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					Tras su fugaz pero intensa visita a la ciudad para actuar 
					como jurado del Premio Convivencia, el director general de 
					la Casa de la India, Guillermo Rodríguez, asegura que 
					Bombay, tierra en la que trabaja la oenegé galardonada, 
					“puede ser un ejemplo inspirador para Ceuta”, exponiendo 
					como motivos el que ambas ciudades estén conformadas por 
					diferentes culturas pero, a su vez, “sin estar exentas de 
					dificultades”. Su pasión por la India nace por muchos 
					valores, “es la cuna de muchas religiones, corrientes de 
					pensamiento, filosofías y prácticas espirituales”. 
					 
					Pregunta.- Su currículum muestra una intensa relación con la 
					India, su literatura y poesía, ¿cómo y cuándo surge esa 
					pasión? 
					 
					Respuesta.- Viajé varias veces por tierra a la India a 
					principios de los años 90 y en el 93 me quedé a vivir en el 
					Sur de la India para estudiar literatura india en Madras. 
					Residí en el sur de la India durante 7 años, obteniendo los 
					títulos de Master en literatura India por la Universidad de 
					Madras y PhD. (Doctor) en la Universidad de Kerala y 
					Universidad de Valladolid con una tesis sobre el poeta y 
					traductor indio A.K. Ramanujan. 
					 
					P.- Desde su creación ha tenido las riendas de la Casa de la 
					India en España, ¿cómo funciona este organismo y a qué se 
					dedica? 
					 
					R.- La Casa de la India en España con sede en Valladolid es 
					una fundación de carácter cultural creada en el año 2003 por 
					la Embajada de la India, el Ayuntamiento de Valladolid y la 
					Universidad de Valladolid, para promocionar en España la 
					cultura y sociedad de la India en todo sus ámbitos 
					(cultural, económico, social, educativo, académico) y ofrece 
					una plataforma para favorecer las relaciones entre España y 
					la India en las áreas de interés mutuo. Organiza desde su 
					sede en un edificio histórico de Valladolid un programa 
					regular en el ámbito cultural (música, danza, cine, 
					exposiciones, residencias de artistas, moda etc.) educativo, 
					cooperación y empresas. 
					 
					P.- A su juicio, ¿cual cree que es la mejor riqueza que 
					posee India?, ¿en qué beneficiaría, por ejemplo, a los 
					ciudadanos una proximidad y acercamiento a su cultura, 
					creencias y costumbres? 
					 
					R.- La India, siendo un país multicultural enorme y de gran 
					complejidad, es la mayor democracia del mundo (1.200 
					millones). Es un ejemplo de convivencia en la diversidad. Es 
					la cuna de muchas religiones, corrientes de pensamiento, 
					filosofías y prácticas espirituales. Ha sabido absorber, en 
					lugar de rechazar, a lo largo de su historia múltiples 
					corrientes y culturas llegadas de otras tierras y que 
					coexisten en un diálogo continuo. No es excluyente, es 
					incluyente. Ahí está su fuerza y su riqueza, junto con la 
					capacidad de aunar y adaptar las tradiciones milenarias a la 
					contemporaneidad en un mundo global, sin perder la 
					identidad. En estos momentos se encuentra en un momento 
					crucial como gran potencia económica emergente, con muchos 
					logros y avances, pero al mismo tiempo enormes retos por 
					aumentar el bienestar de una parte importante de la 
					población que quiere salir de la pobreza.  
					 
					P.- Imagino que le habrán comentado la multiculturalidad de 
					la que presume Ceuta por la convivencia de sus cuatro 
					culturas. Aunque su visita será fugaz, ¿qué opinión le 
					merece que ciudadanos de distinto origen sean capaces de 
					vivir el día a día sin condiciones de discriminación por 
					cualquier tipo de factor? 
					 
					R.- En relación también con la pregunta anterior, pienso 
					firmemente que en la diversidad y capacidad de convivir y 
					aprender de otras culturas está la riqueza y el secreto del 
					futuro en este mundo globalizado, si sabemos aprovecharla. 
					La multiculturalidad es una oportunidad y un reto que puede 
					enriquecer a la persona y al conjunto de una sociedad, 
					creando una identidad propia compuesta por diversas 
					identidades que no se anulan ni se excluyen, pero que 
					avanzan con un objetivo común de buscar el bienestar, la 
					solidaridad y la igualdad. 
					 
					P.- Viene usted invitado especialmente como miembro del 
					jurado del certamen internacional que lleva por bandera, 
					precisamente, la convivencia. ¿Qué le ha parecido el que con 
					usted para esta cita? 
					 
					R.- Me ha parecido una reunión muy grata y emocionante la 
					acogida de esta ciudad multicultural tan especial. He podido 
					conocer las diferentes comunidades que conviven aquí. La 
					existencia de este premio es muy positiva y adecuada en este 
					contexto. Hay que trabajar conjuntamente para que el premio 
					y el concepto que promueve tenga más proyección a nivel 
					nacional e internacional y también para que el pueblo de 
					Ceuta se sienta partícipe de ello. 
					 
					P.- Con una amplia trayectoria profesional y personal, ¿cuál 
					considera como su última meta? 
					 
					R.- No hay una última meta; seguir trabajando con ilusión 
					para acercar pueblos y culturas, y quizás el lograr un 
					cierto equilibrio y armonía entre los objetivos 
					profesionales, intelectuales y personales para saber 
					aprender, aportar y crecer con y para la sociedad global y 
					lo que te rodea, y para eso que llamamos futuro que es el 
					presente continuo. 
					 
					P.- ¿Qué le ha parecido su experiencia como jurado del 
					Premio Convivencia, sobre todo, en esos momentos del 
					veredicto? 
					 
					R.- Con mucha emoción e ilusión porque Bombay es una ciudad 
					compleja, casi un país, y es un lugar que, si uno visita, no 
					le deja indiferente. Haber premiado la labor de una persona 
					que se ha adentrado en las zonas más difíciles, con 
					población más desfavorecida, donde trabajar es ver cada día 
					cómo se lucha por la supervivencia, es como una lección a lo 
					que entendemos por convivencia. Convivir es sobrevivir pero, 
					para ello, hay que entenderse y luchar conjuntamente. Pese a 
					tanto contraste, Bombay siempre ha acogido etnias de 
					diáspora que conviven, es como un gran milagro ante tanta 
					presión y un mensaje para la humanidad y para una ciudad 
					como Ceuta, un ejemplo que puede ser inspirador y que no 
					está exento de dificultades.  
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