Un total de 87 niños se han visto afectados por un brote de
intoxicación alimentaria en los centros de menores de Punta
Blanca y La Esperanza. Según explicó el consejero de Sanidad
y Consumo, Abdelhakim Abdeselam, los cultivos de nariz y
garganta de los afectados y empleados se han enviado al
laboratorio, pero aseguró que estos síntomas suelen
producirse en esta época estival.
El consejero de Sanidad y Consumo, Abdelhakim Abdeselam,
compareció ayer en rueda de prensa para explicar que en la
madrugada del jueves se produjo un “posible brote de
intoxicación alimentaria en dos centros de menores, Punta
Blanca y la Esperanza”. Están afectados 16 niños en Punta
Blanca y 71 en La Esperanza junto a “algún trabajador”.
Estos datos fueron proporcionados por la Ciudad sobre las
20.00 horas de ayer tras haber dado por la mañana la cifra
de unos 40 afectados. La Consejería de Sanidad activó “como
no podía ser de otra manera”, los protocolos de intervención
epidemiológica de “detección y de tratamiento”.
En relación a los síntomas que presentan los niños, “son
totalmente banales”, continuó Abdeselam. “Hay algún que otro
vómito y dolores abdominales además de febrículas”, recalcó.
El Gobierno de la Ciudad y los responsables de los propios
centros “están trabajando desde el primer momento para la
detección” y se ha dado cuenta de la situación al Centro de
Vigilancia Epidemiológica para que “cuando se tengan los
resultados se sepa de qué se trata”. Por otra parte, también
se han enviado “las muestras de nariz y garganta por si los
manipuladores de alimentos y los cocineros de los centros y
el catering que ha suministrado al centro los alimentos”
tiene alguna relación con el brote. Además, se han mandado
los cultivos de los niños. “El cultivo de heces no se puede
hacer porque no presentan diarreas y por eso se cree que el
cuadro es banal”, aseguró.
Versión del Ingesa
El laboratorio ya ha recibido las muestras y “se tendrá
información detallada cuando se sepa el resultado”, continuó
el consejero. Además, el representante de Sanidad hizo un
llamamiento a la ciudad para que esté “tranquila”. “Es un
foco compatible con una intoxicación alimentaria y bastante
frecuente en esta época del año; no tiene mayor incidencia”,
aseveró. Si se trata de una intoxicación, los síntomas duran
alrededor de “un par de días”, pero si es una infección
alimentaria, el proceso de recuperación es más largo. Por
último, Abdeselam explicó que los protocolos van dirigidos
“a la detección, después a la prevención y luego al
tratamiento”. En otro orden de cosas, el consejero de
Sanidad y Consumo informó también de que, dentro del
programa de actividades que se llevan a cabo con los niños
diabéticos, se va a celebrar un campamento de los días 18 al
21 de agosto en el complejo Miguel de Luque. “Serán
actividades de ocio, lúdicas y tendrán momentos de descanso
y tranquilidad”, puntualizó el consejero.
Sobre las 22:45 horas de ayer, el Ingesa informó de que
están un total de 20 niños continuaban en “observación y
aislados” hasta conocer las causas de la intoxicación. Desde
la noche del jueves, han pasado un total de 32 niños, de los
cuales 12, ya han sido dados de alta. Además, el SUAP
también atendió a una veintena de ellos.
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Caballas: “El Servicio de menores es un desastre”
A raíz de la posible intoxicación
alimentaria que ha afectado a algunos menores de los centros
de Punta Blanca y La Esperanza, la coalición Caballas
remitió ayer una nota de prensa en la que aseguraba que el
servicio de menores “es un desastre”. “A los continuos
problemas generados por la escasez de plantilla, la
insuficiencia de medios y la precariedad de las
instalaciones, se le suma ahora una oscura gestión de los
servicios”. Según el partido localista, “sin explicación”,
se ha sustituido al adjudicatario del servicio de catering
“que no había generado ningún tipo de problema en los años
que prestó sus servicios”. “Una prueba más de esta mala
gestión, dejadez y desacierto en la organización de este
área es la intoxicación que han sufrido los menores del
centro de protección La Esperanza”. “Hacen un total de casi
80 afectados -cinco de ellos aún permanecen ingresados en la
observación de Urgencias-”. Las cifras de última hora dadas
por el Ingesa aseguran que no son ocho niños, sino 20 los
que continúan ingresados y “aislados” a la espera de conocer
cuál ha sido la causa de la intoxicación, que podría ser
“alimenticia”. Por último, Caballas denunció “la situación
precaria que sufren los menores y los profesionales que
desempeñan sus funciones en este área”.
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