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					Lunes. 23 
					 
					Se sigue hablando de las elecciones celebradas ayer. De la 
					abstención habida. Y yo no dejo de decir que es votando la 
					mejor manera de darle vida a la democracia. Cierto es que 
					los abstencionistas están en su perfecto derecho de serlo, y 
					que se puede y se debe protestar para expresar nuestra 
					inconformidad o indignación, aunque las elecciones hay que 
					ganarlas en las urnas. En las urnas ha conseguido Juan 
					Vivas su tercera victoria absoluta. Lo cual tiene un 
					mérito indiscutible. Por tal motivo, no entiendo a quienes 
					escriben despotricando contra el rotundo triunfo del hombre 
					que está haciendo historia en esta tierra y en toda la 
					península. En fin, allá cada cual con sus ideas corrompidas 
					por la envidia. Que es un sentimiento dañino. A propósito: 
					me cuentan la mucha tristeza e irritación que ha causado ‘El 
					Pueblo de Ceuta’ en el periódico añejo. Y es que, según he 
					podido comprobar, el número de este lunes, gracias a todas 
					las personas que han participado en su confección, ha sido 
					de una calidad incuestionable. En todos los sentidos. ¿Por 
					qué será?  
					 
					Martes. 24 
					 
					Los socialistas han conseguido tres escaños. Uno más que en 
					las elecciones anteriores. Ese escaño se debe a la buena 
					labor que ha realizado José Antonio Carracao y su 
					equipo. Como se ha reconocido en este medio. Carracao, que 
					debe estar contento con semejante logro, ha declarado que 
					Juan Vivas debe prescindir de cargos en un porcentaje 
					altísimo. Lo cual me parece bien. Siempre y cuando no 
					hubiera dicho lo siguiente a continuación: que él no tendrá 
					el menor inconveniente en seguir siendo asesor en la 
					Delegación del Gobierno y a su vez ejercer como diputado en 
					la Asamblea. Me imagino que lo hará percibiendo los sueldos 
					correspondientes a ambos cargos. Porque si es así, me temo 
					que Carracao no está legitimado para dar lecciones de 
					austeridad a nadie. A veces, estimado José Antonio, es 
					conveniente no hacer declaraciones porque sí. Pues uno se 
					expone a que le enmienden la plana. En esta Casa, aprovecho 
					la ocasión para airearlo, vamos a estar muy atento a 
					denunciar cualquier desatino y falta de cordura de los 
					políticos. Sean quienes sean y pertenezcan al partido que 
					sea.  
					 
					Miércoles. 25 
					 
					Una vez más me toca escribir del Hotel Parador La Muralla. 
					Debido a que asisto a la presentación de su Almanaque 
					culinario. El que nos habla de la cocina cercana y de 
					siempre. Y tengo la oportunidad de degustar platos 
					exquisitos, regados con mejores vinos. Magnífico el 
					escenario donde se desarrolla la presentación. El comedor de 
					verano, en pleno jardín de un edificio que sigue siendo una 
					joya. Comparto charla con Rafael Peña y Jesús 
					Carretero, mientras Lucas Artesero, maître él, 
					trata de obsequiarnos con especialidades muy ambrosinas y 
					gustosas. Es decir, manjares. El Hotel Parador La Muralla 
					comienza su temporada de verano. Dentro de unos días, su 
					piscina estará funcionando y se podrá comer en su comedor 
					exterior. Los precios son módicos. Y el ambiente es, como ha 
					sido durante muchos años, excelente. Ah, la degustación 
					sirvió también para comprobar que el director del Hotel 
					Parador La Muralla es un tipo sensacional. Sí, así como 
					suena. Y se llama, por si ustedes no lo saben, Pedro 
					Fernández Olmedo.  
					 
					Jueves. 26 
					 
					Pedagogía: Ciencia de la educación y de la enseñanza. 
					Pedagogo: Especialista en pedagogía. Persona con dotes para 
					la enseñanza. Juan Luis Aróstegui: educador de altos 
					vuelos, dice que a partir de ahora dedicará todas las horas 
					de su vida a instruir en ideas políticas a todos los ceutíes 
					que no votaron a Caballas en las elecciones celebradas el 
					domingo pasado. Aróstegui, prosopopéyico, cual es costumbre 
					en él –gilipollas, que es la traducción al román paladino de 
					prosopopéyico-, alertó, hoy, sobre la necesidad que hay de 
					enseñarles el camino de la verdad a cuantos ceutíes 
					decidieron hacer con su voto lo que les dio la real gana. 
					Así que no ha tenido el menor inconveniente en considerar 
					idiotas a cuantos creyeron de verdad que votar a Caballas no 
					merecía la pena. Y, aunque reconoce que su alianza con 
					Mohamed Alí ha sido tan nefasta como para que produjera la 
					pérdida de tres mil votos, ya que dejaron de votarles los 
					suyos y gran parte de los otros, en vez de salir de naja, 
					Aróstegui ha decidido afrontar el fracaso dando clases 
					nocturnas y gratuitas a innumerables personas, a fin de que 
					no vuelvan a votar a quienes no deben. O sea, al PP. Le ha 
					faltado decir que se entregarán bocadillos a la entrada de 
					las aulas y bebidas refrescantes, gracias a las subvenciones 
					recibidas por CCOO, por parte del Gobierno de España. Si no 
					fuera, créanme, porque a uno le queda todavía un adarme de 
					bondad, no dudaría en decirle a este Fulano las razones que 
					tiene para perder la olla a cada paso. Al margen de que 
					tenga una cara de cemento armado.  
					 
					Viernes. 27 
					 
					Durante mi caminata mañanera, a mi paso por el paseo de la 
					Marina, llama mi atención un amigo de Pedro Gordillo. 
					Y me paro con él. Y el hombre me pregunta si estoy al tanto 
					del informe donde se asegura que la grabación que le 
					hicieron a Gordillo, en su despacho, está manipulada. Y le 
					digo que sí. Y, claro, no pierde ni un segundo en 
					preguntarme si haré columna al respecto. Y le respondo que 
					no. Que no tengo ninguna intención de sacarle punta a lo 
					publicado sobre un informe elaborado por un laboratorio 
					especializado en prácticas audiovisuales. “Vaya, hombre, 
					dice el partidario de Gordillo, yo creía que tú ibas a 
					ahondar en ese tema, con el fin de darle publicidad a esa 
					canallada”. Pues no. Y te diré el motivo. Yo ya escribí en 
					su momento, cuando tan feo asunto estaba en su apogeo y 
					Pedro era sambenitado por todos, pidiendo piedad para él y 
					para los suyos. Fueron varias columnas, publicadas por este 
					medio, en las que procuré poner un punto de cordura, en 
					medio de un ensañamiento general contra quien había sido 
					hasta entonces el hombre más poderoso del Partido Popular. 
					Columnas que sirvieron para que muchos cobardes, dado que ni 
					siquiera firmaban sus escritos, arremetieran contra mí. 
					Tampoco he olvidado las críticas furibundas de quienes se 
					mofaban de Gordillo; profesionales de medios que, más pronto 
					que tarde, se aprovecharán de las circunstancias para sacar 
					tajada de los cambios que se puedan operar en la causa. 
					Ahora bien, cuando llegue el momento crucial de tan 
					escabroso problema, no tendré el menor inconveniente en que 
					lo que escribí, entonces, vuelva a ser leído.  
					 
					Sábado. 28 
					 
					Fue el jueves cuando a mí me dio por escribir una columna 
					dedicada a José Antonio Carracao, secretario general 
					de los socialistas de Ceuta, asesor de la Delegación del 
					Gobierno y diputado electo. El motivo fue que Carracao le 
					exigió al PP que recortara gastos, por medio de la supresión 
					de cargos en el gobierno, en un porcentaje superior al 25 
					por ciento que había anunciado la portavoz, Yolanda Bel.
					Creo recordar que el líder de los socialistas reclamaba 
					un 50 por ciento de supresión de lo que él considera que son 
					cargos para enchufados. Clientelismo puro. Dicho sin 
					necesidad de ambages: Carracao basaba su propuesta en que 
					los populares, a escala nacional, habían aireado, durante la 
					campaña electoral, que estaban dispuestos a reducir la 
					mitad. Y, claro, salió en tromba a denunciar la 
					contradicción. Olvidándose él, más bien haciéndose el sueco, 
					que su denuncia debía haber ido acompañada de la siguiente 
					nota: “En vista de que España está sumida en una 
					desesperante situación económica, he creído conveniente, 
					ahora que pronto tomaré posesión de mi acta de diputado, 
					prescindir de mi cargo de asesor en la Delegación de 
					Gobierno. Pero no lo hizo. Tres días más tarde, Yolanda 
					Bel, haciendo suya esa cita que dice que la moral se 
					esgrime cuando se está en la oposición, y la política cuando 
					se está en el poder, le ha dicho, más o menos lo que sigue: 
					que lo mejor es que él, Carracao, dé lecciones de moral 
					cuando sea capaz de abandonar su empleo en la Delegación del 
					Gobierno. Madurar en cinismo es propio de políticos. De 
					todos. 
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