficacia probada, empatía con cada ceutí y la capacidad intrínseca de ser capaz de vencer, pero más aún de convencer.
 

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