PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 7 DE JUNIO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Sexo, vídeos y chantajes políticos
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Lunes. Diez de la mañana. Llueve a mares. Son las aguas torrenciales de una primavera que se acerca a su final con truenos que ponen a mi perro muy nervioso. A mi perro le agrada sobremanera caminar bajo la lluvia, pero las descargas eléctricas le acojonan lo suficiente como para que busque cobijo a mi vera.

Aunque el miedo de mi perro por culpa de la tormenta no es ni siquiera parecido al que mostraba Juan Valderrama en las mismas circunstancias. Aquella figura del cante, en situaciones tormentosas, tardaba nada y menos en meterse debajo de la cama. Tenía pánico Valderrama, según supe en su momento y de buena tinta, a ser víctima de un rayo.

Hablando de rayos: con la misma velocidad de un rayo puede pasar un político de estar en la cresta de la ola a verse perseguido con saña de modo que no tenga más remedio que renunciar a su destacada posición, que es lo menos malo que le puede ocurrir. Puesto que le será imposible eludir el sambenitado consiguiente. Y mucho temo que, en semejante trance, vuelva a ponerse de moda hacerle beber al político un vaso de aceite de ricino.

La nota del descrédito de cualquier personaje público está instalada permanentemente en su bragueta. Lo cual es harto conocido. Pero los hombres no escarmientan. Es lo que pienso mientras leo lo que me queda de El País del domingo, cuya lectura interrumpí para ver el partido Nadal-Federer.

Se trata de un escándalo en Turquía. Un escándalo de sexo, vídeos y chantajes políticos. Donde las grabaciones sexuales de candidatos turcos pueden influir en los resultados de las elecciones. La misma historia de siempre. Una mujer se liga al jefe de la oposición y lo conduce al cadalso: sitio adecuado para que un grupo de chantajista pueda exhibirlo ensartando a una tal Emine que se declara estudiante de buen provecho. La que, a buen seguro, no tendrá el menor inconveniente en propalar que ella no quería… Así, de paso y como quien no quiere la cosa, la estudiante de provecho consigue que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se quede sin el peor rival que podría tener en las próximas elecciones.

Por lo leído, tanto ahora como en anteriores ocasiones, estas grabaciones chantajistas, de políticos embistiendo a chicas jóvenes fuera del tálamo nupcial, son de uso corriente en Turquía. Es decir, que los turcos están más que habituados a ellas. Porque las consideran un mal menor. Un mal que ha venido evitando las conspiraciones con derramamiento de sangre. En suma: que las grabaciones sexuales, llevadas a cabo por un grupo chantajista, se han instalado en el sistema político de Turquía. Y sirven, sin duda alguna, para cambiar el curso de la política.

En fin, que todo se pega menos lo guapo. Y las grabaciones de político, en plena tarea de refocilamiento con hembra dispuesta a servir de gancho a cualquier grupo chantajista de ese yacer, están a la orden del día.

Por consiguiente, si usted es político, no importa la orientación sexual que tenga, haría muy bien poniendo a buen recaudo su bragueta. Sobre todo si tiene pareja. Porque, de no ser así, será grabado, vejado, humillado… E incluso puede que le den un vaso de aceite de ricino. Y terminará apestando. Que es lo peor del asunto.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto