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                     Cuando el presidente de ERC, Joan 
					Puigcercós, presumía de tener más poder que nadie en el 
					tripartito, desde esta misma página le avisábamos, que en 
					las próximas elecciones catalanas el congreso de su partido, 
					lo iban a celebrar en un vespino y sobraría sitio para un 
					estanco. 
					 
					Resulta que ERC ha perdido dos de los tres concejales que 
					tenía en Barcelona y toda su representación en las otras 
					tres capitales catalanas. Lo siento por los pobres negritos 
					a los que les llevaban preservativos, que ellos usaban para 
					transportar agua, por las grandes embajadas que habían 
					abierto, colocando a los familiares y amigos al frente de 
					las mismas y, sobre todo, por los dineros gastados en 
					defender un idioma que hablaban tres personas. 
					 
					Y lo que son las cosas raras, cuando en este país nadie es 
					capaz de dimitir, porque está prohibido la utilización dese 
					verbo, va toda la dirección de ERC y dimite en bloque. 
					 
					Como dice mi buen amigo, Julio Iglesias, en una de sus 
					canciones, “unos vienen y otos ya se van, la vida sigue 
					igual”. Se van los de ERC y vienen los de Solidaritat, un 
					grupo del mismo corte independentista, que tiene la friolera 
					de tres diputados en Barcelona. Y qué es lo primero que 
					quieren. Pues lo primero que quieren es no incumplir la ley 
					sino burlarla, Tratando de prohibir que la bandera de España 
					se vea en los edificios oficiales donde ondea en virtud de 
					la ley de 1981 que regula su uso en los edificios públicos. 
					 
					Lo que parce increíble es que, CIU, permita que el 
					“Parlament” debata una propuesta para esconder la enseña 
					nacional, porque así lo ha solicitado ese gran partido, 
					formado por tres diputados, a los que no se necesita para 
					nada ni, por supuesto, pintan nada a la hora de tomar 
					decisiones en el Parlament. 
					 
					Uno de este gran partido Solidaritat, Alfonso López Tena, 
					apellidos de gran arraigo catalán, explicó que su propuesta 
					busca que la bandera ondee en un lugar no “visible”. En su 
					opinión, sirve cualquier sitio, incluso un trastero. 
					 
					Para esto para es lo que sirven todos estos partiditos que 
					para nada valen, y que sólo representan a una ínfima parte 
					del electorado. Un grupito reducido de votantes, a los que 
					sólo les falta un poco de entrenamiento para alcanzar el 
					grado máximo de estupidez. 
					 
					Es el juego que se traen todos aquellos inútiles a los que 
					la mayoría del pueblo les niega, una y otra vez durante años 
					y más años sus votos. Por eso, en cuanto tienen una 
					oportunidad, no conseguida por sus meritos, sino por el 
					favor de algún ciego que no ve más allá de sus narices, 
					creyendo haber encontrado en estos individuos, auténticos 
					cadáveres políticos, la piedra filosofal que les hará 
					inmensamente poderosos, cometen el enorme error que sin 
					prisa, pero sin pausa, se comerán la mano que les ha dado de 
					comer. 
					 
					Todos ellos, esos que les dieron con sus votos, la 
					oportunidad a algún cadáver político, al que los pueblos no 
					quieren ni regalado, más temprano que tarde, tendrán el pago 
					por parte de esos cadáveres políticos que se merecen, 
					haciéndoles desaparecer como partido político. Prueba de 
					ello es la cantidad de votos perdidos, por cometer el error 
					político de llevar en su candidatura a un cadáver político 
					al que el pueblo no acepta. Tiempo, al tiempo 
					 
					El ejemplo, de esto, lo encontramos en ERC que materialmente 
					ha desaparecido. 
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