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					La situación económica y financiera no es fácil y el 
					Gobierno de la Ciudad Autónoma prepara sus nuevos escenarios 
					para afrontar con solvencia los difíciles tiempos que aún 
					están por llegar. El Ejecutivo prepara un borrador que sirva 
					de reflexión en relación a los recortes que puedan seguir 
					produciéndose y que se vinculan, además de a las 
					subvenciones y ayudas directas a otras entidades, no 
					sociales, en su propio gasto corriente dentro del capítulo 
					primero de personal y de la eficiencia de las horas extras y 
					las jornadas extendidas. Además de ello, se reestructurán 
					las sociedades municipales y organismos autónomos. 
					 
					La Ciudad, y en concreto la Consejería de Hacienda, tiene 
					encomendada en materia de estabilidad presupuestaria una 
					labor de reflexión sobre las posibilidades del potencial 
					presupuestario para los próximos años, en concreto, la nueva 
					legislatura hasta 2015. 
					 
					Es evidente que se está atravesando una circunstancia de 
					coyuntura económica de las más complicadas que se conocen en 
					la historia económica reciente. De hecho, se ha logrado, en 
					los últimos dos años capear el temporal decentemente. Se ha 
					conseguido que se mantengan los niveles de prestaciones 
					sociales, que los servicios públicos no retrocedan y se han 
					alcanzado niveles de récord en inversión público que ha 
					derivado, y tiene mucho que ver -según defiende el 
					Ejecutivo- con que la tasa de paro, siendo muy alta, no sea 
					más elevada de lo que ya es. 
					 
					Para el nuevo Gobierno Vivas, es el momento de realizar una 
					reflexión ante la necesidad de una sostenibilidad financiera 
					adecuada al presupuesto de la Ciudad. La coyuntura sigue 
					siendo complicada y hay que ver el escenario presupuestario 
					a medio plazo y también ver la posibilidad de seguir 
					haciendo políticas cercanas al ciudadano, efectivas en 
					cuanto a sus objetivos y realistas en cuanto a disponer de 
					los recursos con los que se cuenta, y eso implica revisar 
					las políticas de gasto que se mantienen inasequibles al 
					desaliento en los últimos años. Y la tijera va a comenzar 
					por ahí. Fundamentalmente para que las políticas sociales, 
					la que tiene que ver con los ciudadanos a los que hay que 
					atender decisivamente, no se vean afectadas por las 
					circunstancias económicas actuales. 
					 
					Se estudia, en estos momentos qué gastos corrientes pueden 
					ser prescindibles. Algo en lo que el Gobierno se va a 
					implicar en las próximas semanas y meses para confeccionar 
					el borrador de presupuestos de 2012 y que servirá de pauta 
					para los sucesivos ejercicios. 
					 
					El objetivo del Ejecutivo es el equilibrio presupuestario 
					año tras año, es decir que las previsiones de ingresos se 
					correspondan con las de gasto. Las previsiones de ingresos 
					serán realistas y prudentes en una coyuntura adversa 
					prevista aun para 2012. 
					 
					Recursos Humanos 
					 
					Además de eso, el Gobierno reexaminará el área de Recursos 
					Humanos que es uno de los capítulos más importantes del 
					gasto corriente. Por tanto se trabaja en una senda ya 
					iniciada en el ámbito de la contención del gasto y que, 
					además, sea lo más eficaz y eficiente posible.  
					 
					No lo harán solos, se contará con los representantes de los 
					trabajadores porque el mantenimiento del empleo público es 
					una prioridad compartida con los sindicatos. Sin embargo, el 
					Ejecutivo reconoce que es necesario realizar un esfuerzo 
					para que haya una mejor gestión. Es posible contener el 
					gasto corriente en Recursos Humanos y que los trabajadores, 
					por otro lado no vean mermadas sus retribuciones, sino por 
					ende vean agilizado el pago de ciertos complementos como las 
					horas extraordinarias. 
					 
					Se ha reducido al cincuenta por ciento el gasto por horas 
					extraordinarias y ese es el camino por el que se seguirá 
					trabajando. Se examinarán las jornadas más extensas de lo 
					normal para comprobar si cuenta con la productividad 
					necesaria y si son imprescindibles todas ellas (es el 
					capítulo de las jornadas partidas). 
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