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sociedad - DOMINGO, 26 DE JUNIO DE 2011


junta directiva. f. raso.

 reportaje / ANIMALES
 

Cádiz y Málaga, dos ejemplos
de protectoras de animales

Victoria Santana y María Teresa Hernández, integrantes de la junta directiva de la
entidad en Ceuta, solicitan “implicación”
a la Ciudad Autónoma para la castración
de gatos callejeros

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Año 1846. Málaga. La ‘Liga Internacioanl de Protección del Caballo’ tenía como objetivo luchar contra el maltrato animal. Con los años cambió de denominación, pero no de intenciones. Y así se convirtió en la ‘Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga’ (Spapm), declarada de Utilidad Publica, por parte del Ministerio del Interior, desde 1.969.

Algunos kilómetros al oeste. 1872. Cádiz. Sociedad protectora de animales y plantas de Cádiz. En sus orígenes, dedicada en exclusiva al cuidado de plantas, hasta que nueve socios adquirieron un terreno de 5.000 metros cuadrados para poder alojar a los animales que iban acogiendo. Con el tiempo se edificaron en estas tierras veinte naves.

Dos ejemplos, al otro lado del Estrecho, de protectoras de animales en ciudades vecinas. “La base está en la dignidad y el respeto”, apunta, en una entrevista a EL PUEBLO, Carmen Manzano, la presidenta de la protectora de Málaga, conocida por todos como ‘El Refugio’. “El problema es que la gente no está concienciada, se siguen creyendo que los animales son juguetes. Y se empeora porque no hay ordenanzas que castiguen legalmente el maltrato animal”, agrega, antes de explicar cómo funciona la protectora.

En ‘El Refugio’ hay tres módulos para perros, los cuáles disponen también de una guardería para cuando son cachorros y de un geriátrico, donde permanecen cuando son viejos, puesto que nunca se les sacrifica. “Intentamos que el espacio sea lo más parecido a una casa, no salas y verjas, sino como un hogar”, añade Carmen. También hay un hospital, con sala de operaciones y sala de cuarentena, en la que permanecen todos los perros cuando llegan a fin de descartar cualquier enfermedad que pueda traer el animal. Por su parte, para los gatos hay cinco patios, dos para animales sanos y tres para enfermos. Actualmente tienen acogidos en la protectora, explica la presidenta, “más de trescientos perros y más de doscientos gatos”. Además hay un iguanario, en el que actualmente viven doce miembros, y una casa en la que habitan 28 tortugas.

Algo que se sustenta gracias a la colaboración económica de 1.400 socios y la labor que realizan unos setenta voluntarios.

Una de las posibilidades que ofrecen es ser para los animales casa de acogida, es decir, cuidarlos durante un tiempo determinado, ya sea mientras esperan hasta pasar a su familia fija, por ejemplo los que van a viajar al extranjero, o animales que están enfermos y necesitan cuidados. Por ello, las acogidas suelen ser entre tres semanas y dos meses, aunque depende de cada caso. En cuanto a voluntariado, existe además, gracias a un convenio con la Universidad de Málaga, la posibilidad de realizar acción social en la protectora a cambio de créditos para la titulación. Otro perfil es el de las personas que vienen de centros de inserción social y que encuentran en la protectora un modo de realizar trabajos en beneficio a la comunidad.

Además de los voluntarios, seis personas conforman la junta directiva de ‘El refugio’ y seis trabajadores conforman la plantilla, cuatro cuidadores y dos auxiliares de veterinaria.

Las fuentes de ingreso de la protectora de Málaga vienen también de mano de las numerosas actividades que realizan, como tenderetes de venta de cosas, actividades teatrales, galas musicales... O la recogida de animales en centros comerciales. “Una vez al mes nos vamos al centro comercial y las tiendas ponen el pienso más barato. La gente compra para ella, pero también para nosotros. Además, es una buena oportunidad para conocernos y para captar socios”, explica la presidenta que fue precisamente de ese modo como ella ingresó en la protectora. Era el año 1985.

La protectora gaditana comparte con la malagueña la inquietud y la numerosa cantidad de actividades que realizan para financiar la protectora y que los animales vivan en las mejores condiciones.

Unos 155 perros, 22 gatos y un conejo residen actualmente en la protectora de Cádiz, conocida por todos como ‘Kimba’, en recuerdo de una leona que tuvo esta protectora. Lo que en Cádiz no reciben son ayudas estatales. “Porque para recibir dinero del Ayuntamiento teníamos que sacrificar animales y nosotros eso no lo hacemos; así que nosotros nos financiamos sobre todo gracias a la aportación de los en torno a 600 socios que tenemos, los cuales pagan cuotas de entre cinco y treinta euros”, explica Concha Santamaría, una de las voluntarias que cooordina el refugio ‘Kimba’ desde hace siete años.

