PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

sociedad - LUNES, 11 DE JULIO DE 2011


La pequeña ‘Gift’ fue una de las ultimas rescatadas. fidel raso.

Reportaje / SALVAMAR GADIR
 

Salvamar Gadir,
vigía y guarda del Estrecho

La embarcación de Salvamento cumple un año de funcionamiento en Ceuta y lo celebra con un incesante trabajo de prevención y rescate en el que ha asistido a 521 personas, 470 de ellas inmigrantes
 

CEUTA
Cristina Rojo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Apenas han llegado las doce del mediodía del primer jueves de este mes de julio de 2011 y el termómetro ha pasado ya por encima de los 25º. En el muelle deportivo del Puerto de Ceuta descansan apacibles un buen número de embarcaciones de recreo. Su relajada ociosidad contrasta con la continua actividad de los servicios de salvamento marítimo que, desde la llegada de la temporada estival, no han dejado de recibir inmigrantes a razón de más de una salida diaria durante las últimas tres semanas. Trabajando junto a la Guardia Civil y Cruz Roja, la embarcación Salvamar ‘Gadir’, que cumple un año de servicio en Ceuta el próximo sábado 16, es el principal medio de rescate de los inmigrantes que buscan el sueño europeo en el entorno de las costas ceutíes.

Con más de dieciocho años de vida, la Salvamar ‘Gadir’ es una de las 55 embarcaciones de intervención rápida que funciona en las costas españolas dependiente de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima del ministerio de Fomento. Tan solo seis personas componen el personal que la maneja, en turnos de tres (patrón, mecánico y marinero) durante los 365 días del año y en turnos semanales con guardias de 24 horas que en esta época veraniega empiezan ya a hacer mella en sus tripulantes. Las cuatro o las cinco de la madrugada parece ser desde hace unos días la hora más común para la llegada de inmigrantes, aunque no la única, según confirma el patrón de uno de los turnos del Gadir, Julio Selles Ronda: “Ayer salimos tres veces, a las cuatro de la mañana, a las nueve y a las diez”.

Selles, que lleva tres años trabajando en Salvamento Marítimo en Ceuta, antes con la embarcación ‘El Puntal’, explica que si bien parece que la presión migratoria está aumentando en los últimos días, el número de servicios que están realizando es “prácticamente el mismo que hace un año”. Lo que sí se aprecia, echando la vista algo más atrás en el tiempo, es el cambio de método entre los inmigrantes para alcanzar las costas españolas: “ Antes, hará unos cinco años, venían en pateras de madera con motor en el que cabían entre 20 y 50 personas. Desde hace más o menos tres años ya solo llegan en embarcanciones hinchables con remos, o se tiran directamente a nado por la noche”.

Un puñado de estas balsas, testigo y medio de los reiterados intentos de abandonar África de los inmigrantes, yacen a modo de cementerio simbólico en el perímetro vigilado por la Guardia Civil del Muelle deportivo. Hoy son ya catorce inmigrantes los que han llegado al puerto, entre los diez rescatados a primera hora de la mañana y los cuatro que entran ahora. Todos son varones, mayores de edad, y sus nacionalidades se reparten entre Libia, Nigeria o Sudán. Aunque uno de ellos, con un crucifijo al cuello, tiembla de frío, todos se encuentran en buen estado según explica el personal de Cruz Roja, que les espera en el mismo muelle para hacerles un rápido reconocimiento médico. Después pasarán a disposición policial y finalmente serán conducidos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). A pesar de que esta es la historia que se repite prácticamente a diario, quienes trabajan mano a mano con esta realidad no terminan de “acostumbrarse” a este fenómeno. Así al menos lo piensa Julio Selles, que asegura recordar perfectamente el primer servicio de salvamento que hizo en Ceuta. “La primera patera me tocó cuando llevaba una semana trabajando. Recuerdo incluso la cara de quienes venían en ella. Aquel día, y el rescate de ayer, en el que había una niña pequeña, han sido de los que más me han marcado”, afirma.

“A veces, por la calle, me encuentro con algunos de los que hemos rescatado. Unos me saludan, otros no... esto no tiene nada que ver con ningún otro trabajo que se realice en el mar”.

A las cuatro de la tarde, la ordenada cabina naranja de salvamento, situada en el Muelle España frente a la Salvamar Gadir está prácticamente en calma total, aunque los sentidos siempre están alerta por si hay una llamada de emergencia. “Somos como los bomberos o el 061 del agua”, dice Selles, el patrón de guardia esta semana.

