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					El general de División Francisco Ramos Oliver ofreció ayer 
					una conferencia, en el Palacio Autonómico, sobre la creación 
					y organización de los Regulares. El militar analizó la 
					influencia que las Fuerzas Indígenas dejaron en el grupo 
					actual. “Las Fuerzas Indígenas formaron un equipo y lucharon 
					por una bandera que no era la suya”, explicó el general, que 
					añadió que las actuales son “las fieles herederas”. 
					 
					‘Los Regulares ayer, hoy y mañana’ es el subtítulo que el 
					general de División Francisco Ramos Oliver, natural de 
					Ceuta, quiso dar ayer a la conferencia que pronunció en el 
					Palacio Autonómico, enmarcada en los actos de celebración 
					del primer centenario del Grupo. Una charla en la que 
					analizó tanto la creación como la organización de una Unidad 
					a la que se siente fuertemente vinculado. No en vano, su 
					padre fue teniente de Regulares, y él mismo estuvo al mando 
					del Grupo de Melilla durante una operación en Kósovo. 
					 
					El general comenzó con la explicación de los motivos que 
					llevaron a la creación de los Regulares Indígeneas -entre 
					otros, “solventar el esfuerzo que suponía traer a la tropa 
					de la península”-, para después centrarse en sus 
					características.  
					 
					“Nunca se construyeron unidades exclusivamente indígenas”, 
					explicó el general, el cual destacó cómo los oficiales se 
					integraban con la tropa “y convivían con los indígenas en 
					sus propios barracones, dando ejemplo de comportamiento, y 
					adaptándose a sus costumbres como, por ejemplo, la de no 
					beber alcohol”. Gracias a esto, lograron, según añade el 
					general, “formar un equipo y luchar por una bandera que no 
					era la suya”. 
					 
					A cambio, los mandos se preocuparon por la tropa: “Crearon 
					barracones al lado de los cuarteles para las familias de los 
					soldados indígenas, con lo que conseguían que cuando se 
					alejaban de casa se quedaran tranquilos porque sabían que se 
					ocuparían de sus familias”. El general vinculó aquellos 
					Regulares Indígenas a los actuales, alegando que los de hoy 
					son “los fieles herederos”, los cuales son “conscientes de 
					ello”, lo que desemboca en que están dispuestos “a cualquier 
					sacrificio por España en cualquier lugar donde se las 
					llame”. 
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