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OPINIÓN - VIERNES, 17 DE JUNIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

La mano tendida de Carracao


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

El llamado “Carracao´s Style” podría definirse como una manera de hacer oposición abiertamente constructiva y cooperativa. No hay más que recordar el empeño del joven líder socialista al acompañar a Juan Vivas para defender el tema de la reducción de las bonificaciones de la Seguridad Social como fórmula de alquimia financiera para favorecer a la creación de empresas y la generación de empleo. Bloque común ceutí y defensa acérrima del interés de todos, prescindiendo de intereses partidistas y de diferencias doctrinales más o menos acusadas. Lo que parece tener muy claro José Antonio Carracao es el auténtico papel que ha de jugar el partido que se encuentra en la oposición, que viene a significar aquel que no ha logrado un respaldo mayoritario para realizar labores de Gobierno según las normas democráticas en vigor. Y ante el pronunciamiento de las urnas no cabe una postura de eterno encono y cronificada pataleta en plan “soponcio e inquina del perdedor” sino una actitud de respeto a los resultados legítimos y al tiempo la intención de demostrar al electorado mayoritario el talante constructivo de un partido que, sin tener funciones gobernando sí es muy capaz de aportar ideas y reforzar desde la generosidad cualquier acción o iniciativa que a todos beneficie por parte de quienes detenten el poder.

La impecable presencia del grupo socialista en el acto institucional celebrado ayer no ha hecho más que reafirmar la convicción de quien va a ejercer durante cuatro años como jefe de la oposición desde una postura de categoría intelectual, equilibrio y clase política. Y ahí es donde hay que incidir e insistir en el “Carracao´s Style” que hasta ahora ha destacado en el apoyo al tema de las bonificaciones y en lo relativo a la Ley de Contrabando. Funcionamiento conjunto cuando sea menester y las lógicas discrepancias en asuntos que pueden solventarse mediante el diálogo, el intercambio de opiniones, las críticas que aporten y sumen y los elogios mutuos cuando cualquiera de las partes los merezca. Ése y no otro es el “quid” del estilo llevado a la actividad pública y no hay que olvidar que el gran pensador francés Alain de Benoist inició una de las obras clave de la actual filosofía con la frase “El estilo es el hombre”.

Ninguna actitud que sea agresiva, grosera, burda, insultante o desfachatada tiene cabida en los sistemas democráticos donde los que ejercen las labores de Gobierno han sido elegidos por sufragio, rectifico, no tienen cabida si se respetan las normas democráticas y se realiza una labor de oposición y no una labor de “venganza o de represalia” por haber sido rechazados en las urnas. Resulta paranoico y desaforado el tratar de “castigar” al ganador y de paso insultar a los votantes, obstaculizando la normalidad de las instituciones, creando conflictos artificiales, armando broncas artificiosas y demostrando a la postre que no se respeta el sentir expreso del pueblo, sino que se trata de imponer “por las bravas” aquellas ideas, proyectos o actitudes que han sido rechazados. Todo escasamente democrático y que da idea de un totalitarismo y de una hostilidad total hacia los ciudadanos por no haberles favorecido con su sufragio.

En el caso del socialista su trayectoria ha sido un ejercicio de “savoir faire” de saber hacer y la moderación y la ponderación son siempre dignas de elogio. Puede discrepar, pero no trata de “dinamitar”, puede disentir y explicar sus razones, pero no intenta “arrasar” ni inventarse “agravios” para tener así un motivo de queja y de reconcomio. Pero entre los grandes partidos, pese a sus rifirrafes dialécticos en señaladas ocasiones, siempre se trata de actuar de la manera más respetuosa posible y según las normas y las reglas de la cortesía política socialmente admitidas y defendidas. Vivimos por fortuna en una sociedad europea donde casi todo se encuentra reglado y cronometrado para su correcto funcionamiento y esto se circunscribe a las esferas sociales y políticas en las que se postulan el equilibrio y la normalidad, la asunción de una serie de valores y de principios y conductas que se adecuen a lo generalmente aceptado como correcto. Ni se puede renunciar al estilo, ni los modales son renunciables, ni se puede funcionar sin una base de urbanidad y de cortesía. Y Carracao está formado en las lides democráticas y en las reglas del juego institucionales, conoce y comprende y por ello sabe ejercer el papel que tiene asignado por las urnas y la actitud que su electorado le requiere.

Tal vez por eso finalizó su intervención tras el acto solemne de la jornada de ayer insistiendo en su postura de “mano tendida” esa actitud de la que hasta ahora ha hecho gala y signo distintivo y que le ha valido un incremento de votos. Ya sabemos que la clase y el talante de un político son capaces bien de dignificar bien de “enmierdar” tanto su imagen como sus ideas, repercutiendo negativamente en sus propios votantes y al tiempo en la generalidad del espectro social que reacciona a tenor de comportamientos y de conductas. En el caso del líder socialista la dinámica es la templanza y el evitar en el mecanismo institucional chirridos innecesarios: diálogo, acuerdos, consenso, mano tendida, más diálogo y más diálogo. ¿Consideración ante su papel? Indiscutible. ¿Actitud dialogante mantenida en el tiempo y en el espacio? Irrebatible e innegable : “Carracao´s Style”.
 

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Acto de investidura y discurso de la concordia


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

El acto de investidura de Juan Vivas celebrado en el día de ayer cumplió todos y cada uno de los estrictos requisitos del protocolo pero fue mucho más allá en cuanto a contenido ya que el Presidente se explayó con una pieza de oratoria brillante que tuvo la capacidad de condensar pasado, presente y futuro. Realmente más que un discurso parecía la lectura de una tesis doctoral sobre la realidad geopolítica y financiera de la ciudad de Ceuta, datos y estadísticas entremezclándose con parábolas llenas de emotividad, exposición de logros concretos y compromisos de logros que se materializarán porque el corazón de la intervención distaba y mucho de unas palabras “de compromiso” y exudaba realismo y concreción.

Al igual que un latente espíritu de concordia que constituyó a mi entender el rasgo más destacable y que alcanzó su culminación en las frases que concretaron la característica de crisol de culturas que nos distingue y que representa el espíritu de exaltación del factor diferencial como pieza clave del enriquecimiento cotidiano del común patrimonio intelectual. El orador abordó todos los temas de interés de forma programática y llenó de sentido y de sentimientos la disertación. Y como colofón del acto esa especie de cantata con aires de ópera clásica que es el himno de la ciudad. Adecuado y perfecto desde el puto de vista institucional, porque todos estuvieron presentes como muestra de respeto al electo por la voluntad popular y porque protocolariamente existen unas normas que son las que son y no hay otras de recambio ni se admiten rebajas ni dejaciones.

Y tal vez por la trascendencia y la solemnidad de la ocasión, no sorprendió la ausencia de los cuatro diputados de la Coalición Caballas que una vez más se automarginaron y se autoexcluyeron de un momento memorable para Ceuta demostrando la deferencia que les merecen los miles de votantes tanto del Partido Popular como del Partido Socialista cuyos diputados estuvieron donde debían estar, participaron plenamente representando con dignidad a su electorado y volvieron a demostrar quienes merecen ser considerados la “auténtica” oposición y cómo se funciona cuando se siguen, por educación y por cultura, los dictámenes de la más estricta cortesía política. Mal ha empezado y mal continúa la Coalición Caballas su trayectoria marcando distancias artificiosas que ellos hacen insalvables, con la práctica totalidad de la ciudadanía. Las formas y los modos del extinto batasunerío hoy reciclado en Bildu (ya veremos) y el tipo de actitud rayana en el fanatismo y rica en malas maneras que, de forma automática, causa un rechazo visceral.

En resumen, ni estuvieron ni se les echó en falta, aunque Aróstegui se andaba paseando por los aledaños del Palacio de la Asamblea con una camisa de faldones al viento haciéndose el encontradizo con quienes salían del acto que, por cierto, se limitaron a ignorarle. En otras épocas la comparecencia de los de la UDCE hubiera sido lo normal y hubieran asistido junto al resto de los diputados de una manera normal, disfrutando de la interpretación del bello himno de Ceuta y parándose a saludar y a departir con todos los presentes. Pero “esos” fueron tiempos de una normalidad que hoy parece innecesariamente resquebrajada por voluntad expresa de quienes en el pasado merecieron el respeto y la deferencia del resto de los diputados y que hoy parecen ejercer de “antisistemas” apostando por un radicalismo pernicioso que les excluye de todos y de todo.

Peor para ellos que se pierden participar, como se perdieron la ofrenda a la Virgen de África, como Alcaldesa electa que es por derecho propio y por normas democráticas, del bastón de mando de la ciudad. Los sones de la Salve acompañaron el ritual de inmensa emotividad y el delicado centro de flores que el Presidente Vivas y su esposa regalaron a Nuestra Señora pareció complacer a la Santísima Virgen porque se la veía con expresión alegre y muy a gusto por la visita y con la compañía. Y eso que no escuchó en directo el discurso del Presidente porque le hubiera encantado también, no obstante con el canto de la Salve, el bastón, las flores y las oraciones la Patrona pareció darse por satisfecha.

Un acto bien organizado, se cumplieron los horarios, todo transcurrió como una seda, fue momento de encuentros y de conversaciones, de saludos y de felicitaciones. Una ocasión gozosa en la que estuvieron quienes merecían estar compartiendo el imperante espíritu de concordia. ¿La pincelada del día? Son dos, contento y concordia en Ceuta, nada menos y nada más.
 

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