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OPINIÓN - VIERNES, 10 DE JUNIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Historias excesivamente discrepantes


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

El regreso a Ceuta del agente de la Policía Local gravemente herido la semana pasada ha disipado los temores de que hubiera sufrido una lesión grave e irreversible como suelen serlo habitualmente esta clase de traumatismos craneoencefálicos.

Así a la primera reacción de profunda indignación y al miedo por la evolución de la víctima le ha seguido, ya más calmados los ánimos, momentos de gran confusión. Versiones distintas de los mismos hechos, historias excesivamente discrepantes. ¿Mienten Fahd y su acompañante? ¿Tiene el joven Fahd el perfil de un individuo peligroso capaz de una agresión salvaje a un agente de la autoridad? ¿Cayó accidentalmente el agente al tratar de detenerles? ¿Llevaba puesto el casco? Algo no cuadra.

Afortunadamente las peores hipótesis no se han confirmado y si el viernes el agente fue trasladado en helicóptero con carácter urgente y si atendemos a la veracidad de lo publicado, en menos de 24 horas y sin haber prestado declaración ante la Autoridad Judicial ya había concedido una entrevista a un diario, aunque sus familiares negaron que estas declaraciones se hubieran efectuado. Tras apenas cinco días el alta médica y nueva entrevista, algo con lo que nos congratulamos ya que si es capaz de estar haciendo entrevistas con la prensa su estado de salud ha de haber experimentado una gran mejoría y las lesiones no han tenido, a Dios gracias, extrema gravedad.

Y no es cuestión de dudar sino de que sea la Justicia la que constate con el concurso del Ministerio Fiscal la auténtica realidad de los hechos, por mucho que el Juez ya haya tenido ocasión de enterarse de la versión del herido por la prensa, lo que los abogados del joven imputado utilizarán para alegar la existencia de un agravio comparativo ya que ambos tienen idéntico derecho según nuestras normas constitucionales tanto a ser oídos como a hacerse oír de cara a la opinión pública. De ahí las quejas del entorno del imputado que creen que pudiere estar existiendo una desprotección e intuyen “juicios paralelos”. No obstante la extraordinaria mejoría del herido llena de ventura a las partes de esta causa porque según la importancia de las lesiones será la pena a imponer. Y según la reconstrucción de los peritos se dilucidarán los hechos.

La normal llamada a la calma y a la racionalidad impone la obligatoriedad de investigar los hechos acontecidos y recabar el testimonio de quienes se encontraban presentes, así como indagar en los antecedentes del joven Fahd y en su propia trayectoria humana. El perfil psicológico del presunto agresor será determinante a la hora de examinar las diferentes versiones ya que en la versión inicial se señalaba a Fahd en una moto acompañado por una niña sin casco, a la tentativa del agente para detenerle y a una reacción por parte del chico que trajo consigo la caída del policía. Pero en declaración el joven y su acompañante niegan los hechos y alegan que tan solo trataban de huir para salvarse de una multa por no llevar casco y que el agente se cayó accidentalmente al tratar de detenerles. Son hechos muy distintos y de muy diferente tratamiento jurídico, en el primero estaríamos ante un atentado a agente de la autoridad y en el segundo ante una desobediencia. Y los resultados de la aplicación de una u otra calificación derivan en penas muy distintas y conllevan una repercusión excesivamente dispar en el futuro del joven.

La investigación de este supuesto ha llevado a este periódico a indagar sobre el perfil del chico y ante nuestra sorpresa Fahd es un buen estudiante, deportista, con excelentes calificaciones en los últimos cursos, un joven con futuro y sin ningún tipo de antecedentes anteriores a los hechos por los que se encuentra internado en estos momentos.

Pero ha habido un matiz que nos parece digno de ser destacado y es que, algunas personas dicen negarse a opinar por “miedo a represalias”. Algo totalmente infundado y carente de lógica porque nadie puede dudar en Ceuta ni de la profesionalidad, ni de la rectitud, ni del talante garantista de la Policía que dirige el jefe Sorroche, en este caso la buena fama les precede y si alguien por colaborar con una investigación y hablar en algún sentido de lo acontecido o de las características personales de Fahd llega a tener algún problema con algunos compañeros del agente lesionado debe denunciarlo inmediatamente.

La verdad se va a demostrar, sea la versión que sea la que se ajuste a la realidad, para eso están las pruebas periciales capaces de demostrar, calculando la envergadura y el peso de las dos motos si se trató de una caída provocada o fortuita. Están los interrogatorios y la capacidad de analizar por parte del Juez y del Fiscal.

Nada nos resulta más deleznable que los llamados “juicios paralelos”, la labor de los redactores es y será siempre la búsqueda de la información, la comparación de los diferentes datos, la expresión escrita de la marcha y del resultado de las pesquisas, siempre desde la imparcialidad y la lógica aplicadas a la labor investigativa.

La credibilidad de cada testimonio y las repercusiones futuras para los sujetos que se encuentran implicados, en los diferentes roles de los hechos son así mismo detalles a tomar en consideración en la investigación del caso.

En definitiva, se oyen diversas versiones, el agente ha hablado con la prensa antes que con el Juez y ha manifestado su opinión, ahora falta la entrevista con la versión de Fad para que no exista agravio comparativo y lo auténticamente trágico es que un joven policía pudo ver truncada su vida y otro chico menor puede ya tener truncada la suya.
 

Otra zancadilla para Ceuta


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Todos coincidimos en que uno de los potenciales más espectaculares de Ceuta es el turismo y la oferta que presenta Ceuta es muy atractiva, desde paisajes maravillosos a turismo “cultureta” desde compras a deportes acuáticos, playas paradisíacas, buena oferta hotelera y una gastronomía exquisita con productos ecológicos que ya de por sí son un lujo. Y además es un destino “slow” que ahora es “los más”, comprendiendo lo más demandado y lo más ecochic.

Divino de la muerte, como dirían las niñas del madrileño barrio de Salamanca, las que fingen un habla que es como si llevaran un chicle pegado en el cielo de la boca. Pero…

Y siempre hay un “pero” con las navieras y la siniestra Estación Marítima de Algeciras que tratan de parchear añadiéndole paneles con fotos, con lo que queda aún más cutre, porque lo que falla es la luz, fallan las cafeterías, fallan las tiendas, falla la distribución de los espacios y fallan los mostradores en los que dispensan los billetes. Todo muy Nueva Guinea-Papua y no se puede canturrear allí el “Que no nos falte de ná” porque falta de “tó”.

¿Y por donde llegan los turistas? Por carretera, pagando una carísima autopista. O por tren. De hecho los madrileños podrían ir y venir usando el Talgo que hay allí, un directo. Cinco horas y media Madrid-Algeciras, el mismo tiempo que si se toma el AVE Madrid-Málaga y se hace el trayecto en coche hasta Algeciras y luego se pasa malamente el Estrecho. Del helicóptero no se puede hablar porque vale lo que un pasaje a Nueva York desde Málaga a Ceuta. Normal. Nosotros no tenemos los huevos de los llanitos de Gibraltar que les entra la revolica, se lian a echar arena y piedras al mar y se sacan de la manga un puñado de metros que ellos llaman “rescatados” y allí amplían el aeropuerto, construyen aparcamientos, enjaretan bloques de viviendas y montan unos centros comerciales tipo londinense. ¿Y alguien se queja del “rescate”? Tal vez, pero los gibraltareños no hacen puto caso y siguen “rescate” va “rescate” viene y los ceutíes enfrente, comiéndonos los mocos y sin un mal aeropuerto que echarnos al gaznate y encima con el riesgo latente de que los del Peñón se pasen rescatando y nos pongan la frontera en la playa de la Ribera ¡Menudos son!.

Pero el caso es que los madrileños y los castellanos manchegos y todo aquel que apetezca apalancarse en un auténtico “jardín de las delicias” versión cañí, podrían venir a Ceuta en tren. Quiero decir un Madrid-Algeciras, pero el billete de turista pasa de los setenta euros y en primera son ciento diez euros. Un perraje. Como el AVE, pero sin nada que ver con la línea de alta velocidad porque el tren en el que acabo de llegar a los madriles me ha parecido rescatado de principios de los noventa de la antigua línea con Málaga y encima notándose todos y cada uno de sus años de uso. Porque está costroso, parece un tren portugués, como el decrépito Lusitania Madrid-Lisboa pero sin cafetería restaurante romanticón, pero igual de cochambroso.

Otra zancadilla para Ceuta porque ese tren que llega a la desierta estación de Algeciras no ofrece condiciones para ser utilizado por un turismo “abolengoso” y eso que la estación está limpita, moderna y esclarecida, el personal es encantador, en el quiosco de prensa tienen el Hola lo que demuestra altura de miras, pero es un tipo de transporte que resulta disuasorio.Normal que llegas en un talgo más viejo que Matusalén que encima se tiene que parar en Antequera para ajustar las vías, tomas un taxi y entras en la Estación Marítima de Algeciras donde las paredes grises parecen chupar la luz y ya sales navegando con un amago de depresión y muy dubitativamente porque después de la experiencia del tren y de la estación ya no sabes lo que te puedes encontrar.

El caso es que esta ciudad de Ceuta tiene posibilidades para ser otra Cerdeña, pero hay que aplicarse, no ya en como se llega a la ciudad desde Algeciras sino en las vías de acceso a Algeciras: una cara autopista de peaje y un tren destrozado. Disuasorio. Y mientras tanto los llanitos “al rescate” sin que allí exista el desempleo, dando trabajo a los de La Línea y empleando hasta a los monos ladrones de la Roca para echar arena al mar y rascar metros de terreno, aunque si siguen así, hurtando espacio al oleaje les digo que se nos meten en la Ribera y nos solventan el problema del paso del Estrecho.
 

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