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OPINIÓN - DOMINGO, 10 DE JULIO DE 2011

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

El Bálsamo de Fierabrás
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

El problema del buen hacer del enseñante, siempre ha estado, de forma permanente, en la mente de todos. Aquellos que hemos dedicado buena parte de nuestra existencia al “noble arte” de educar y transmitir conocimientos, siempre ha sido como una obsesión.

Nos trasladamos a aquellos inicios de nuestra carrera, donde de forma “testimonial”, de diversas formas aparecían nuestra asignatura de Prácticas. Una hora a la semana con la presencia de un experimentado MAESTRO, D. TEÓFILO ESCRIBANO, para según el curso, pasar por un aula durante un período de diez o quince días.

Sin duda que, a través de los años, las Prácticas de Maestros fueron cambiando. Quiero recordar que fue un gran acierto dedicar todo un curso para la realización de las mismas, al finalizar la carrera. Los alumnos y alumnas llegaban al Centro Escolar de su elección, se incorporaban durante el primer trimestre, pasaban por el sistema de rotación por los distintos niveles, para finalizar el curso en un nivel de libre elección, siempre bajo la orientación y respeto a las programaciones de los tutores. No nos pareció mal.

Posteriormente, en el transcurso del tiempo, todo ha ido cambiando, para llegar a la actualidad, en lo referido al Magisterio, como otras carreras, al Plan de Bolonia, donde la carrera de maestros pasa de tres a cuatro años. Los diplomados maestros pasan a ser graduados. Según información no contrastada las prácticas se realizarán en tercero y cuarto de carrera.

Ahora, en nuestro país, se habla de establecer un MIR docente. “Seleccionar a los mejores es formarlos en la práctica. El sistema del MIR es el modelo que el ya candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Sr. Rubalcaba quiere para el profesorado. “Trasladar lo que ha funcionado bien en la Sanidad española al sistema educativo, lógicamente con la adaptabilidad que sea necesaria. “Tenemos que trabajar para crear un sistema MIR para los educadores, que seleccione a los mejores por sus conocimientos y los formen en el aula.”

El Sr. Rubalcaba debe tener, aunque sea breve, experiencia en materia educativa. Recordemos que fue Ministro de Educación entre los años 1992 y 1993 -período de introducción de la LOGSE, desplazando a la Ley General de Educación LGE- y anteriormente Secretario General de ese Ministerio.

“A unos profesores, a los que cada vez se les pide más, apuntó el Sr. Rubalcaba, hay que acompañarles en esa tarea”. Su formación inicial es un tema no resuelto del todo pese a las mejoras conseguidas en Primaria y Secundaria. Con los cambios introducidos por el Plan Bolonia, es insuficiente, y ahí donde entran los cambios sugeridos por el Sr. Rubalcaba porque la calidad de un sistema educativo está determinado, en gran parte, por la calidad de los docentes.

La propuesta del Sr. Rubalcaba, sobre el MIR para profesores, se limita a un curso de práctica, certificada por una doble evaluación; primero en el centro educativo y, después, mediante una prueba ante un tribunal. Así lo detalla el propio Ministerio.

Es bueno tener en cuenta que, en la actualidad, el decreto vigente desde 2007 ya prevé un período de prácticas de entre un trimestre y un curso de duración, como parte del procedimiento selectivo, con lo cual las mayores novedades radican en el tiempo y en el sistema de evaluación.

La fórmula de Rubalcaba resulta menos ambiciosa que el MIR que propuso, a principios de este año, el Secretario de Educación del PP, que planteaba un período de tres años divididos en dos fases: un curso teórico-práctico (máster), impartido en centros superiores de formación del profesorado, y dos años como profesor en prácticas, con una “retribución adecuada”, al final de la cual se obtendría el diploma de aptitud. Conviene informar que el MIR auténtico, el de los médicos, establece para la mayoría de especialidades entre cuatro y cinco años como residentes.

El borrador del Gobierno prevé que la fase de prácticas se desarrolle en un centro público que imparta las enseñanzas de la especialidad a la que se presenta el candidato, cuente con un plan de prácticas que incluya las actividades de formación y la programación de clases y tutorías, en compañía del profesor titular.

El aspirante impartiría docencia directa en grupos de estudiantes de los cursos o niveles y la especialidad por la que fue seleccionado, durante un máximo del 50% de su horario y el resto, lo dedicaría a lo que determina el plan de Prácticas del Centro. Durante esta fase, elaboraría la memoria didáctica que luego defenderá ante el Tribunal. Como se ha mencionado anteriormente, el PP también tiene su MIR, lo que nos hace pensar que, de una manera u otra, el MIR estará presente entre nuestros estudiantes.

Ambos partidos están de acuerdo con la degradación de nuestros Sistema Educativo. Piensan los del PP que desde 2006, en España está establecido un sistema “coladero” de interinos, con un temario muy reducido y primando demasiado la experiencia, lo cual favorece a los interinos, y muchos opositores con un elevado nivel de conocimientos eran rechazados.

En las actuales oposiciones a la Comunidad de Madrid, se prima los conocimientos, sobre los años de interinidad. Los candidatos sumarán hasta 20 puntos en la pruebas de conocimiento y de aptitud pedagógica, mientras que por interinidad el tope de valoración no superará en ningún caso los diez puntos.

No creo que el MIR sea solución a nuestros problemas educativos. No es “el bálsamo de Fierabrás” como D. Quijote y su escudero Sancho, creyeron que sería solución a todos sus problemas físicos, cualquier tipo de ruina, batallas, pendencias, por peligrosas que fuesen...
 

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