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                     En cuantas entrevistas me han 
					realizado, jamás he querido contestar a la pregunta de por 
					qué me marché del mundo del espectáculo, sobre todo en 
					cuanto a presentaciones de eventos se refiere. 
					 
					Pero hoy es domingo y voy a despejar lo que para algunos, 
					cosa que no entiendo, es una incógnita. Primero porque con 
					la llegada del peor concejal de festejos que se recuerda en 
					este pueblo, se trato de eliminarme de presentar los eventos 
					organizados por el Ayuntamiento, sin tener en cuenta que yo 
					ya había decidido, sabiendo quien era el concejal de 
					festejos, no presentar más eventos que organizase el 
					Ayuntamiento. 
					 
					Segundo, los años no pasan por el hecho de pasar, sino que 
					van menguando las facultades físicas de cada individuo, y 
					llega un momento en que no les puede dar al público lo que 
					te pide ya que, cada vez, te exige más y más.  
					 
					Entonces te da cuenta de que ya no puedes satisfacer las 
					exigencias del público que es soberano, y comprendes que ha 
					llegado la hora de decir adiós, para salir por la puerta 
					grande y no mantenerte para que, un día, aquellos aplausos 
					de siempre, se conviertan en bostezos. 
					 
					Por eso, en un festival Flamenco celebrado en la Parque, sin 
					que nadie lo esperara dije adiós con la misma humildad con 
					la que subí por primera vez a un escenario cuando sólo 
					contaba siete años. Fui fiel a mí forma de ser y creo con 
					toda honestidad que obré con inteligencia. 
					 
					Y ya que hablamos de inteligencia, se supone que todos esos 
					señores diputados en Europa, son personas inteligentes ya 
					que ocupan puesto relevante en la UE. 
					 
					Por eso no entiendo muy bien a estos señores diputados 
					europeos, ya que me parece poco inteligente que desde la UE, 
					se le solicite a España que suba el IVA y los impuestos 
					energéticos teniendo, con ello, el objetivo de frenar el 
					déficit y compensar la inaplazable bajada de las 
					cotizaciones sociales, necesarias para impulsar la 
					productividad. 
					 
					La subida del IVA, sin discusión alguna, nos llevaría a un 
					encarecimiento de los precios, arrastrando con esa subida un 
					frenazo en el consumo.  
					 
					Y si frenamos el consumo, ante la subida de los precios que 
					encarecen los productos, difícilmente podríamos ir una 
					recuperación económica. 
					 
					Por pura lógica si a una empresa se le sube el IVA, esta 
					subirá el precio de sus artículos que, a su vez, 
					experimentaran otro incremento en cuanto, esos artículos, 
					lleguen a los que tienen que venderlos al público.  
					 
					Total una cadena de aumentos que irá, irremisiblemente, a 
					afectar el bolsillo de los compradores quienes, con esa 
					subida, adquirirían menos productos y, sin duda alguna, a 
					menos compra menos consumo. Y si se para el consumo, quiero 
					que me digan, todas esas mentes pensantes, cómo se va a 
					salir de la crisis cuando, precisamente, el consumo es el 
					que nos llevaría a mejorar nuestra maltrecha economía. ¿O 
					no?. 
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