PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 14 DE JUNIO DE 2011

 
OPINIÓN / 7º DE MICHIGAN

Septem Nostra, puerta equivocada

Por Fidel Raso


El pasado miércoles día 8 publicaba una opinión en este medio que se titulaba ‘A por el escarabajo pelotero’; en él los ceutíes que amablemente tuvieron el interés de leerlo recordarán que me quejaba de la obra realizada en la zona del Quemadero donde se habían derribado árboles “a base de palas excavadoras dentro de unas obras mastodónticas que veremos dónde acaban y cómo acaban”. Al margen de la crítica política, que no técnica, citaba a Septem Nostra, a la que reprochaba su “ausencia” de postura respecto a tal asunto, tanto a la hora de hacer una comprobación de los hechos como de realizar una voluntaria valoración de los mismos. Razonaba en aquella opinión que el motivo del tal “ausencia” se podría deber a que Septem Nostra estuviera “subvencionada por la Delegación de Gobierno y la Ciudad Autónoma”. Incluso iba más lejos en mi opinión al señalar que quizás no pasaran por allí al no existir en el lugar ninguna ‘lapa ferruginea’ de la que hacer el estudio pertinente “para facturar o dar conferencias sobre un tema aparentemente análogo como el que se estaba realizando ese mismo día sobre las lapas amenazadas del litoral de Ceuta”.

La organización ecologista respondió a tal opinión en otro periódico ceutí dentro de sus colaboraciones habituales y dedicando al menos cinco veces más espacio para contestarme del que yo había dedicado a opinar sobre ellos. Firme defensor del derecho de réplica, no voy a privar a aquellos amables lectores de mi opinión del pasado día 8 en este periódico de lo que argumentaba Septem Nostra en un texto cinco veces superior al mío, insisto, y publicado en su periódico de referencia.

Lo primero que hace Septem Nostra al inicio del texto contra lo publicado por mi es disertar sobre las “tribunas de opinión”, a lo que dedica del orden de 40 palabras. Yo se lo zanjo en menos: Opinar no es decir lo que se cree, sino lo que se sabe. Me bastan trece. Seguidamente, Septem Nostra entra en una obsesión: “Como es habitual (sic), para nuestra desgracia (el poner en duda los valores de la Asociación) proviene del mismo medio de comunicación habitual. Nos referimos al periódico El Pueblo de Ceuta”. Craso error. En mis siete años en Ceuta no recuerdo haber escrito una opinión que citase a Septem Nostra. Esta es la primera vez. Muy al contrario, han sido numerosas las veces que en el ámbito de la información he participado en aquellos acontecimientos de interés divulgativo de la organización ecologista. De lo que yo soy responsable Septem Nostra no va a culpar a esta cabecera, donde trabajan con ilusión muchos profesionales y que nada han hecho ni dicho contra Septem Nostra. Septen Nostra se ha equivocado. Para obsesiones mediáticas no necesitan moverse del periódico donde hacen sus colaboraciones habituales.

La referencia temeraria a esta cabecera donde, insisto, trabaja gente excelente, me lleva a plantarles cara al nivel que no deseaba: frente a sus reivindicaciones ecologistas de informes en papel, conferencias con cartel y según dicen ustedes sin aporte de dinero público: (“ecologismo pragmático y conciliador”, dicen en su réplica), periodistas como este que escribe han llegado casi hasta jugarse la vida en durísimos escenarios de defensa del medio natural sobre los que era necesario informar. Cuando ustedes ni siquiera existían como organización de “ecologismo pragmático y concilador” a este periodista, junto a algunos otros profesionales de la información y a activistas del ecologismo no “feliz”, como ustedes afirman que desean ser, les disparaban desde la cubierta de un barco esquilmador de recursos marinos. Un escenario que llevó a que tuviera un grave accidente sobre una de las lanchas de Greenpeace en aguas internacionales. Cuando ustedes preparaban su estructura de “organización” este periodista, junto a su compañera y también periodista Tamara Crespo recorría las Islas Galápagos en pateras y a caballo para conocer las múltiples agresiones que sufrían las islas de Darwin, lo que dio origen a varios reportajes que acabaron publicados tanto en un anuario como tema destacado del año como en el suplemento dominical de un periódico editado por PRISA. Viaje a las Islas Galápagos no subvencionado, ni apoyado por las instituciones y pagado con nuestro sueldo de periodistas, por cierto.

Ustedes pueden seguir intentando hacer chistes con dibujitos ilustrativos como el que apoya su opinión contra la mía, y en el que, por cierto, se vuelven a confundir los géneros periodísticos, denominando “noticia” a lo que no es sino una opinión. A su “organización cultural” la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma dicen ustedes que no les dan subvenciones ni ayudas con las que pueden hacer su labor “divulgativa”. Les felicito por lo que puedan disfrutar con ello. Muchos periodistas no hemos gozado, desde luego, de tal prerrogativa (la de tener subvenciones y ayudas), más bien hemos tenido muchos problemas en realizar nuestro trabajo y una vez hecho, en poder “divulgarlo”.

Entiendo perfectamente, por lo tanto, que se encuentren a gusto en su periódico de cabecera y hayan atacado a este medio con la excusa de haber publicado una opinión de la que yo soy responsable; opinión en la que preguntaba dónde estaban ustedes cuando se tiraban los árboles con excavadoras en el Quemadero.

También les veo muy sueltos en sus citas intelectuales con las que pretenden hacer referencias de réplica. Miren, queridos amigos (por qué no) de Septem Nostra, este modesto periodista hace ya casi 20 años estaba en un avanzado seminario de semiótica titulado “De la naturaleza a la cultura” con ponentes de las Universidades de París III, Sorbonne Nouvelle; de Texas (EEUU) y Ámsterdam, con lo cual permítanme que no recurra a las mías.

No tengo ningún inconveniente en trasladar a aquellos amables lectores que siguieron mi opinión en este periódico una réplica suya. Sobre las subvenciones ustedes dicen que la “relación” que se hace en mi artículo (en realidad opinión) “entre subvención y silencio” es “malintencionada y difamatoria”. Recogido queda por mi parte, y como tal sujeto a la opinión respetable de los lectores. Ustedes, a cambio, creo entender que se revuelven contra lo expresado por mi de la siguiente manera: “Nos gustaría recordarle al autor del artículo (opinión) que es usted el que percibe un sueldo por escribir sus artículos (otra vez,…artículos no, opinión sí) y ejercer su profesión periodística desde un medio que como todos (sic) está subvencionado por las “arcas municipales”. Es de agradecer que ustedes digan que escriben sus opiniones habituales en un periódico subvencionado. Interesante el dato. Ustedes perdonen… pero ¿me están reconociendo que Septem Nostra hace opinión en un periódico subvencionado? ¿No se quejarán…? No tengo ningún inconveniente en pedirles disculpas. Ustedes perdonen. Nada…, lo siento. No volverá a suceder.

Tenía una denuncia medioambiental y he llamado a la puerta de Septem Nostra. Una puerta equivocada a la que seguiré a partir de ahora desde otra perspectiva.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto