PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 31 DE MAYO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

El buen momento de Rajoy
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Francisco Umbral, quien manejaba el castellano como le daba la gana, y cuyo careto daba siempre la impresión de cabreo y lejanía, era poco dado a regalar ditirambos en sus columnas. No obstante, en el tramo final de su vida, aprovechaba cualquier ocasión para elogiar a Mariano Rajoy. Actitud que llegó a causar extrañeza. Y que le hizo decir que regalarle el oído a Rajoy era más o menos la penitencia que se había impuesto por haberle tratado con sumo desdén en alguna que otra ocasión.

De haber vivido Umbral, seguramente habría celebrado el momento que está viviendo el presidente del Partido Popular. Un momento cumbre en su carrera política, tras haber pasado años en los que se le tenía como un perdedor cuya forma de ser dañaba la imagen del partido.

Propios y extraños, cuando se referían al hombre que fue designado candidato a la presidencia, por la dedocracia de Aznar, lo hacían para tacharle de perezoso, de estar cortito de valor, muy limitado en casi todo y, por tanto, un mal candidato. Un candidato que nunca, ni siquiera en los momentos más bajos de popularidad de José Luis Rodríguez Zapatero, había conseguido ser valorado ni medianamente bien en las encuestas de opinión de los ciudadanos. Que han sido muchas y cuyos resultados fueron motivos de críticas acerbas contra el jefe de una oposición que ahora está siendo adulado por doquier.

Para ello, es decir, para llegar a este crucial momento donde parece más que factible que pueda, al fin, convertirse en inquilino de La Moncloa, el presidente del PP ha tenido que aguantar con asombroso estoicismo los envites de las corrientes contrarias y las propias; o sea, las de los suyos, casi siempre más peligrosas y dañinas.

Mariano Rajoy ha hecho suyo ese lema tan manido, y que Cela no dejaba de airear a cada paso: “En España, quien resiste gana”. Y a fe que está a punto de alcanzar su logro. Aunque no debería dormirse en los laureles, debido a que será Rubalcaba, salvo imponderables de la política, su rival. Y éste, sin duda alguna, es un candidato de mucha talla.

A lo que iba. Mariano Rajoy se ha convertido después de las elecciones del 22-M en la figura indiscutible de la política española. Ha pasado de ser un político de perfil bajo, carente de atractivo y escaso tirón popular, a ser tenido como el hombre que ha liderado con acierto su partido en unas elecciones en las que los populares obtuvieron casi nueve millones de votos. Un éxito indiscutible y que él viene disfrutando sosegadamente y, sobre todo, sabiendo que en momentos así no conviene salirse de madre y exponerse a cometer estupideces.

En una de las entrevistas concedidas por Rajoy, entre otras muchas cosas dice que él no está en política para entretener ni dar espectáculo. Que seguirá siendo un hombre tranquilo. Aunque reconoce que la política es dura. Que a veces se ve tratado injustamente. Que carece de privacidad. Pero que es un peaje que todos los políticos deben pagar. Debido a que es una actividad voluntaria.

Ya lo dijo Thomas Jefferson: “Cuando alguien asume un cargo público debe considerarse a sí mismo como propiedad pública”. A ver si aprenden la lección los políticos locales.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto