PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 7 DE JULIO DE 2011

 

OPINIÓN / EL OASIS

Ahora toca gobernar con sabiduría
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Juan Vivas ha estado ocho años gobernando con mayoría absoluta. Lo cual me parece a mí que será mucho más fácil que hacerlo con mayoría relativa. Dado que ésta requiere más cacumen, más seriedad y más sabiduría política. Durante ese tiempo, apenas existió la oposición. La paz reinaba en la ciudad. En ocasiones, todo era tan aburrido que se cumplía la cita de que “un buen Gobierno es como una digestión bien regularizada: mientras funciona casi no la percibimos”.

Tal era la calma, que a veces se agradecía que Mohamed Alí hiciera público sus deseos de que la UDCE se coligara con el PP o con el PSOE. Que así anduvo un tiempo, cambiando de criterio como quien cambia de calzoncillos, el ahora segundo dirigente de la coalición Caballas.

Bien es verdad que la tranquilidad reinante en aquellos años, interrumpida por algún que otro sobresalto de tono menor, se debía a las buenas relaciones que mantenían Vivas y Gordillo. Quienes no desaprovechaban la menor oportunidad para propalar que sus vidas políticas corrían paralelas. Hermanadas por una idea y que era más o menos la que expreso: “Un Gobierno no puede conformarse con no ser ladrón sólo. Tiene que ser remediador de la pobreza, generoso, con miras de futuro y, desde luego, cada cual debe ser tratado socialmente de acuerdo con su conducta, mérito o demérito personales, y no según aquellos factores aleatorios que no son esenciales a su humanidad: raza, sexo, etnia, clase social, etc.”.

¡Qué bonito, qué bonito, qué bonito!, decía un militante del PP que estaba a mi vera, durante un acto celebrado en las instalaciones del Casino, mientras aplaudía a rabiar las intervenciones de Vivas y Gordillo, festejando el éxito continuado del presidente de la Ciudad.

Pero, cuando menos se esperaba, ocurrió “El caso Gordillo”. Y desde entonces, hace ya casi dos años, las cosas tomaron un cariz diferente. Que si bien no ha impedido que Vivas sacara otra mayoría absoluta sí ha hecho posible que éste haya perdido puntos de apoyo en su partido. Hecho que tampoco le supone muchos quebraderos de cabeza a un presidente cuyo desgaste político, tras diez años de Gobierno, apenas se ha dejado sentir.

Ahora bien, lo peor viene ahora. Y es así porque la oposición ha cambiado. Y, aunque Vivas sigue atesorando una mayoría absoluta, ésta no le va a permitir gobernar con la misma facilidad que lo ha hecho durante los años anteriores. En absoluto.

Tendrá problemas. Problemas que ya salieron a relucir en el último Pleno. Donde el comportamiento de los concejales de Caballas estaba destinado a sacarle de quicio por medio de un comportamiento irrepestuoso. Pues los tales consideran que la prudencia de Vivas es más bien pusilanimidad. Y yerran. Porque hay una simplicidad que es virtud y una simplicidad que es ingenuidad. La primera de las virtudes cardinales es la prudencia y la prudencia evita ser ingenuo o pusilánime.

Así que el presidente de la Ciudad, prudente donde los haya, cuando los de la oposición vuelvan a las andadas, deberá tener presente que lo que persiguen es provocarle para que recurra a los miembros de la Policía Local. Lo cual sería un error. Eso sí, está obligado a demostrar su autoridad. Pues no en balde cuenta con la autoridad de los votos y el afecto de la gente. Hasta ahora.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto