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                     Me tengo, sin más dilación, que 
					felicitar al presidente saliente de Portugal, uno de los 
					pocos políticos del mundo mundial que ha sido capaz de 
					dimitir de su cargo, a pesar de que aún le quedaban dos años 
					en el poder. Eso, con todo el respeto del mundo, se llama 
					dignidad política. 
					 
					Difícil es que, en los momentos actuales, un político sea 
					capaz de dimitir, cuando ese verbo ha desaparecido del 
					particular diccionario de los que se dedican a la política, 
					que se aferran al sillón del poder con todas sus fuerzas, 
					luchando a muerte contra todos aquellos que quieran 
					quitárselo. 
					 
					Por todo eso, porque me parece un caso insólito es por lo 
					que, desde aquí y desde ya, quiero mostrarle no sólo mi 
					felicitación más sincera, sino toda mi admiración, a ese 
					gran político que al darse cuenta de que el pueblo no lo 
					quiere ha decidido, como no podía ser de otra forma, decirle 
					adiós a todos sus cargos y marcharse a casa. Chapó. 
					 
					Si algunos políticos u lo que sean, que tampoco hay que 
					exagerar, de nuestro país, decidieran hacer lo mismo, 
					tomando ejemplo del ex – presidente de Portugal, serian 
					dignos de hacerle un homenaje, por haber tenido la dignidad 
					política de dimitir a sabiendas de que el pueblo les ha 
					vueltos las espaldas. 
					 
					Eso, con toda seguridad, no pasará en nuestro país, porque 
					aquí se tiene el convencimiento de que cuando se apodera de 
					un sillón de poder es para toda la vida. Vamos, que no hay 
					ningún hijo de vecina, aunque sean de esos a los que la 
					tómbola de la vida les dio la gorra y el pito de mando, que 
					aunque el personal les haya dicho, por activa y por pasiva, 
					vete a tu casa y déjanos en paz, sea capaz de aceptar tal 
					situación y dimitir. 
					 
					Es más, tienen el pleno convencimiento de que el pueblo está 
					en un tremendo error, al darle las espaldas a quienes se 
					consideran los mejores políticos del mundo mundial. Y es más 
					arremeten, contra ese pueblo, que ha sido capaz de negarles 
					sus votos y sin embargo dárselos s sus oponentes. ¡Qué sabrá 
					el pueblo!. 
					 
					No hay que ir muy lejos, buscando un lugar en nuestra 
					España, para encontrar personajes de ese talante, que aunque 
					el pueblo le haya negado su confianza, siete veces siete, 
					siguen insistiendo, buscando el sillón del poder y 
					arremetiendo con el pueblo que no lo quiere ni en pintura. 
					 
					Les decía que no hay que ir muy lejos porque aquí, 
					mismamente, tenemos ejemplos de politiquillos del tres al 
					cuarto, a los que el pueblo les ha negado sus votos años 
					tras años y, a pesar de ello, han seguido insistiendo hasta 
					conseguir gracias a votos prestados, porque ni los suyos les 
					han votado, un sillón del poder. 
					 
					Y contra la voluntad del pueblo tendremos que soportar, 
					durante cuatro años, su presencia en la Ciudad Autónoma de 
					Ceuta, escuchando, en cada una de sus intervenciones, que 
					las tendrá, el mismo discurso retrogrado de los años 
					setenta, en los que siempre dice lo mismo para no variar, 
					porque el reloj se le paró en aquella época y sigue sin 
					ponerlo en marcha. ¡Que pena de mí tierra!. 
					 
					Cuántos y cuántos políticos españoles u los que sean, que no 
					hay que exagerar, a los que el pueblo les ha vueltos las 
					espaldas, deberían tomar ejemplo del ex – presidente de 
					Portugal, auque sólo sea por dignidad política. 
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