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					El proyecto de seguridad en el edificio de cuatro plantas 
					donde se ubica la Jefatura de la Policía Local continúa su 
					periodo de implantación. Se trata de la instalación de un 
					sistema de videovigilancia interna, similar al que se ha 
					instalado en el edificio del Palacio de la Asamblea y que, 
					junto con todo un completo software y programas 
					informáticos, dotará de la seguridad necesaria a la sede 
					pública del cuerpo de la Policía Local.  
					 
					Un proyecto planteado y certificado por la cúpula de 
					Gobernación y que ha contado, no sólo con la autorización 
					firmada para la adquisición de estos materiales con un coste 
					de 12.000 euros, sino que ha participado, incluso, en la 
					decisión última de su ubicación en accesos públicos, 
					pasillos y zonas comunes por donde han de entrar y recorrer 
					espacios, numerosas personas ajenas al Cuerpo. 
					 
					Un total de 16 cámaras instaladas en estas zonas y que 
					aportan un “enfoque aséptico y que no incumple la Ley ni 
					vulnera la intimidad”, han dicho fuentes de la Ciudad 
					Autónoma vinculadas a Gobernación, el área donde se asienta 
					la competencia sobre la Policía Local. 
					 
					El sistema no se ha instalado aún en su totalidad y ya 
					suenan voces contrarias, provenientes de grupos internos y 
					externos de presión que tratan de que la Policía Local 
					continúe siendo un coto sin vallar, donde las guerras 
					intestinas formaban el día a día de un cuerpo en el que 
					prevalecían los buenos y los malos, según se estuviera en el 
					‘equipo’ del jefe de turno y estos a su vez volcados con la 
					figura del superintendente. 
					 
					La decisión de establecer un sistema de seguridad interna 
					con el que controlar un edificio de cuatro plantas abierto 
					al público no ha sentado bien a ciertos sectores que apelan 
					al sagrado derecho de la intimidad en el centro de trabajo, 
					el sindicato CCOO es el más activo en estos 
					pronunciamientos. Sin embargo, cámaras de este tipo existen 
					en numerosos lugares públicos como el propio Palacio de la 
					Asamblea sin que hasta la fecha ningún sindicato haya 
					levantado la voz. También están instaladas en Jefaturas de 
					Policías Locales como las de Estepona, Valencia o Marbella 
					por poner algún ejemplo. Pero todo lo relacionado con la 
					Policía Local se aprovecha para expandir una campaña de 
					acoso y derribo contra los criterios incorruptibles de la 
					actual Jefatura por la que el propio presidente apostó para 
					cortar definitivamente con los desmanes internos en un 
					colectivo de casi 300 funcionarios. 
					 
					De fondo, porque todo tiene un fondo, está el hecho de que 
					la actual Jefatura ha puesto a trabajar en la calle, como 
					corresponde, a un 30% más de agentes que pasaban los días en 
					los denominados ‘boquetes’ y esto no ha gustado para los 
					acostumbrados a vivir con cierta desenvoltura en el interior 
					del cuerpo. Masa de desencantados que son, para el grupo de 
					presión opositor, la mejor manera para unir adeptos en favor 
					de lo antiguo y de las históricas maneras que el propio 
					Vivas, con el mejor criterio cortó de raíz. 
					 
					Ejemplo: todo un sistema informático con un software 
					avanzado para dotar al edificio de la necesaria seguridad, 
					16 cámaras, monitores, cableado e instalación, adquirido con 
					el visto bueno y rúbrica del viceconsejero Coronado ha 
					tenido un coste de 12.000 euros. Sin embargo, en épocas 
					pretéritas aunque recientes, la ‘urgente y absolutamente 
					necesaria’ compra de seis cascos con plumas para los actos 
					de protocolo supuso un coste de 20.000 euros. 
					 
					En realidad huele demasiado el fondo y las pituitarias 
					detectan sin duda un evidente interés por reeditar aquellos 
					viejos valores cuando la Policía Local era un simple chambao. 
					Muchos, esos de los de la vida más simple, funcionarios con 
					magnífico sueldo -no como los millones de mileuristas- tocan 
					las puertas de Protección Civil añorando aquellos tiempos 
					mejores. Eso sí, con la ayuda del brazo armado mediático del 
					Bildu caballa en la creación de la polémica artificial. 
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