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                     La única forma de conseguir fondos 
					que nos vayan sacando de la crisis que tenemos y de la qué, 
					al parecer, no se encuentra la fórmula ni la varita mágica 
					para salir de ella consiste, llana y simplemente, en subir 
					los impuestos siempre a los mismos, a los que menos tienen. 
					 
					Ahora, eso sí, con la que está cayendo y con el enorme 
					esfuerzo que está haciendo el pueblo cada vez más pobre, hay 
					alcaldes que se suben los sueldos, porque las criaturitas 
					ganan poco, para el enorme esfuerza que hacen a favor de los 
					más desfavorecidos de cada rincón de España. 
					 
					Y eso hay que reconocerlo los enormes esfuerzo que realizan 
					para desarrollar su trabajo, a los que han sido obligados a 
					aceptar esos cargos porque, a decir verdad, todos aquellos 
					que se presentan a políticos, son obligados a hacerlo, 
					porque si no fuesen obligados a serlos, con toda seguridad 
					que no encontraríamos político alguno. 
					 
					Mismamente, en esta tierra nuestra, para no ser menos que 
					nadie, también encontramos la solución a todos los problemas 
					económicos, subimos los impuestos y asunto concluido. 
					 
					A quiénes le subimos esos impuestos, lógicamente a quienes 
					más tienen, y quiénes son los que mas tienen, aquellos que 
					viven en calles que están clasificadas en categoría A. 
					 
					Nada es de extrañar que Marina Española, esté clasificada en 
					categoría A porque en ella, no hay duda alguna, viven los 
					mayores capitales de esta tierra. Manda…la cosa. 
					 
					Se siguen basando, en esto de la calles por categorías, en 
					un plan de la época de María castaña, cuando se aplicaba 
					aquello de “no todo el mundo puede vivir en la calle Real”, 
					Pero ya, hoy día, ni esa frase se puede aplicar a todos 
					aquellos que viven en la calle Real. Siguen algunos, sin 
					enterarse de que estamos en el siglo XXI. 
					 
					Más que para aplicar los impuestos por categoría, sería más 
					razonable y, sobre todo, más justo, hacer esas subidas según 
					las declaraciones de las rentas donde, categoría a un lado, 
					se sabe quiénes son los que más tienen. Claro que los que 
					más tienen son, siempre, los que menos pagan. Y muchos de 
					ellos, no viven en calles de categoría A. Algo, eso de las 
					categorías de las calles que, hoy día, suena a cachondeo. 
					 
					Vamos a poner un ejemplo, real como la vida misma, de una 
					señora que vive en Marina Española y que de millonaria tiene 
					lo que yo de cura, como la mayoría de todos los que vivimos 
					en esa calle. 
					 
					La señora cobra una pensión no contributiva de 385 euros y 
					tiene que pagar de IBI 241.Si las matemáticas no mienten, a 
					esta señora le quedan 144 euros para pagar la luz, el agua 
					que ya se sabe que la paga con la basura, comprarse una 
					bombona de butano y, por supuesto comer.  
					 
					Me quieren explicar, las grandes mentes pensantes, cómo se 
					las va a arreglar este mes de gracia, por que la cosa tiene 
					una jartá de gracia, para realizar todo lo que tiene que 
					hacer con 144 euros. Ni siquiera tiene para comer ni un menú 
					en algún lugar de los que los ofrecen a 6 euros el mismo. 
					Pues 6 euros por treinta días que tiene el mes, supone 180 
					euros, con lo cual le faltarían 36 euros para poder comer. 
					La solución es muy fácil que los pague el marido, que para 
					eso viven en categoría A. Manda…la cosa. 
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