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sociedad - DOMINGO, 26 DE JUNIO DE 2011


josé antonio benítez. el pueblo.

entrevista / JOSÉ ANTONIO BENÍTEZ
 

Benítez: «La hipnosis
llega al subconsciente»

Uno de los tratamientos más comunes
es el abordamiento de las disfunciones
de la conducta, trastorno de ansiedad, depresión en todas sus fases, fobia, estrés, técnicas de relajación, y enfermedades mentales que no sean neurológicas
 

CEUTA
J. Losan

ceuta
@elpueblodeceuta.com

José Antonio Benítez, técnico superior en hipnosis profesional, acaba de abrir un centro de hipnosis para ofrecer este tipo de tratamiento, que aborda numerosas enfermedades y trastornos del comportamiento. En esta entrevista, se explica en qué consiste la hipnosis clínica, alejando el falso mito televisivo de dormir a los pacientes, centrada en llegar a niveles de relajación que permiten acceder al subconsciente y depositar allí una serie de mensajes que se activarán cuando el paciente se encuentre durmiendo por la noche. Ansiedad, depresión, estrés, pánico, anorexia, bulimia, obesidad, tabaquismo, drogadicción, fibromialgia, dolor crónico, fobias o estimulación de órganos con cáncer, son algunas de las especialidades.

Pregunta.- ¿Esta es la primera consulta de hipnosis profesional que se instala en Ceuta?

Respuesta.- Efectivamente, Ceuta cuenta ya con el primer centro de hipnosis profesional. Es una ventaja. Tanto los psicólogos como los psiquiatras estudiamos lo mismo sobre la mente, pero esto es una especialidad que trata la hipnosis clínica. No tiene nada que ver con los espectáculos que se ofrecen por televisión, que perjudican creando un mito que nos vemos obligados a desmentir en cada paciente.

P.- ¿Qué es esa explicación, concretamente?


R.- Tenemos que explicar muy claro que esto es hipnosis clínica, que no tiene nada que ver con lo que sale por televisión porque utilizamos unos protocolos para crear una terapia, un acercamiento para las disposiciones de la conducta. También ya se está poniendo en práctica la hipnosis experimental sobre hipertermia que se aplica en personas que están en tratamiento contra el cáncer.

P.- Es un tema interesante. ¿Puede ampliar la información?


R.- En Valencia y Barcelona, tanto la Escuela Técnica donde yo terminé mi doctorado, como en la ciudad Condal se están aplicando tratamientos sobre carcinomas, cáncer de mama, otros órganos. No es decir que la hipnosis cura la enfermedad, no. Es una estimulación de la zona afectada donde, con los protocolos de la hipnosis, se va actuando de tal manera que la afectación va disminuyendo. Todo esto se hace en combinación con los tratamientos adecuados dictados por los médicos especialistas. Le puedo decir que un caso muy cercano en mi familia, de cáncer de pulmón, ha quedado en una pequeña cicatriz. Es una conjunción de este tratamiento de hipertermia junto a la quimioterapia y radioterapia, que se convierte en un bloque. La hipertermia se usa en la psico-oncología desde que comienza el tratamiento.

P.- ¿Cómo es el protocolo?


R.- Cuidamos el aspecto psicológico del paciente desde el inicio, ampliándolo al nivel familiar, porque se trata de una enfermedad que afecta a la familia. Es bastante complicado. Y siempre, manteniendo un contacto permanente con los médicos especialistas que están tratando la enfermedad.

P.- ¿Dónde se estudia esta especialidad?


R.- Yo le puedo hablar de mi caso, una carrera dilatada, ya que terminé los estudios en el año 1995 en la Facultad de Psicología en Barcelona, desde la Escuela Técnica de Hipnosis en Valencia, con un programa similar al de la Universidad a Distancia. Desde entonces, hasta el año pasado, he estado trabajando en la hipnosis clínica y tuve la oportunidad de hacer el doctorado, y en el mes de julio ya nos regularon la titulación por la legislación. Con ello, nos convertimos en técnicos superiores en hipnosis profesional. Esto me animó a montar la consulta, después de muchos años de trabajo en el hospital usando técnicas de hipnosis y relajación para los pacientes que entraban en quirófano. También he dado cursos en el hospital de Ceuta. Me he reciclado y ahora tengo muchas técnicas nuevas y protocolos para muchos tratamientos diferentes.

P.- ¿Para qué tratamientos puede venir un paciente?


R.- Son muchos. Uno de los más comunes es el abordamiento de las disfunciones de la conducta, trastorno de ansiedad, depresión en todas sus fases, fobia, estrés, estrés post traumático, técnicas de relajación, y enfermedades mentales que no sean neurológicas. Hay una técnica muy utilizada EMDR, en la que a través de los movimientos de los ojos hay un reprocesamiento cerebral que vale para el estrés, el dolor crónico, la fibromialgia, pérdida y duelo, abuso, fobias...

P.- ¿Hay más enfermedades que se pueden aliviar con la hipnosis clínica?


R.- Le puedo comentar que la fibromialgia es una de ellas. Hay que partir de la base de que nos encontramos con muchos enfermos crónicos de fibromialgia que necesitan una atención especial. Otros aspectos que también encuentran en la hipnosis su sitio pueden ser tratamientos fisiológicos, control de dolor y lesiones musculares y de tejido blando. Se aplica calor en la zona y se puede restaurar tejidos. Puede sonar a ciencia ficción, pero es real, es una novedad científicia.

P.- ¿Se puede ayudar a dejar de fumar?


R.- También, hay un protocolo para el tabaco y otro para drogadicción de la cocaína. Yo estoy en permanente contacto con el colectivo profesional porque están llegando protocolos sobre estos aspectos concretos. Hay unos guiones científicamente comprobados. Por ejemplo, para el tabaco se emplea el protocolo PIPA (Protocolo de Intervención para Adicciones).

P.- ¿Se obtienen buenos resultados?


R.- Nosotros tocamos, principalmente, el hábito de fumar. No le voy a decir que sea fácil. Quien asiste a la consulta para esa finalidad, tiene que estar decidido a querer dejar de fumar. Son tres sesiones, aunque parezca que esto es un autobombo. Lo que pasa es que lleva también unas medidas posteriores. En la primera sesión, hay que hacer una entrevista muy pormenorizada sobre los hábitos del fumador, porque hay muchos tipos. Hay que descubrir cuál es el caso concreto. Le puedo asegurar que yo he conseguido que muchas personas hayan dejado el tabaco. Unos han vuelto porque han roto el protocolo, pero muchos siguen sin encender un cigarrillo desde entonces. Lo impresionante es que en la primera sesión ya se consigue quitar de fumar a muchas personas. En otros casos, hay que insistir más. Hay que tener en cuenta que muchos fumadores habituales lo hacen por ansiedad, y tenemos que descubrir para qué fuman y por qué encuentran en el tabaco esa ayuda. Es complicado porque hay que reeducar la mente. Con el protocolo de la hipnosis conseguimos reducir la ansiedad.

P.- Se ha hablado bastante de hipnosis, en este caso clínica y profesional. ¿Se llega a dormir el paciente?


R.- No, y eso me gustaría que quedase bien claro. En el protocolo de la hipnosis clínica, el paciente nunca pierde la consciencia. Al contrario, la Sociedad de Hipnosis Profesional ha emitido un comunicado sobre la definición de hipnosis. Es una técnica fundamentada en el conocimiento científico, que utiliza procedimientos de aprendizaje observacional, con la voluntariedad y colaboración del sujeto, procurando una focalización atencional (tanto de forma introceptiva como extroceptiva) que estructura modificaciones y cambios ideo-emocionales, ideo-motores e ideo-sensoriales, tanto a nivel cognoscitivos como comportamental, con la intención de abordar disfunciones que afectan a su calidad de vida.

P.- ¿Qué ocurre con los espectáculos en los que se hipnotiza al público?


R.- Lamentablemente, esa es la idea de hipnosis contra la que tenemos que luchar porque es lo que se ve en muchas ocasiones por la televisión. Nosotros, al contrario de dormir, lo que conseguimos es un estado de atención focalizada. Lo único que pasa es que se hiperactivan todos los sentidos. En este sentido, le tengo que comentar que hay un responsable de la asociación en Madrid encargado de hacer seguimiento a las cadenas televisivas sobre la programación de programas de hipnosis, con la finalidad de que se prohíban esos espectáculos que no hacen ningún bien a esta especialidad.

