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                     Menuda herencia deja José Luis 
					Rodríguez Zapatero a sus descendientes: entre las cuestiones 
					que hallamos podido recopilar y haciendo un somero detalle, 
					se encuentran dentro de esta herencia: la Reforma Laboral, 
					Reforma de la Justicia, Reforma de la Ley Electoral, Reforma 
					de la Ley de Educación, Negociación Colectiva, cinco 
					millones de parados, un millón quinientos mil parados 
					jóvenes, revaloración de pensiones, mantenimiento del poder 
					adquisitivo de los funcionarios, deuda pública, déficit 
					presupuestario, déficit de las Comunidades Autónomas, de los 
					Ayuntamientos, deudas del Estado, de las Comunidades 
					Autónomas y de los Ayuntamientos (algunas, según dicen, 
					facturadas en pesetas)… 
					 
					Tiene en el caso que nos ocupa hoy el heredero Mariano Rajoy 
					que emplear mucha solvencia (ser capaz de cumplir las 
					promesas que lleve a cabo en su programa electoral, caso de 
					salir elegido presidente en las próximas elecciones 
					generales), despertar la esperanza del electorado, claro, de 
					que se van a cumplir las leyes, principalmente las que se 
					refieren a los estatutos de Autonomía del País Vasco y de 
					Cataluña, la instalación de la enseña nacional en los 
					Ayuntamientos de estas dos Comunidades y la libre elección 
					(en español o en el idioma nativo) de la enseñanza en los 
					colegios públicos de estas dos regiones y lograr la 
					solidaridad en el trato para que todos los españoles 
					recibamos las mismas prestaciones tanto de la Seguridad 
					Social como de los demás servicios sociales (dotaciones por 
					el nacimiento de hijos, ayudas a la tercera edad, etc. de 
					que hacen gala y uso algunas Autonomías tanto en épocas de 
					elecciones como de ordinario en sus presupuestos). 
					 
					Tendrá que poner en práctica Mariano Rajoy acciones 
					inmediatas para el mejoramiento del empleo y de la economía 
					de las pequeñas y medianas empresas, verdaderas impulsoras 
					(lo ha repetido en diversas ocasiones) de las contrataciones 
					de personal, algo así como la Ley de Economía Sostenible, 
					norma ómnibus, según se dijo, propuesta por el presidente 
					Rodríguez Zapatero que creaba una ley programática que 
					incluía un conjunto de otras leyes para incentivar su 
					desarrollo posterior, todo ello con objeto de cambiar el 
					modelo productivo, propuestas que se han convertido en una 
					carta a los Reyes Magos, es decir, en meras intenciones sin 
					resultado positivo alguno, tal como pasó con el Plan E que 
					uno de los frutos que ha dado ha sido el de la construcción 
					de caminos para ciclistas o peatones e, inclusive, en 
					algunos Ayuntamientos, para pagar salarios pendientes de sus 
					trabajadores. Todo ello constatando el pronóstico público 
					llevado a cabo en el Congreso de los Diputados por Mariano 
					Rajoy “de que la Ley de Economía sería insostenible mientras 
					Zapatero esté de presidente del gobierno ya que se trata de 
					un tema publicitario; no hay ni una reforma económica 
					profunda; los presupuestos extenderán el paro y castigarán a 
					las economías de las familias; el gobierno está 
					desacreditado tanto por sus políticas como por sus 
					previsiones; la bajada de las reservas de pensiones viene 
					produciendo la consiguiente intranquilidad de los 
					pensionistas, etc.” 
					 
					Y llegado a este punto, aunque se ha divulgado infinidad de 
					veces que el Partido Popular no tenía propuestas para 
					corregir las carencias de todo orden que afectaban 
					negativamente a nuestra economía, podemos recordar las 
					veinte propuestas para salir de la crisis presentadas por 
					Mariano Rajoy en el Congreso y (que, de seguro, las huestes 
					socialistas vendrán, ahora si, a recordárselas) que 
					comprenden cinco grandes capítulos: la Estabilidad 
					Presupuestaria y de Finanzas Públicas, Reestructuración de 
					la Sistema Financiero, Reforma Fiscal, Reforma Laboral, 
					Morosidad y Financiación de las Familias y diversas acciones 
					encaminadas a establecer un techo de gasto y endeudamiento 
					para todas la Administraciones Públicas, derogación de la 
					subida aprobada para 2010 del IVA y de la fiscalidad del 
					ahorro, mejoramiento de la fiscalidad de los autónomos, 
					reducción del IRPF, entre otras. 
					 
					Esperamos y confiamos que Mariano Rajoy, como ya hiciera 
					desde 1996 a 2004 el gobierno de José María Aznar del que 
					formó parte como Vicepresidente y Ministro de varias 
					carteras, haga realidad sus propuestas para salir de la 
					actual crisis de la economía española resolviendo los 
					problemas heredados del mandato de José Luis Rodríguez 
					Zapatero. 
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