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					La Consejería de Medio Ambiente comenzó ayer a trabajar con 
					una potente bomba de agua para eliminar el agua estancada 
					del cauce del Río de Oro, que desde hace varias semanas 
					presenta un estado verdoso y que, con el inicio del verano y 
					las altas temperaturas, podría convertirse en un foco de 
					malos olores y proliferación de insectos, tal y como ocurrió 
					el año pasado. El consejero de Medio Ambiente en funciones, 
					Ramón Gavilán, informó de que esta tarea es responsabilidad 
					de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), si 
					bien la Ciudad Autónoma ha decidido actuar “a la vista de 
					que no hace nada” para solventar el problema antes de que 
					ocurra como el año pasado. 
					 
					Así, Gavilán recordó que el Río de Oro presentó durante todo 
					el verano de 2010 el mismo aspecto que tiene ahora, ya que 
					la CHG no empezó las tareas de limpieza hasta octubre, 
					cuando “ya no era tan urgente” actuar para evitar la 
					aparición de insectos y malos olores, lo que provocó no 
					pocas protestas por parte de los ciudadanos que viven junto 
					al cauce. 
					 
					El consejero explicó que ayer mismo comenzaron las tareas de 
					limpieza del agua estancada con una bomba sumergida que 
					permite succionar el agua y desviarla a la planta 
					depuradora. Al hilo, Gavilán subrayó que ese tipo de bombas 
					tienen un coste aproximada de 12.000 euros cada una, lo que 
					ha dado lugar a varios robos pese a las medidas de seguridad 
					que se adoptan, entre ellas mantener la maquinaria dentro de 
					una jaula.  
					 
					Gavilán comentó que el trabajo de limpieza en el cauce va a 
					tardar un tiempo, ya que hay “muchos litros” estancados en 
					el Río de Oro y, además, “constantemente está viniendo agua” 
					que impide secarlo completamente. Asimismo, explicó que la 
					Consejería de Medio Ambiente va a intentar proteger y salvar 
					todos los peces lisas que hay en estos momentos en el Río de 
					Oro, pese a que “no tienen ningún valor medioambiental ni 
					alimenticio” porque “se crían en sitios sucios”. 
					 
					Por último, el consejero informó de que este problema de 
					estancamiento de agua en el tramo final del Río de Oro se 
					solucionará con el proyecto del Gobierno local de cubrir el 
					cauce desde el Puente de Triana, donde hay ubicadas tres 
					gasolineras.  
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