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					La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta se 
					reencontró ayer con la Blanca Paloma después de un año de 
					intensos preparativos para volver a vivir las emociones que 
					sólo en El Rocío se pueden vivir. Por espacio de veinticinco 
					minutos, aproximadamente, la imagen de la Reina de las 
					Marismas estuvo frente al Simpecado ceutí. 
					 
					La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta, con el 
					corazón dividido entre la alegría de haber podido 
					reencontrarse con la Blanca Paloma y la tristeza de un 
					“hasta el año que viene”, llegará esta noche a nuestra 
					ciudad, alrededor de las 21.00 horas, después de la 
					peregrinación realizada este año. 
					 
					Este Rocío ha estado marcado por grandes momentos de 
					emotividad y solemnidad desde que se iniciara el camino 
					hasta la aldea almonteña. 
					 
					Desde que la hermandad ceutí iniciara su peregrinar, los 
					rocieros caballas han vivido grandes momentos durante este 
					nuevo encuentro con la Reina de las Marismas.  
					 
					La fe y la devoción que anualmente lleva a miles de personas 
					hasta El Rocío para participar en la romería, así como la 
					diversión entendida como convivencia y fraternidad, cobraron 
					el domingo de Pentecostés una fuerza esencial, al ser el día 
					grande de la romería y antesala de la esperada procesión. 
					 
					Tras la celebración de la misa Pontifical, los romeros 
					ceutíes que se han dado cita en la aldea se dispusieron a 
					disfrutar de un día en el que se conjugaron la emoción de la 
					cercanía de la procesión con la nostalgia de un final cada 
					vez más cerca. 
					 
					A lo largo del pasado domingo, en la casa ceutí, realizaron 
					los preparativos para el camino de vuelta, ya que son 
					numerosas las personas que a lo largo del día de hoy 
					abandonarán El Rocío, si bien no cesaba la diversión y el 
					deseo de que llegara la noche. 
					 
					Antes de la salida de la Virgen del Rocío, la Plaza de 
					Doñana de la aldea de El Rocío acogió a las doce en punto de 
					la noche el inicio del Santo Rosario de la romería almonteña 
					en el que participaron las 106 filiales rocieras y que fue 
					presidido por el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte. 
					 
					La celebración de este acto religioso, el Rosario, volvió a 
					dotar a la aldea almonteña de una especial luminosidad y 
					color, desde aproximadamente las 22.30 horas, momento en el 
					que las hermandades, con sus simpecados e insignias, 
					comenzaron a desplazarse desde sus casas de hermandad hasta 
					la Plaza de Doñana entre bengalas de colores. 
					 
					Una vez reunidas todas las corporaciones comenzó el rezo del 
					Rosario que, desde hace años, y recuperando una vieja 
					tradición, se hace en procesión por las calles de la aldea. 
					 
					Uno de los momentos más emotivos fue cuando los simpecados 
					de todas las hermandades filiales fueron pasando ante la 
					puerta de la ermita desde donde volvieron a sus casas 
					oficiales para prepararse para la visita de la Virgen del 
					Rocío, ya durante la procesión. 
					 
					Tal y como destacó a este diario Eduardo Ayala, uno de los 
					integrantes de la junta de gobierno de la hermandad, los 
					almonteños saltaron la reja a las 2.50 horas 
					aproximadamente, después de más de dos horas de espera en el 
					interior de la ermita esperando la llegada del Simpecado de 
					la hermandad matriz de Almonte del rezo del Rosario, dando 
					con ello comienzo la procesión de la Virgen del Rocío, 
					vestida para la ocasión con sus ropas de ‘Reina’. 
					 
					En este sentido y tal y como comentaba Ayala, el Simpecado 
					caballa así como todos los rocieros ceutíes fueron visitados 
					por la Blanca Paloma alrededor de las 5.15 horas, 
					permaneciendo con ellos alrededor de veinticinco minutos, en 
					los que estuvieron cantándole la Salve, rezándole y 
					gritándole “¡Viva, la Blanca Paloma!” hasta hacer 
					enronquecer las gargantas. 
					 
					Eduardo Ayala destacó que este año ha sido una de las veces 
					que más tiempo y más cerca ha estado la Blanca Paloma de los 
					ceutíes. Además, el grupo rociero ceutí ‘Al Compás’ estuvo 
					cantando a la Virgen del Rocío y los almonteños que portaban 
					a la imagen permanecieron frente al grupo ceutí mientras le 
					cantaban. 
					 
					La hermandad ceutí se ha resaltado que han tenido la suerte 
					de ser una de las que ha recibido la visita de la Virgen 
					antes de que sufriera el percance con uno de sus varales que 
					la ha obligado a regresar antes de tiempo a la Ermita. 
					 
					Finalmente, ayer también a las 19.00 horas, oficiaron una 
					misa de despedida en la Ermita y ante la Virgen del Rocío, y 
					por primera vez en la historia de la hermandad de Ceuta, el 
					Simpecado ceutí fue colocado junto a la Blanca Paloma, hecho 
					este que tan sólo unas 20 hermandades tienen el privilegio 
					de hacer. 
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