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					El mar es prácticamente la única vía que los inmigrantes 
					clandestinos utilizan a día de hoy para alcanzar territorio 
					ceutí. Los intentos de superar el vallado fronterizo -que en 
					2005 alcanzaron los casos más graves, con grandes 
					avalanchas-, tienen actualmente, según confirma la Guardia 
					Civil, muy escasa incidencia. 
					 
					A día de hoy, y según los datos proporcionados por el 
					director del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), 
					Carlos Bengoetxea, sus instalaciones albergan a 440 
					personas, contando los que hasta ayer eran los últimos 4 
					subsaharianos llegados a la ciudad y que fueron rescatados 
					el miércoles a bordo de una pequeña embarcación hinchable.
					 
					 
					La inmensa mayoría de los acogidos en el CETI son varones 
					subsaharianos y por nacionalidades predominan guineanos, 
					marfileños, cameruneses y malíes. 
					 
					En lo que se refiere a los métodos de acceso a la ciudad la 
					patera ha desaparecido prácticamente de esta zona del 
					Estrecho. Estas embarcaciones, que pueden transportar a 
					decenas de inmigrantes a largas distancias, se emplean en la 
					actualidad casi en exclusiva en las rutas que atraviesan el 
					Mar de Alborán, desde zonas de Marruecos como Alhucemas y 
					Nador hasta las costas almerienses o granadinas.  
					 
					Barcas playeras 
					 
					En el caso de Ceuta, a los intentos de cruce a nado en 
					solitario, bien desde Beliones o por la frontera del Tarajal, 
					se suman los que se llevan a cabo en embarcaciones de menor 
					tamaño. Durante el pasado verano comenzó a extenderse el uso 
					de pequeñas barcas hinchables de playa con una capacidad 
					máxima para media docena de personas y para cortos 
					recorridos. En ocasiones, las fuertes corrientes y vientos 
					del estrecho alejan estas balsas a distancias en las que las 
					vidas de sus ocupantes corren grave peligro, como ocurrió en 
					el caso del pasado miércoles, en el que los subsaharianos 
					fueron detectados a 7,5 millas de la costa. 
					 
					Según el relato de los inmigrantes, una ‘goma’ o flotador 
					les cuesta unos 30 dirhams (3 euros) en Marruecos, mientras 
					que si disponen de más dinero pueden comprarse un traje de 
					neopreno o compartir una barca. 
					 
					Respecto a las salidas programadas del CETI a la península, 
					siempre de los inmigrantes que se encuentran en situación 
					más vulnerable por razones de salud mental o física 
					constatadas con informes técnicos, en 2010 se produjeron 
					123. El éxito de los intentos de huida ocultos en camiones 
					se conocen por los propios inmigrantes, que telefonean a sus 
					compañeros cuando alcanzan la península, pero la Guardia 
					Civil reconoce que dar cifras puede originar un “efecto 
					llamada” al “aumentar el afán” de practicar estas peligrosas 
					acciones, en las que los subsaharianos arriesgan la vida. 
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