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					La playa de Calamocarro se ha convertido en el escenario de 
					continuos enfrentamientos entre bañistas y residentes del 
					CETI. Una de las vecinas que este fin de semana estuvo en la 
					playa ha denunciado el comportamiento de un grupo de 
					personas que les invadieron, exigieron comida e insultaron. 
					Tras el incidente, tanto ella como la gente de alrededor se 
					mostró “indignada por la falta de respeto”. 
					 
					La playa de Calamocarro se caracteriza por ser una zona 
					familiar, donde los bañistas se reúnen para pasar un domingo 
					de pinchitada. Sin embargo, cada vez hay más personas que se 
					sienten “indignadas” cuando van a esta zona. El problema 
					nace con los residentes del Centro de Estancia Temporal de 
					Inmigrantes (CETI) que, al parecer, no cumplen con las 
					“normas de civismo” por todos conocidas, según explica una 
					ciudadana a este diario. Ella fue el domingo hasta esta 
					playa, como cada fin de semana, para pasar un día en 
					familia. Sin embargo, en su caseta se encontró con unos 
					invitados inesperados.  
					 
					“Varios residentes del CETI se pusieron a nuestro lado y 
					empezaron a exigirnos que les diéramos comida, querían tarta 
					por la fuerza y como no se la dimos comenzaron a llamarnos 
					racistas”, denuncia esta ciudadana, que prefiere no dar su 
					nombre por miedo a ser tachada de xenófoba. “No tiene nada 
					que ver de qué país procedas, sino que respete o no las 
					normas de comportamiento”, aclara antes de proseguir 
					relatando lo que vivió en Calamocarro.  
					 
					Inmunidad ante la Policía 
					 
					“Comenzaron a tirar fotos a los niños, a encararse e incluso 
					uno me estornudó encima”, se queja. “Llamamos a la Policía 
					Nacional, pero nos dijeron que no pueden hacer nada” explica 
					esta bañista que añade: “Ellos lo saben y se aprovechan, 
					porque no les pueden tocar y lo primero que te dicen es que 
					tienes papeles y eres racista”. Una actitud que hace temer a 
					esta ciudadana que cualquier día se pueda provocar una 
					reyerta.  
					 
					En el CETI recibió la misma respuesta que de la Policía. “Me 
					dijeron que no era la primera vez que se quejaban, pero que 
					no podían hacer nada”. “Sólo queremos que le expliquen que 
					no se puede pasear por la playa en calzoncillos o dar 
					pelotazos a la gente, que se comporten como cualquier otro”, 
					pide esta mujer. 
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