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					La mejor forma de prestar un servicio a Ceuta y a los 
					ceutíes es mantener la libre competencia en el Estrecho. 
					Algo que entendió perfectamente la naviera ceutí ‘Stamp’ y 
					que busca su hueco en el transporte marítimo de mercancías 
					(carga), desde que hace más de un año comenzó a operar en el 
					Estrecho aprovisionando a la ciudad. La noticia sobre la 
					inspección llevada a cabo en las oficinas de las distintas 
					compañías navieras que unen el sur de Europa con el norte de 
					Africa, bajo la sospecha de un presunto reparto del mercado 
					y una también presunta fijación de precios, atentando contra 
					la libre competencia, regulada claramente por el Estado, 
					sobrecoge a los ceutíes, máxime cuando además de lo 
					pernicioso del asunto, del que casi nos hemos acostumbrado 
					lamentablemente en relación a los precios de pasaje y 
					vehículo, se une el hecho de que estas prácticas se amplían, 
					presuntamente, al sector del transporte de carga, esto es, 
					al de mercancías. Parece propio pensar que prácticas afectan 
					directamente al bolsillo de los ceutíes a quienes se 
					repercute por sistema los costos de los portes en el precio 
					final del producto. Un producto que resulta más caro y que 
					apenas puede competir en precios con la península a pesar de 
					su IVA. En manos del Estado estamos. Es el competente para 
					poner las cosas en su sitio. Pero también los comerciantes 
					ceutíes pueden defender sus intereses alejados de quienes, 
					desde Algeciras, marcan estrategias repartiéndose la ‘tarta’ 
					de Ceuta. Entre los sospechosos no está la ceutí ‘Stamp’, 
					saquen sus conclusiones. 
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