| 
                     Para llegar a la Ley de Educación 
					actual, LOE, nos remontamos a 1812, donde la Constitución de 
					Cádiz, recoge en su título IX, la necesidad de crear un plan 
					de enseñanza uniforme para todo el reino, sin especificar 
					clases sociales y establecer en todos los pueblos escuelas 
					de “primeras letras”, en las que se enseñara a leer, 
					escribir y a contar, el catecismo y las obligaciones 
					civiles… En 1814, el Diputado Manuel de Quintana, elabora un 
					Informe que se redacta como Ley en 1821. En él se da 
					carácter legal a una estructura del sistema educativo, que 
					se divide en primera, segunda y tercera enseñanza; se 
					distingue entre instrucción pública y privada y se determina 
					la gratuidad de la enseñanza. 
					 
					En 1835 el Estatuto Real establece, sólo para privilegiados, 
					las Escuelas de Latinidad y Colegio de Humanidades. Al año 
					siguiente aparece en el Plan General de Instrucción Pública 
					del Duque de Rivas, de corte liberal, que no se llega a 
					aplicar por cambio de régimen. Poco después, en el Gobierno 
					del Marqués de Someruelos se crean las Escuelas Normales 
					para formar a los docentes. 
					 
					En 1845 se aprueba el Plan Pidal o Plan General de Estudios, 
					antecedente de la futura LEY MOYANO… En 1857, el Ministro de 
					Fomento, Claudio Moyano da nombre a la Ley de Instrucción 
					Pública (9 de Septiembre de 1857). Esa ley es todo un 
					“monumento legislativo”, un código docente muy extenso que 
					consta de 307 artículos y ha estado vigente más de cien 
					años. Ya, en 1876, se produce la fundación de la Institución 
					Libre de Enseñanza por Giner de los Ríos, enraizada en los 
					principios de la filosofía krausista. Auténtica renovación 
					que defiende el aprendizaje activo, la formación a través de 
					las artes y la escuela laica. En 1900, dentro del clima 
					generacionista que vivía España, se crea el Ministerio de 
					Instrucción Pública, que asumía el sueldo de los maestros y 
					el control de la red de las Escuelas Primarias. La 
					educación, a principios del siglo XX, está influenciada por 
					dos generaciones: la generación de 1898, formada por 
					escritores como Azorín, Baroja, Machado… y la generación de 
					1914 compuesta por intelectuales como Ortega y Gasset, 
					Sánchez Albornoz… Aparece el Plan Romanones, Ministro 
					liberal que establece para el Bachillerato seis años. En 
					1909 se promueve la necesidad urgente de reorganizar la red 
					escolar rural, fomentar la educación de párvulos y adultos. 
					Hasta 1910 unos Decretos oficiales recogen los derechos 
					femeninos a la educación. En 1914 se aprueba un Plan para 
					formar a los maestros. 
					 
					En 1923, Eduardo Calleja, establece un nuevo plan de 
					Bachillerato. Aparece los Bachillerato de Ciencia y Letras 
					y, para recortar gastos, se impone un único libro de texto, 
					la “ENCICLOPEDIA”. Durante la II República, prima ante todo, 
					una igualdad en la educación, también de género (Llopis, 
					Fernando de los Ríos, Luzuriaga), mientras que la Iglesia 
					defendía un sistema educativo dual. 
					 
					Se implantaron las Misiones Pedagógicas y se renovaron las 
					Escuelas Normales. Se crea la figura del Inspector de 
					Primaria, que se convirtió en un verdadero orientador 
					pedagógico. En 1936, durante la Guerra Civil, coexisten dos 
					escuelas: en la zona republicana se sustituye el Plan de 
					Estudios de Primaria de 1901 por otro más innovador 
					decretado en el 37. En la zona franquista se impone un 
					pensamiento conservador, basado en la condena del 
					liberalismo, la coeducación y la Institución Libre de 
					Enseñanza. Al acabar la Guerra Civil se hace una depuración 
					de los docentes y se exige la formación y función moral del 
					maestro. El franquismo cambia los modelos pedagógicos: los 
					niños no estudian lo mismo que las niñas y están separados.
					 
					 
					Para llegar a la Ley General de Educación, Ley 14/70, quedan 
					atrás el Plan de Bachillerato de Ruiz Jiménez, que 
					establecía un examen preuniversitario, la generalización de 
					la enseñanza a partir de los años 60 y la extensión de la 
					escolarización femenina; de la obligatoriedad hasta los 14 
					años, ratio de 30 alumnos; Bachillerato Superior para 
					ingreso en las Escuelas Normales, es la nueva Ley de 1965 de 
					Lora Tamayo. 
					 
					Y llega la Ley General de Educación: “Cuando en la década de 
					los 70 todos los países, acudiendo a la llamada de las 
					Naciones unidas pretenden esforzarse en potenciar al máximo 
					el capital humano de su educación, como primera y 
					fundamental variable de su desarrollo, el Gobierno español 
					ha puesto en marcha, en el año Internacional de la 
					Educación, como primera aportación, un nuevo sistema 
					educativo más social, más eficaz y mejor adaptado a la 
					evolución que la sociedad española ha experimentado 
					singularmente en los últimos treinta años”. El art. 15 de la 
					Ley General de Educación, dice: “La Educación General Básica 
					tiene por finalidad proporcionar una formación integral, 
					fundamentalmente igual para todos y adaptada, en lo posible, 
					a las aptitudes y capacidades de cada uno…”. 
					 
					A partir de 1985 se aprueba la LODE, Ley Orgánica Reguladora 
					del Derecho a la Educación, como preámbulo de la LOGSE 
					(1990), Ley de O rdenación del Sistema Educativo: 
					escolarización obligatoria hasta los 16 años, promoción 
					automática de curso, creación de la etapa de Educación 
					Secundaria (ESO). Tras ella llegó la Ley Orgánica de calidad 
					de la Educación (LOCE), aprobada en 2002, con el PP en el 
					Gobierno. Fue muy discutida y, en 2005, con el PSOE en el 
					poder, otra nueva Ley: la LOE (Ley Orgánica de Educación).
					 
					 
					Un galimatías de siglas que encierra un debate político: por 
					un lado, la aparición de objetores de conciencia: alumnos 
					sin interés y que llegan a desarrollar conductas violentas 
					hacia profesores y compañeros. 
					 
					Con este exhaustivo trabajo sobre la enseñanza en nuestro 
					país, quizás he podido contestar a la pregunta que hacía 
					días atrás, un antiguo alumno de la EGB. ¿Cómo es posible 
					que mi hijo, estudiante de la LOE (LOGSE), esté peor 
					preparado que yo? La EGB, fue inmediatamente sustituida por 
					la LOGSE, cuando todavía no se habían cumplido los treinta 
					años de vigencia, que es el tiempo mínimo que necesita una 
					Ley para ser evaluada. ¡A la EGB, no la dejaron de madurar! 
   |