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                     Se impone un cambio urgente de la 
					Ley Electoral para de esa forma acabar, de una vez por 
					todas, con las exigencias, la voracidad insaciable y el 
					chantaje a que está sometido el Gobierno, sea del color que 
					sea, por los nacionalistas e independentistas de algunas 
					comunidades autonómicas. 
					 
					En el debate sobre la convalidación del decreto ley sobre la 
					negociación colectiva, el Ejecutivo consiguió sacarlo 
					adelante con los votos socialistas tras la abstención del 
					PNV, CIU, CC y UPN, y los votos en contra del resto de los 
					grupos encabezados por el Partido Popular. 
					 
					Ya lo decía la sabia de mí abuela: ”a río revuelto, 
					ganancias de pescadores”. Y como no podía ser de otra forma, 
					una vez más, los partidos nacionalistas, han salido 
					beneficiado de ese río revuelto, a costa del resto de los 
					españoles. 
					 
					El portavoz en el Congreso del PNV, Josu Erkorka, se jacto 
					en decir: ”En mi trayectoria no he conocido un caso 
					semejante, haber conseguido tanto por una mera 
					abstención”.Palabras que no dejan en muy buen lugar al 
					Gobierno de Rodríguez Zapatero. 
					 
					Entre otras cosas los vascos habían conseguido nada menos 
					que la prevalencia en los convenios colectivos autonómicos 
					sobre los estatales en caso de conflicto. Ni que decir 
					tiene, las concesiones que les habrá concedido el Gobierno a 
					los restantes grupos nacionalistas que con su abstención, 
					han hecho posible que salga adelante la propuesta del 
					Gobierno. 
					 
					La única forma de acabar con esta especie de chantaje de los 
					partidos nacionalistas es, sin duda alguna, el cambio 
					urgente de la Ley Electoral, obligando a todos los partidos 
					que quieran tener representación en el Congreso de los 
					Diputados a presentarse en todo el territorio nacional. 
					 
					Más sencillo aún, ir como en cualquier país democrático a 
					una segunda vuelta y todo aquel que no consiga, ese 
					porcentaje necesario no podrá tener representación 
					parlamentaria en el Congreso de los Diputados. 
					 
					Por qué razón, los partidos políticos, sean cuáles sean, no 
					se ponen de acuerdo para llevar a cabo el cambio de la Ley 
					Electoral y, de esa forma, cercarnos mucho más a los que es 
					y debe ser una auténtica democracia.  
					 
					Auque la auténtica democracia, en cualquier país del mundo 
					sería el dejar las listas abiertas y que cada uno vote por 
					quien crea más conveniente, tachando de las listas a quienes 
					no consideren con cualidades suficientes para 
					representarlos. 
					 
					Aún cuando esto último sería lo mejor es, sin duda alguna, 
					una utopía el poder llevarlo a cabo. Lo que no es una utopía 
					es cambiar de forma urgente la Ley Electoral, aplicando a la 
					misma, los dos supuesto anteriores. 
					 
					Sólo el cambio de a Ley Electoral, acabaría con la voracidad 
					y el chantaje que ejercen los partidos nacionalistas, para 
					poner sus votos a disposición de quienes los necesiten. 
					 
					O se cambia la Ley Electoral o esto seguirá siempre igual, 
					dependiendo de yo te doy mis votos pero tú me das todo lo 
					que yo quiera. Por qué no le explicáis al pueblo las razones 
					para no cambiar la Ley Electoral que todo el pueblo lo está 
					pidiendo a voz en grito. 
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