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					El Servicio Marítimo de la Guardia Civil interceptó ayer una 
					balsa neumática donde viajaban siete inmigrantes. Sólo 
					habían recorrido dos millas cuando los agentes 
					interrumpieron su viaje y los devolvieron a tierra, pero 
					esta vez española en lugar de marrroquí, desde donde habían 
					salido. Después de que Cruz Roja comprobara que se 
					encontraban en buen estado de salud, la Policía Nacional 
					trasladó al grupo. 
					 
					El reloj aún no marcaba las siete cuando el Servicio 
					Marítimo de la Guardia Civil divisó una balsa neumática de 
					reducidas dimensiones que intentaba cruzar el Estrecho.La 
					embarcación se encontraba a dos millas de Calamocarro y la 
					ocupaban siete inmigrantes, que remando intentaban alcanzar 
					la costa peninsular. Sin embargo, los miembros de la Guardia 
					Civil les devolvió a tierra. Tras desembarcar en puerto, la 
					Cruz Roja atendió a los ocupantes de la balsa, todos 
					hombres, que se encontraban en buen estado. Después, los 
					agentes les identificaron: dos venían de Chad, tres de la 
					República Centroafricana, uno de Guinea y otro de Gabón.  
					 
					El grupo se formó en los alrededores de Tetuán, donde habían 
					estado pernoctando a la espera de que llegara el día de 
					partir hacia Europa, es el habitual ‘modus operandi’ y se 
					estima que hay una bolsa de 200 inmigrantes más. Fueron los 
					propios subsaharianos los que contaron a su llegada que, 
					además, en los bosques cercanos a esta ciudad hay entre 50 y 
					80 personas aguardando para pasar a la península. Buscan la 
					oportunidad que ayer se les escapó a sus compañeros. 
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