Vigilancia y prevención integral

Pero el Salvamar no realiza tan solo labores de rescate de inmigrantes, su cometido en el Estrecho incluye la cobertura de cualquier incidencia en el mar, desde la extinción de incendios en barcos a la recogida de muestras de vertidos al mar, también el rescate de náufragos o la evacuación de heridos. Son operaciones menos habituales. Este año por ejemplo se han llevado a cabo no más de cuatro evacuaciones médicas, un trabajo para el cual suelen necesitar el apoyo de otros dispositivos como un helicóptero de salvamento.

“¿La mayor dificultad? Sin duda la climatología. Todas las labores de rescate que estamos realizando ahora serían mucho más complicadas en invierno, con un gran temporal”, explica el patrón de la embarcación.

Para ello el Salvamar Gadir está diseñado con capacidad poder enfrentarse a las peores condiciones meteorológicas. Sus 20 metros de eslora y 5,6 de manga lo hacen bastante más grande que el anterior de servicio en Ceuta (El Puntal) y cuenta con una autonomía de 400 millas en la que puede alcanzar una velocidad máxima de 34 nudos. La embarcación, insumergible y autoadrizante, está equipada con todo el material náutico y de seguridad necesario para desempeñar sus labores: radar, VHF, ecosonda, navegación por satélite (GPS), botiquín, extintores y balsa de supervivencia. Su sistema de radio permite mandar y recibir mensajes de socorro, y solo con hablar por radio con alguien, ésta informa de la demora y la distancia a la que están.

El Gadir, que se espera esté en funcionamiento durante al menos tres años más en Ceuta, tiene una gran maniobrabilidad. Su zona de rescate, a nivel de la cubierta principal, está diseñada especialmente para la asistencia a náufragos, por lo que cuenta con unas barandillas que se pueden quitar para facilitar el acceso al barco de las personas que lo necesitan. Asimismo, y para mayor seguridad en condiciones de meteorología adversa tiene arneses para que la tripulación no corra peligro de caer al mar mientras realiza labores de salvamento. Gracias a la camilla con la que cuenta, también se pueden realizar traslados de heridos o enfermos directamente al puerto, que pueden realizarse en coordinación con el helicóptero de salvamento para una mayor celeridad.

El trabajo de la embarcación no se detiene. El recuento de rescates en los meses de verano aumenta en cuestión de horas. Así, poco después de traer a puerto a los 4 últimos inmigrantes, se producen varias llamadas más que culminan con el salvamento de otras 40 personas en dos salidas durante la noche. “Hay espacio para más, hemos llegado a llevar a cien personas”, dice el patrón, que sabe que la velocidad de respuesta es primordial en situaciones de este tipo.

“La mayoría de los avisos nos llegan desde otras grandes embarcaciones que divisan a los inmigrantes en el Estrecho, suele ser a primera hora de la mañana. Por la noche es más difícil verlos, por eso muchos se están lanzando directamente a nadar”. Tarifa Tráfico, el centro de control que gestiona el tráfico marítimo del Estrecho y todas las operaciones de Salvamento, es de otro modo quien puede activar los servicios del Salvamar.

Cuando falta menos de una semana para que la Salvamar Gadir cumpla un año de funcionamiento en Ceuta, la embarcación ha realizado un total de 117 intervenciones de emergencias en las cuales ha asistido a 521 personas, 470 de ellas inmigrantes. Dentro del total de intervenciones, y según confirman desde Tarifa Tráfico, 94 fueron intervenciones relacionadas con la inmigración, 2 asistencias en actividades recreativas, 2 intervenciones medioambientales, 12 asistencias a embarcaciones de recreo, 2 evacuaciones médicas y 5 más de otros tipos.

Adolfo Serrano Solís, director de Tarifa Tráfico, explica que sí se observa un aumento de intervenciones relacionadas con la inmgiración, “sobre todo desde que los inmigrantes cruzan la frontera a nado”, un fenómeno que no se producía con anterioridad. Pero Serrano hace énfasis en las diversas capacidades de trabajo de la embarcación y su personal, sobre todo conocidos por intervenciones de salvamento a inmigrantes pero “con muchas más capacidades”.

El suave viento de poniente y unas buenas condiciones de visibilidad han permitido que los primeros rescates del mes de julio se hayan realizado sin grandes dificultades. Algo que no significa que el equipo de trabajo del Gadir se implique menos, ni deje de quedar marcado por los cientos de rostros que asiste prácticamente a diario. El gesto de uno de sus tripulantes despidiendo a la niña que rescataron esta semana habla por sí solo de una labor complicada, pero altamente gratificante a nivel personal, siempre y cuando se consiga realizar las operaciones de salvamento con éxito.

“La razón por la que me gusta este trabajo es porque ningún día es igual, si puedo me gustaría jubilarme aquí”, asegura Julio Selles mientras espera la próxima llamada de emergencia.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto