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OPINIÓN - SÁBADO, 2 DE JULIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Los marcadores del nivel de desarrollo social


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Es de todos ampliamente conocido el que, cuando se habla del nivel de desarrollo de una sociedad siempre se hace referencia a los marcadores y dentro de los marcadores que engloban circunstancias reales y características específicas es donde hemos de buscar y encontrar las respuestas a cualquier silogismo que se nos pueda plantear.

Por eso hemos vacilado a la hora de evaluar el nivel de desarrollo ceutí porque los primeros axiomas establecidos han tenido un resultado descorazonador, que no tiene por qué resultar frustrante sino dar lugar a un mayor ímpetu en la búsqueda de soluciones raídas, lógicas y no alternativas. Siempre se ha dicho que para tomar el pulso a una sociedad hay que visitar los calabozos de las comisarías y de los Juzgados, el manicomio, la cárcel y los hospitales. De los calabozos mejor no hablar, pero sí aclarar que el estado en el que se encuentran no es achacable a la Policía ¡Qué más quisieran ellos que contar con un emplazamiento digno! ¡Y que no quisieran los Jueces que contar con una Ciudad de la Justicia como las que existen en tantas ciudades y donde se atiende dignamente a la ciudadanía! Extraña que colectivos profesionales de Ceuta que tanto respeto despiertan a nivel nacional tengan que bregar en circunstancias tan calamitosas.

¿Y la cárcel? Lógico que no hayan tenido presupuesto, se lo ha llevado la prisión VIPS de Álava destinada a asesinos sanguinarios que requieren un tratamiento penitenciario de cinco estrellas. Al menos los meses de gloria que les quedan, después les van a dar y mucho por donde yo me sé. Y lo mismo el nuevo Centro penitenciario ceutí se acaba e incluso requiere menos tiempo que la construcción de las pirámides que se llaman Keops, Kefrén y Micerino. A la prisión mejor no referirse, eso sí, tienen la mejor Junta de Régimen y Junta de Tratamiento, otro contingente humano desperdiciado por las ínfimas condiciones de trabajo. ¿El Hospital? Lujoso si estuviera a pleno funcionamiento y bien dotado de aparatos de última tecnología que evitaran las evacuaciones en helicóptero en cuanto el tema se pone serio. ¿Y el manicomio? No hay. Por pura estulticia porque sobran metros en ese Hospital Universitario para emplazar un área de agudos y otro de enfermos psiquiátricos que no requieran el régimen cerrado total, tan solo con el ahorro que supondría el no tener que enviar a los enfermos a Málaga se podría acondicionar un área de campanillas, porque el espacio está. Lo que no están son los psiquiatras en número adecuado para atender a los pacientes, será que no les ofrecen los salarios con los que les tientan en EEUU.

Pero la sensibilidad del Gobierno hacia los enfermos psiquiátricos y los discapacitados así como para con los ancianos siempre ha sido evidente, lo que les falta es dar el paso definitivo y okupar de la noche a la mañana y sin tantos prolegómenos los emplazamientos que consideren adecuados para satisfacer lo que es una demanda social porque apuesto cualquier cosa a que nuestro Delegado de Gobierno no manda a los guardias para que desalojen y multen ni a los enfermos ni a los abuelos. Insistiendo como siempre en el hecho de que en Ceuta hacen más falta que el comer dos instituciones : el Defensor del Pueblo que es siempre un mileurista con un ordenador y un puñado de folios A4 y un Director de Salud Mental para que controle y adecue protocolos, traiga innovaciones de medicina ortomolecular, imparta seminarios de neurociencia y aplique métodos pioneros contra el fracaso escolar, la personalidad límite y la hiperactividad. Tampoco son puestos que impliquen un gran desembolso porque suelen trabajar mucho y ganar poco pero como son vocacionales la austeridad no les espanta.

¿Podemos con estas perspectivas considerarnos una sociedad con un aceptable nivel de desarrollo? Bueno, quitando los calabozos y la cárcel y el hecho de que no hay psiquiátrico la calificación sería regular pero con las perspectivas de que los metros cuadrados “están” y aunque estos de ahora no vayan a echar un cable pronto vendrán los del PP y con esos seguro que se podrá funcionar.
 

Se requiere una especie de ‘Consejería Arosteguiana’


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

La grandeza del idioma español en el que rezamos, hablamos y a veces litigamos cuatrocientos millones de criaturas, es emplearlo con rigor y con propiedad, sin opción a abaratamientos, falsos eufemismos ni alteración del sentido real de los términos. Por eso resulta especialmente irritante la torpeza en su empleo porque lo desvirtúa lo que es ofensivo para los cientos de millones de usuarios. Que un individuo de un partido minoritario de la oposición hable de “fiscalizar” al legítimo gobierno democrático surgido por mayoría absoluta de las urnas, con su significado intrínseco de que una minoría trate de “fiscalizar” y “controlar” las voluntades de la mayoría resulta absurdo, ridículo, antidemocrático y básicamente “kafkiano”. Fiscalizarán al Gobierno electo por la abrumadora mayoría los representantes del Ministerio Fiscal que para eso han opositado y merecido tan título; y le podrán “juzgar” los Magistrados y los Jueces siendo de obligado cumplimiento sus providencias, autos, dictámenes, sentencias y resoluciones; y podrán “controlar” a ese legítimo Gobierno los del Tribunal de Cuentas y los inspectores de la Agencia Tributaria que son quienes entienden de números. Y todos los anteriormente citados se encuentran legitimados para fiscalizar, juzgar y controlar.

Ofende al sentido común el que la Coalición Caballas se atribuya, por encima de los votos, las urnas y la democracia, la condición de “fiscalizadora” ¿Y de donde han obtenido el título? ¿Quien o quienes les legitima?.

Solicitar educadamente la documentación que se necesite a nivel informativo es totalmente lícito e incluso necesario, pero jamás lo es el tratar de “abrumar” al Gobierno con peticiones desaforadas de “toneladas” de documentos por el simple afán de “exigir”, de hecho para contentar el volumen de “exigencias” requeriría una especie de ‘Consejería Arosteguiana’ para contentarle y dar pábulo a sus afanes. Inviable. La acción de la oposición civilizada que es la de colaborar y enriquecer las iniciativas se desvirtúa y queda vacía de contenido con la “fiscalización”. Cuidado con la terminología y cuidado con el uso del idioma, sobre todo cuando se dan muestras de soberbia, prepotencia y engreimiento.

De hecho y por coherencia el Gobierno del PP no puede permitirse el que sus electores le propinen un tirón de orejas y eso sería automático si el Gobierno que el pueblo ha elegido y que representa sus intereses accediera a cualquier tipo de presión o de imposición de quienes han perdido en las urnas, han sido rechazados en las urnas, han sido derrotados en las urnas y no obstante tratan por cojones de imponer programa, ideas y directrices a los que ya se ha dado un rotundo “no” por parte del pueblo soberano. Y eso es lo que ofusca antes que nada: el desprecio que la Coalición Caballas con su agresividad congénita y su actitud prepotente demuestra sentir ante la voluntad expresa de la mayoría.

Pero lo esencial ante este tipo de actitudes que atentan contra la voluntad democrática es no claudicar jamás, ni acceder en lo más mínimo, ni ceder en absoluto, porque los votantes del Partido Popular no perdonarían jamás el ser de alguna manera “dominados” o “controlados” precisamente por aquellos a quienes han demostrado su rechazo. Perfecto el buen tono democrático y la “mano tendida” del Gobierno de Juan Vivas, pero su compromiso primigenio y total es con sus electores y la palabra que ha de respetar es el cumplimento íntegro de un programa electoral en el que se ha depositado una mayoritaria confianza: el programa del PP.

Lo evidente es que los ceutíes no están dispuestos a dejarse “fiscalizar” por Aróstegui, si quiere proceder que tire de instituciones legítimas, Fiscalía, Tribunales, Tribunal de Cuentas, Agencia Tributaria, esos sí.

El compromiso de Juan Vivas y de los Consejeros no es “apaciguar” a Aróstegui, sino responder ante veinte mil ceutíes y hacerlo desde la firmeza y el rigor siguiendo esa “hoja de ruta” a la que se refirió Guillermo Martínez en su comparecencia, el compromiso es con la mayoría y eso sí, si la oposición tiene alguna idea o iniciativa que no suponga discrepancia con lo que hemos votado mayoritariamente se les puede y debe escuchar. Nada más.

¿Fiscalizarnos? ¿Es una “amenaza” contra la voluntad mayoritaria? Cuidado con la utilización del idioma, cuidado y precaución.
 

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