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					El jugador del BM. Ramón y Cajal Adán Rojas viajó la semana 
					pasada a Córdoba junto a su padre para entrenar un par de 
					días con el Séneca en el ‘Enrique Puga’. El equipo cordobés, 
					que esta temporada ha regresado al grupo cuarto de la 
					División de Honor, ha cambiado de técnico y el nuevo 
					inquilino del banquillo José Ángel Garrido quería comprobar 
					‘in situ’ la evolución de Rojas en el transcurso de la 
					temporada en la que apenas jugó en la primera vuelta para 
					terminar ganándose un sitio en el equipo de Rafa Salcedo. El 
					delantero juvenil de primer año participó en dos sesiones 
					preparatorias marcadas por el asfixiante calor en las que 
					Garrido dispuso partidillos para ver las evoluciones de 
					cuarenta futbolistas, quedándose en el último ‘entreno’ con 
					una veintena entre los que estaba Adán. El técnico 
					senequista cree que el jugador ceutí puede rendir a un buen 
					nivel escorado a la banda izquierda. El posible acuerdo 
					entre el padre del jugador Pedro Rojas y el presidente del 
					Séneca Manolín Cuesta queda pendiente de las conversiones 
					que mantendrán en los próximos días ambas partes. 
					 
					El futbolista está ilusionado, pero debe sopesar varios 
					temas (estudios, familia...) antes de dar el paso de 
					marcharse a la Península. 
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