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                     Que a Ceuta ni se la conoce, ni se 
					la respeta en ciertos organismos oficiales nos lo demuestra 
					el hecho que acaba de suceder hace un par de días, con el 
					cierre de las oficinas del Banco de España, para no volverse 
					a abrir, salvo que algún Gobierno con talento, más que con 
					talante, se dé cuenta de lo que significa ir anulando, en 
					nuestra ciudad, instituciones que algo tienen que ver, en la 
					marcha de Ceuta. 
					 
					No ha habido marcha atrás y yo creo que tampoco ha habido 
					las reclamaciones necesarias, desde Ceuta, para que esta 
					oficina del Banco de España siguiera teniendo algo que ver 
					aquí, en esta ciudad. 
					 
					La Comisión Ejecutiva del Banco de España acordó, ya 
					definitivamente, desde el 1 de junio, el cierre definitivo. 
					 
					Tal vez sea para ahorrar, si es así que se haga con otro 
					tipo de instituciones y si bien es cierto que este ahorro 
					nos parecería el del “chocolate del loro”, no menos cierto 
					es que si a esto le siguen dependencias ministeriales de 
					muchos más gastos, a lo mejor podríamos llegar a aplaudirlo. 
					 
					Las siete sucursales con menos actividad de las 22 que están 
					operativas, en la actualidad, son las que, de buenas a 
					primeras, ahora mismo, cierran sus puertas: Ceuta, Melilla, 
					Logroño, Pamplona, San Sebastián, Toledo y Santander. 
					 
					Gastos que se quitan del medio, dirán algunos, servicios que 
					nos arrebatan, digo yo y otro tanto dirán otros muchos. 
					 
					Y como el Banco de España es “generoso” ya ha aprobado un 
					protocolo para así acordar con el Ministerio de Economía las 
					condiciones del traspaso de los edificios de las siete 
					sucursales que han cesado sus operaciones a Patrimonio del 
					Estado. 
					 
					Por tanto, ahora podrá venirnos otra chapuza al canto y es 
					que Patrimonio del Estado va a ser quien decida el uso que 
					se va a dar, de ahora en adelante, a estos inmuebles. 
					 
					¿A cuanto asciende el ahorro que el Estado obtiene de estas 
					eliminaciones?¿Cuántos puestos de trabajo desaparecen o 
					cuantas jubilaciones anticipadas llevan consigo?. Sería 
					conveniente, más que conveniente necesario, que se den 
					cuentas de estas caprichosas decisiones que se han tomado, 
					porque en estas sucursales, de hecho y de derecho, pocos 
					políticos enchufados habría. 
					 
					Lo que sí tiene que llamarnos poderosamente la atención es 
					que aquí no ha existido la “sensibilidad” solicitada por la 
					Ciudad Autónoma, por los parlamentarios nacionales y, 
					tampoco, se han oído las supuestas mediaciones del Gobierno 
					de la Nación. 
					 
					Ha llegado el cerrojazo, desde la Ciudad se habrá hecho o se 
					habrá intentado hacer mucho, pero el resultado ha sido nulo, 
					lo que indica que era una cosa ya sentenciada y sin vuelta 
					atrás, o que la voz de la primera autoridad local pesa poco, 
					en algunos organismos oficiales. 
					 
					Y lo que sí debo aplaudir es que tanto Juan Vivas, 
					presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, como el señor 
					Chacón, delegado del Gobierno, se hayan negado a estar 
					presentes a la hora del cierre oficial de las oficinas de 
					esta sucursal bancaria. 
					 
					Las dos primeras autoridades de la Ciudad, a nivel 
					autonómico y a nivel estatal han rechazado la invitación 
					cursada desde las autoridades “bancarias”. Ni el delegado 
					del Gobierno, ni el presidente Vivas están de acuerdo en que 
					se lleve a cabo este cierre. Nosotros, tampoco, lo estamos. 
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