En total son unos cuarenta voluntarios, “entre los que van siempre y los que van de vez en cuando”. Asegura que lo que más necesitan son alimentos y medicamentos. Al igual que en la de Málaga, tienen muy organizadas las casas de acogida. “Nosotros les damos el pienso y todas las facilidades y ellos ponen la casa y cuidan al animal”, explica Concha, que asegura que incluso se forman listas de espera.

La protectora de Ceuta


Victoria Santana Ortega asumió el cargo de presidenta de la Protectora de Animales de Ceuta el pasado mes de abril, en sustitución de Juan José Tuset. Lo hizo tras aceptarse que la entidad fuese dirigida de manera conjunta entre las dos opciones que se postulaban a la dirección. María Teresa Hernández representa a la otra parte de ese organigrama. Tras una selección de Junta directiva repleta de contratiempos, ambas aseguraron, durante una entrevista a EL PUEBLO, que la relación entre los integrantes de la protectora de Ceuta es buena y que, en cualquier caso, tienen los mismos objetivos, proteger a los animales.

“Queremos, en primer lugar, un reglamento de protección animal, que en Ceuta no existe”, explicaron las dos chicas, que también solicitan jaulas de aislamiento y medidas de acogida para los perros callejeros.

Para realizar estas y otras actividades necesitan financiación. La Ciudad les otorgó 40.000 euros, “unos 4.000 menos que el año anterior; y una cifra que no nos da para cubrir nuestros gastos, que suelen rondar los 60.000 euros al año, dependiendo del volumen de gatos y perros”.

Uno de los aspectos que más reivindican es la castración de gatos callejeros. Le plantearon el tema a la anterior consejera de Sanidad y Consumo, competente a su vez en Sanidad Animal, Adela Nieto, la cual se mostró dispuesta a negociar el asunto.

Ahora es Abdelhakim Abdeselam, actual titular del cargo, el que ha tomado el relevo. El consejero aseguró el pasado jueves a EL PUEBLO que la Ciudad Autónoma “está estudiando el tema”, aunque están pendientes de concretar cuál es la sensibilización de la población en este sentido. “La población es muy dada a tener animales domésticos en casa, y en la calle a darles de comer, y eso ha creado una especie de masificación de los felinos. Por eso estamos trabajando en encontar el equilibrio entre la protección de los animales y evitar la proliferación de las enfermedades o plagas que puedan portar”, anotó el consejero durante la entrevista.

A este respecto, desde la protectora aseguran que ellos los castran de manera gratuita, a veces con la ayuda de los vecinos que como ya tienen confianza con los miembros felinos, propician al voluntario el acercamiento al animal. “Nos gustaría implicar al Gobierno de la Ciudad, pero también a los veterinarios. Si cada clínica se comprometiera a esterilizar a cinco hembras, ya sería un número importante. En la península, se asigna un dinero a los veterinarios para que realicen este trabajo”, añaden, y agregan: “Habría que trabajar también en una línea de concienciación a la población, que aún no entienden los beneficios de la castración”.

“Castrar a los machos es sencillo, pero el problema se plantea con las hembras, ya que necesitan un período de posoperatorio que suele durar unos siete o diez días y que sería conveniente que lo pasaran en casas”, explican las voluntarias, que aseguran que en Ceuta ni existen esas casas de acogida que serían necesarias, ni disponen de recursos económicos suficientes.

“Necesitamos voluntarios”

En este sentido, desde la protectora apelan a los ciudadanos para que se ofrezcan como casas de acogida, tanto de gatos como de perros: “Casas nodrizas, normalmente para gente que tenga espacio y tiempo, aunque depende del animal. Sería para animales enfermos, cachorros o ancianos”.

“También habría que recordarle a la gente que si se encuentran por la calle con un gato pequeño es mejor que no lo cojan, porque si es aún lactante, su madre estará seguramente cerca y si lo separamos, lo más probable es que no sobreviva”, concluyen Victoria y María Teresa.

Los voluntarios, como en toda protectora, son una parte esencial. En Ceuta hay algunos, como los que suben los fines de semana, pero necesitan más personas. Más que de tiempo, es cuestión de ganas: “Pueden subir a pasear a los perros, a bañarlos, a ayudarnos con el cuidado de los gatos; o incluso si no tienen tiempo para subir a la protectora, siempre se agradecen colaboraciones con la página web, o con la difusión. O profesores que quieran llevar allí a sus alumnos. Voluntarios veterinarios, que ahora tenemos sólo a una, Gabriela Larrea. O también nos vendría genial voluntarios electricistas o albañiles. Cualquiera puede ayudar. Estamos abiertos a cualquier propuesta”.
 

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