PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 9 DE JUNIO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

¿En qué se gastan las subvenciones
concedidas a CCOO?

 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

De camino hacia la plaza de los Reyes, un lector del periódico me pregunta de improviso, que qué he querido decir en la columna que he escrito bajo el título de “El hermano Pepe”. Y lo primero que se me ocurre responderle es que lamento muchísimo no haber sabido hacerme entender por él.

Pero, tras pedirle las disculpas correspondientes, trato de aclararle sus dudas. Mire usted, le digo, el hermano Pepe rigió los destinos de Cruz Blanca durante un tiempo y administró a su aire los dineros que recibía la Casa familiar, procedentes de las subvenciones municipales. Y, claro, cuando las autoridades decidieron pedir las justificaciones de los gastos se encontraron con que la contabilidad era de cartón piedra. O sea, que las cuentas eran artificiales. Y, a partir de entonces, fue decreciendo el crédito del hermano Pepe. Lo cual produjo la suficiente desconfianza entre los gobernantes como para no fiarse de nadie más. Es decir, de ningún superior de la ya reseñada Cruz Blanca. Y es que en esta vida, cruel donde las haya, a veces suelen pagar justos por pecadores.

Hablando de desconfianzas, yo suelo preguntarme a menudo por qué Comisiones Obreras tiene bula para manejar los dineros que recibe por coaccionar al Gobierno de la Nación. Que deben ser muchos. Hablo de las CCOO de esta ciudad. ¿Quién es la persona que administra esos fondos?

Pregunta que yo le traslado a una persona que sabe tela marinera del asunto pero que le tiembla el pulso a la hora de contarme los chanchullos que pueden estar produciéndose en ese sindicato. Entiendo su miedo: es padre de familia numerosa y no quiere exponerse a ser castigado severamente por esa organización que tiene controlada el secretario general de la cosa.

La cuestión es clara: ningún sindicato puede vivir con el dinero que recauda de sus afiliados. Que son cada vez menos y propensos a ser morosos. Porque los afiliados saben sobradamente que no pintan nada. Que los líderes de los sindicatos coaccionan al Gobierno de la Nación, a los Gobiernos Autonómicos, a los Ayuntamientos, a empresas privadas y públicas para recibir subvenciones. Subvenciones cuantiosas que son manejadas a su antojo por los dirigentes. Dineros que jamás son justificados por medio de auditores responsables.

Los afiliados, que son pocos y morosos, están convencidos de que el sindicato de CCOO, en esta ciudad, ha perdido la voz para mejorar sus salarios y condiciones laborales, ya que su secretario general los viene usando solamente como frente para alcanzar sus fantasías políticas. Y que sólo recurre a ellos para que muestren toda su fobia contra el Gobierno local. Por medio de manifestaciones de cualquier tipo.

Manifestaciones de musulmanes en el paro, manifestaciones de ciudadanos indignados y reventadores que puedan armar la marimorena en los actos oficiales y dispuestos a convertir los plenos en reyertas continuas. Y así podríamos seguir enumerando situaciones violentas contra el presidente de la Ciudad. Elegido democráticamente y por mayoría absoluta. Mientras la clase minoritaria y distinguida de CCOO, que la hay, porque conocemos a sus miembros y donde ejercen sus labores, está sometida a la voluntad de un tipo que le dice que es odiada por el ministro de Educación. Aróstegui está perdiendo la chaveta. Aceleradamente.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto