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                     Durante meses he recurrido a las 
					hemerotecas para compartir con los lectores de este medio de 
					comunicación la realidad de quien el pasado sábado se 
					convirtiera, tal y como algunos habíamos vaticinado, en el 
					protagonista del Pleno de Constitución de la nueva Asamblea 
					de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Luís Aróstegui. 
					Personaje de nuestro pasado más oscuro recuperado por el 
					líder de la UDCE para el entretenimiento de los medios de 
					comunicación y la ciudadanía en general. A partir de estos 
					momentos, ninguna sesión plenaria podrá ser catalogada como 
					anodina, la animación será la nota predominante. 
					 
					No obstante, la primera incertidumbre en esta jornada 
					festiva se encontraba en conocer exactamente quienes podrían 
					acceder a esta sesión plenaria tras las manifestaciones 
					protagonizadas por el portavoz del movimiento de indignados, 
					quien reivindicaba el derecho a acceder libremente a 
					cualquier ciudadano en cumplimiento del Reglamento de la 
					Asamblea. Una exigencia usufructuada rápidamente por los 
					miembros de una coalición empecinados en judicializar el 
					ejercicio político a través de una práctica ya habitual en 
					su labor de oposición, denunciar toda decisión adoptada por 
					el equipo de Gobierno local. 
					 
					Una vez solventado este primer sobresalto, correspondió a la 
					número dos de la coalición, Fátima Hamed, acaparar la 
					atención de todos los presentes al ausentarse 
					sorpresivamente de la Sesión Plenaria Constituyente, 
					sembrando el desconcierto entre todos ellos. Las alarmas 
					saltaron y los rumores comenzaron a circular en el Salón de 
					Plenos tras comprobar como el líder del PSPC ocupaba el 
					sillón previsiblemente destinado a la número dos. 
					Posteriormente, el número uno de dicha coalición justificó 
					la ausencia de su compañera de filas en una supuesta 
					indisposición física, circunstancia confirmada horas después 
					por la propia diputada. Los próximos días serán decisivos en 
					el esclarecimiento de los hechos en cuestión.  
					 
					No quisiera parecer pedante pero, el acto de toma de 
					posesión de quienes nos representarán en los próximos cuatro 
					años, debería haber estado impregnado por las normas 
					protocolarias de cortesía en el vestir, no de imposición 
					obligatoria pero, si por la ética propiciada por la 
					solemnidad del acto. Diputados y diputadas elegantemente 
					vestidos, dignos para la ocasión exceptuando a quien decidió 
					acudir en pantalones vaqueros, zapatillas playeras y camisa 
					azul remangada, mostrando con ello una total falta de 
					respeto a la institución y al pueblo de Ceuta. 
					 
					Aunque, no terminaron aquí las sorpresas de la jornada 
					puesto que, al finalizar el acto institucional con la 
					tradicional “foto de familia” protagonizada por los 
					veinticinco diputados, en esta ocasión, a la ausencia 
					esperada de la diputada localista, Fátima Hamed por 
					indisposición física, debemos añadir la de nuestro 
					protagonista carismático, Juan Luís Aróstegui por 
					indisposición psíquica. En definitiva, el espectáculo 
					anunciado en la serie de artículos titulados “Recordando que 
					es gerundio” retomará la actualidad informativa a través de 
					las actuaciones indisciplinadas de quien ya protagonizará 
					espectáculos bochornosos en nuestro pasado más reciente. La 
					desvergüenza, la desconsideración, la indisciplina y las 
					injurias protagonizarán sesiones plenarias en las que el 
					espectáculo mediático estará asegurado a partir de estos 
					momentos a pesar, de las advertencias divulgadas desde este 
					medio en los últimos meses. 
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