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					Apenas llevan dos meses en la nueva sede, pero tanto los 
					trabajadores como los alumnos de la Escuela de la 
					Construcción ya están adaptados a estas nuevas instalaciones 
					en las que disponen de mayor espacio para llevar a cabo sus 
					prácticas en materias como albañileria o electricidad. Su 
					responsable, Pedro Moreno, hace balance sobre las mejoras 
					que se han conseguido durante este tiempo en el nuevo 
					edificio de la escuela, cuando la quinta convocatoria de 
					cursos, en la que participan 135 alumnos, entra en su recta 
					final. Desde Procesa ya trabajan para la próxima edición, 
					que comenzará después del verano. 
					 
					Dos meses después de inaugurar su sede en ‘Loma Margarita’ y 
					con el fin de curso a la vuelta de la esquina, la Escuela de 
					la Construcción hace recuento de los avances que se han 
					conseguido en su recién estrenada ubicación en la que se 
					conformó como escuela lo que hasta el momento eran cursos de 
					la Fundación Laboral de la Construcción. “Necesitábamos esta 
					nueva sede, no hablamos mal de la anterior, pero no es lo 
					mismo trabajar en las instalaciones paupérrimas que había en 
					el 54 o las propias del fortín, que nos tenían limitados”, 
					apunta Pedro Moreno, el responsable de este centro de 
					formación donde actualmente estudian 135 alumnos repartidos 
					en nueve cursos, de los cuales 8 se imparten en la misma 
					escuela y otro en el fortín del Príncipe Alfonso.  
					 
					El balance ha sido “positivo” y entre lo que se ha mejorado, 
					Moreno destaca la “tranquilidad” de esta ubicación donde se 
					han concentrado los cursos que hasta el momento se impartían 
					y que permite a los alumnos llevar a la práctica los 
					conocimientos que adquieren en las aulas gracias al amplio 
					espacio del que disponen en el exterior. Una ventaja que 
					lleva de la mano un inconveniente: “es una zona bastante 
					alejada y a los alumnos les cuesta venir a los cursos”, 
					cuenta el responsable. No obstante, ellos se arreglan para 
					llegar, “algunos comparten coche y pagan la gasolina entre 
					varios, otros vienen en autobús y también los hay que llegan 
					andando”. 
					 
					Los alumnos reciben formación relacionada exclusivamente con 
					el ámbito de la construcción, ya que desde Procesa se ha 
					valorado como el que más posibilidades de trabajo ofrece a 
					los usuarios. Ferralla, albañilería, soldador, montaje de 
					pladur, electricidad, interpretación de planos o limpieza 
					integral de edificios, son algunas de las materias que se 
					imparten en la escuela. Concretamente, el curso de limpieza 
					es el que mejores resultados da cada año, como confirma 
					Moreno: “Los alumnos obtienen un conocimiento real gracias 
					al cual muchas personas que han salido de nuestro curso 
					están colocadas en empresas de limpieza”. 
					 
					La labor de la Escuela de Construcción no acaba cuando se 
					entregan los diplomas. “Aparte del seguimiento que se les 
					hace, a través de exámenes quincenales, hacemos una 
					evaluación intermedia, que les coge desprevenidos, con esos 
					resultados y la valoración hecha por el propio técnico de 
					Procesa, se realiza un informe que al final de la 
					convocatoria demuestra quien sale verdaderamente preparado”, 
					explica Moreno que añade que son esas personas las que 
					después pasan a “un área de Procesa, desde donde se les 
					busca un puesto laboral”.  
					 
					Los técnicos de Procesa también realizan las entrevistas 
					para conformar los grupos de alumnos de cada convocatoria. 
					La quinta ya está a punto de terminar y a la vista se 
					encuentra la sexta, que comenzará en septiembre. 
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