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					XPara evitar problemas, lo mejor es no meterse en ellos. Eso 
					sería lo lógico y más prudente, pero en las playas los 
					riesgos se multiplican en caso de imprudencias y llegan a 
					poner en peligro la vida de los bañistas. Menos mal que 
					están los ‘chicos de la Cruz Roja’ para sacar a más de uno 
					del atolladero. 
					 
					El 15 de junio comenzó a pleno funcionamento la temporada de 
					playas en Ceuta, con la puesta en marcha de la campaña de 
					vigilancia que realiza la Cruz Roja Española de nuestra 
					ciudad. 
					 
					La presencia es diaria en cinco zonas de baño, las más 
					destacadas del litoral ceutí: Ribera, Chorrillo, Miramar, 
					Tarajal y Benítez. Previamente a esta campaña se ha estado 
					prestando un servicio de vigilancia durante los fines de 
					semana. 
					 
					El dispositivo para este año 2011 implica a cerca de ciento 
					diez voluntarios entre socorristas acuáticos, personal de 
					primeros auxilios, jefes de equipo, conductores de 
					ambulancias, técnicos en emergencias, patrones de 
					embarcaciones, técnicos en comunicaciones y responsables de 
					playa. Además del equipo humano, se cuenta con dos 
					ambulancias equipadas con soporte vital básico, tres 
					embarcaciones semi rígidas de 4,50 metros y motores de 30 
					caballos, un vehículo para reparto de material y un quad. 
					 
					Para un mejor desarrollo de su labor, las playas se dividen 
					en tres zonas: primaria (agua), secundaria (playa) y 
					terciaria (aledaños de los puestos de primeros auxilio y 
					carretera). 
					 
					El objetivo del convenio de colaboración con la Ciudad 
					Autónoma se centra en establecer un dispositivo de 
					asistencia sanitaria, rescate y evacuación de las posibles 
					víctimas, náufragos y accidentados en las zonas de baño de 
					la ciudad, además de garantizar la seguridad de los 
					ciudadanos en las playas durante la temporada de verano. 
					 
					En base ello, durante la pasada campaña se realizó la 
					prevención de producción de accidentes, se asistió a las 
					personas afectadas de cualquier incidente, se realizaron 
					rescates en el agua de personas que se encontraban en 
					peligro, se realizaron evacuaciones a centros sanitarios de 
					víctimas de accidentes y también se prestó colaboración para 
					facilitar el acceso a la playa de personas discapacitadas. 
					 
					Intervenciones 
					 
					En el verano anterior se atendieron más de 2.200 incidencias 
					entre todos los puestos de primeros auxilios, de los que 32 
					fueron evacuados a centros médicos por las complicaciones 
					que presentaban. Desde las playas se realizaron cincuenta 
					avisos al 061. 
					 
					Por estadística, el caso más repetido fue el de heridas 
					leves, con 480 asistencias, seguido de extracción de púas de 
					erizo, en 148 ocasiones, 81 contusiones, 68 picaduras de 
					avispa, 61 picaduras de medusas, o limpiezas oculares en 40 
					ocasiones. 
					 
					Menos abundantes, pero no por ello deja de ser llamativo, 
					fueron las ocho picaduras de animal marino, dos picaduras de 
					pez araña o una mordedura de morena, 
					 
					Respecto a efectos del sol, hubo dos casos de insolación, 
					once personas con quemaduras de primer grado y dos más con 
					quemaduras de segundo grado. 
					 
					Los sucesos más graves correspondieron a un infarto, un 
					síncope, un traumatismo craneoencefálico o una persona 
					politraumatizada. 
					 
					Prevenciones 
					 
					Evitar situaciones de peligro o poner en riesgo a los demás 
					está en la forma de ser de cada uno. Por eso llama la 
					atención que el verano pasado se tuvieron que realizar 699 
					avisos a bañistas. 
					 
					La mayoría de ellas (338 ocasiones) fueron por saltar en 
					zonas rocosas; otras 66 corresponden a realizar actividades 
					peligrosas, y 35 más por nadar en el foso, mientras que a 47 
					personas se les llamó la atención y avisó del peligro que 
					corrían por nadar en el canal de paso para embarcaciones. 
					 
					Otras 179 fueron a personas que se encontraban nadando fuera 
					de la zona acotada para el baño, siete por nadar con bandera 
					amarilla, dos por hacerlo con bandera roja, un aviso a una 
					persona con intoxicación etílica para evitar que se bañara, 
					y una llamada de atención a un usuario por fingir ahogarse 
					en la playa. 
					 
					Parece que algunos se sienten envalentonados y se creen que 
					no les puede ocurrir nada. Seguramente igual que a todas 
					aquellas personas que hubo que rescatar. Concretamente a dos 
					nadadores que se encontraban fuera de la zona acotada para 
					baño y con bandera amarilla, cincuenta y nueve que se 
					encontraban en peligro de ahogamiento, o los dos valientes 
					que se lanzaron al agua con bandera roja y hubo que salir a 
					por ellos por encontrarse en riesgo de ahogarse; o los otros 
					diecisiete que presentaban cuadros de dificultad 
					respiratoria en el agua. 
					 
					Todas estas actuaciones se hicieron por los socorristas 
					acuáticos que patrullan las orillas de la playa arriesgando 
					en muchas ocasiones su propia integridad física. 
					 
					Desde las embarcaciones de la Cruz Roja también se actuó en 
					numerosas ocasiones, destacando los casos en que tuvieron 
					que remolcar a otras embarcaciones a la deriva, rescatar 
					tres nadadores en riesgo de ahogamiento y otro más con 
					dificultad respiratoria en el agua. 
					 
					Además, en dos ocasiones se montó un operativo de rastreo y 
					búsqueda de personas perdidas en el mar. 
					 
					La lista de excesos continúa con los 126 avisos a diferentes 
					embarcaciones por encontrarse en la zona acotada para el 
					baño; 74 llamadas de atención a pescadores que invadían el 
					acotado para bañistas sin preocuparles que los anzuelos 
					pudieran herir a otras personas. 
					 
					Buzos y submarinistas fueron advertidos en 92 ocasiones 
					diferentes: 46 por encontrarse en la zona de usuarios, 21 
					más por llevar arpón en la playa, otros 23 por no utilizar 
					la boya obligatoria de señalización y el más atrevido de 
					todos, por meterse en el mar con bandera roja. 
					 
					Respecto a aquellos usuarios de la playa que llevan su 
					barquita hinchable y pretenden disfrutar de un buen día, se 
					realizaron 65 intervenciones: 60 por estar fuera de la zona 
					de baño, una por meterse en el canal de paso para 
					embarcaciones y otras cuatro por estar dentro del foso. 
					 
					En total, la Cruz Roja tuvo que actuar en más de mil 
					ocasiones diferentes (1.021 concretamente), por 
					imprudencias, algunas muy graves, de los demás. 
					Afortunadamente, no se produjo ningún caso de ahogamiento, 
					no así en 2009 que sí hubo un ahogado en las playas ceutíes. 
					 
					Director de operaciones 
					 
					Jesús Clemencio Núñez Sánchez, director de Salud, Socorro y 
					Emergencia, es el responsable de los dispositivos de playa, 
					y comentó que cada año se intenta dar la mayor cobertura 
					posible ajustándose al presupuesto. 
					 
					Por ejemplo, si todos los años se comenzaba con la 
					intervención a finales del mes de mayo y solamente en 
					Chorrillo y Ribera, este año se ha abierto estas playas 
					desde el día 1 de mayo atendiendo los fines de semana y las 
					zonas de Miramar y Benítez cuentan con la vigilancia desde 
					el 1 de junio. 
					 
					Es un esfuerzo que se realiza para atender las solicitudes 
					de los vecinos de esas zonas. 
					 
					Este departamento, además de la vigilancia de playas que, 
					quizá, sea lo más visible, está operativo durante todo el 
					año, ya que interviene en la llegada de inmigrantes, 
					operativos para competiciones deportivas diversas, y además 
					la Operación Paso del Estrecho, campañas de salud, el 
					servicio médico del CETI, la Utime..., “muchos frentes 
					abiertos, pero lo bueno de las playas o la OPE es que están 
					muy pautados en el tiempo y se puede organizar bien con el 
					grupo de voluntarios”, apuntó. 
					 
					En verano es más fácil poder montar un operativo porque hay 
					más personas disponibles, “muchos voluntarios, muchos 
					compañeros que te echan una mano en una u otra cosa”. 
					 
					Lo más próximo será la noche de San Juan con embarcaciones 
					en las calas, dos ambulancias, puestos de socorro y 
					numerosos voluntarios que estarán trabajando mientras el 
					resto de los ciudadanos disfruta, lo que se merece un 
					agradecimiento enorme. 
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