P.- La cadena Tele5 ha emitido una serie de programas titulados ‘La caja’...


R.- Sí, y el Colegio de Psicólogos de Cataluña lo denunció a la comisión deontológica para que elevase un estudio al respecto. Lo que sí le puedo afirmar es que está totalmente prohibido hacer espectáculos de risa con la hipnosis. Ya era hora de nos regularan y le dieran la seriedad que merece, que es un tratamiento más y que complementa ramas de la Medicina como la psiquiatría. Yo he trabajado en el hospital con el doctor Carrión y le tengo que agradecer haber aprendido mucho a su lado, ya que pude desarrollar la psicoterapia y el trato con los pacientes. En un hospital se aprende mucho.

P.- ¿Su profesión está regulada por colegio oficial?


R.- Sí, tenemos que pertenecer a la sociedad española de hipnosis profesional, además de a algún otro colegio territorial. Tenemos nuestros correspondientes seguros de responsabilidad, gabinete jurídico, asesoramiento...

P.- ¿Qué relación hay con psiquiatras y psicólogos?


R.- Muy buena, y cada uno respeta el trabajo de los demás. Hablamos el mismo idioma, tocamos los mismos asuntos, hay parte de los estudios que son comunes. La diferencia está en la técnica cognitiva conductual. Ellos la usan de una manera y nosotros, los técnicos superiores, de otra.

P.- ¿Cómo podría definir a la hipnosis?


R.- Es la puerta de acceso al subconsciente para depositar una información y que el proceso funcione cuando estamos dormidos profundamente por la noche. Es un tratamiento muy individual porque no se puede dar la misma terapia a todas las personas. Hay que encontrar la sensibilidad de cada uno. Se tienen que hacer cinco o seis tests para descubrir el perfil de cada paciente, sus puntos de corte, cómo conseguir la relajación, que es la puerta que nos abre la posibilidad de llegar al subconsciente.

P.- ¿Es un tratamiento complicado?


R.- Partimos del punto en el que nosotros no tratamos síntomas. Por ejemplo, si alguien va con ansiedad a un médico, lo más normal es que se le recete unas pastillas que le quitan los síntomas, pero no el problema. Nosotros buscamos el problema, ¿por qué tiene esa ansiedad?, ¿de dónde viene?, ¿por su vida social?, ¿por el estrés?, ¿por exceso de trabajo?... Descubrimos, con ayuda del paciente, por qué tiene ese grado de ansiedad, por qué se producen trastornos de pánico, brotes psicóticos... Encontramos el por qué, la situación real.

P.- ¿Se ha encontrado alguna vez con casos realmente graves o complicados?


R.- Sí, se trataba de un problema de drogadicción y me llevó estar un año de tratamiento con el paciente pasando consulta cada dos días. Me costó trabajo, pero salió adelante. Era una situación complicada porque no era solamente el paciente, sino que también afectaba a la familia. Cuando tratamos un paciente también estudiamos su entorno próximo y tuve que emplearme muy a fondo para poder salir airoso en el caso. Muchos colegas me avisaban que lo dejara y lo diera por imposible, pero yo me empeñé en ello porque veía posibilidad de sacar a ese paciente de su adicción a las drogas. Poco a poco, día a día, fue rebajando los consumos hasta llegar a dejarlo definitivamente. Hoy es una persona normal y corriente, como los demás. Fue un caso muy difícil, pero te queda la satisfacción de haberle salvado. También he tenido otros casos de personas que han vivido depresiones durante décadas pasando consultas con médicos y psiquiatras. En tres o cuatro meses de tratamiento he tenido que contactar con su médico y pedirle que le redujera la medicación porque estaba respondiendo favorablemente.

P.- ¿Hay muchos tipos de depresiones que pueda tratar?


R.- Las más comunes son por pérdida de familiares, separación o divorcio... Se trata de casos de personas que se anclan en el pasado y no dejan de dar vueltas al asunto, lo que va minando su autoestima día a día.

P.- ¿Trabaja con pacientes de cualquier edad?


R.- En el caso de los niños, es complicado, como mínimo tienen que ser mayores de ocho años, aunque lo idóneo es de doce en adelante, porque ya ha comenzado la productividad cerebral con el inicio de la actividad social y pueden producirse los problemas de trastorno de la conducta.
 

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