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OPINIÓN - MARTES, 12 DE JULIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Profesionalidad, seriedad y rigor policial


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Acompañar a la presentación ante los inspectores del Cuerpo Superior de Policía a dos jóvenes involucrados, muy a su pesar, en un grave incidente en el país vecino, no es un plato de buen gusto. Cierto es que, al ser los jóvenes españoles no hay posibilidad de extradición a Marruecos y que por el Principio de Territorialidad de la Ley Penal los Jueces españoles no tienen ninguna competencia en hechos sucedidos en otros países, pero el trago era muy amargo.

Sobre todo por las madres de los muchachos que no tenían consuelo por la tragedia en la que se habían visto envueltos cuando tan solo habían ido a pasar un día de playa y luego a dar unas vueltas y a tomar unas copas (y otras cosas mucho menos recomendables). Un par de días silenciosos y bloqueados hasta confesar a sus padres el problema, de ahí al hospital a hacerse un reconocimiento y del hospital a comisaría, a comparecer y explicar su versión.

Cierto es que en otras ocasiones había asistido a declaraciones, pero no en ese segundo piso donde se olvida la precariedad de las instalaciones policiales porque reluce de limpio y más aún se olvida el que el edificio sea una cochambre cuando se tiene la oportunidad de contemplar en vivo y en directo” la forma de actuar de los inspectores, la profesionalidad, la rapidez y lo extraordinariamente inquisitivos que resultan en sus interrogatorios. Y eso que interrogar a dos chicos a quienes les ‘cortan’ las venas y salen porros y trankimacines no es precisamente “un regalito”.

Pero poco a poco fue “saliendo” la historia de cómo los ceutíes se alargaron a Cabo negro, del coche que les embistió, del copiloto que se baja a pedir explicaciones y recibe un primer puñetazo del que se baja del otro vehículo, dos más a dar palos al de Ceuta y el conductor que se baja a auxiliar a su amigo y a “separar” y recibe más palos que una estera. Llegan los colegas de los de Tetuán y son todos contra dos y con navajas que aparecen por doquier “¡Vámonos, vámonos que estos nos matan” ¿Le arrebató el de Ceuta la navaja a uno de los agresores o la recogió del suelo? Porque a partir de ahí el brazo se le convirtió en las aspas de un molino para repeler a los atacantes y encima drogados como iban. ¿Qué sucedió “exactamente”? Los de Ceuta subieron en el coche y escaparon y ya no recordaban nada más, pero no hay que olvidar que los agresores estaban en “su” territorio y les triplicaban en número. ¿Legítima defensa? Los chicos dicen que temieron seriamente por su vida pero también que ignoraban que había acontecido algún hecho luctuoso, rumores, comentarios, llamadas, pero nada seguro. Y el Instructor y el secretario de las Diligencias Policiales tratando de hilar la declaración hecha a trompicones y auténticamente deslavazada, paciencia infinita, horas de interrogatorio, allí se escrutó hasta el mínimo detalle, hasta el más ínfimo matiz y yo la letrado gruñendo porque “aquello” me parecía un poco excesivo “Esto parece el CSI”. Y los declarantes cada vez más alelados, sobre todo uno de ellos y las madres esperando en un banco del pasillo hechas un mar de lágrimas. Entrega de los pasaportes y alivio de los padres porque desde el momento en el que firmaron las declaraciones y se les advirtió de que seguirían las investigaciones, el alivio de saberles a disposición de la Justicia española.

Un drama para todos, porque estos jóvenes de alguna manera y pese a que existan todas las circunstancias modificativas en el caso del que, al parecer, señalan como autor de una agresión grave, ya van a ver truncadas sus vidas y van a tener que replantearse muchas cosas porque el problema, los problemas, no han hecho más que empezar ¡Maldita sea la droga que destruye a las criaturas!

¿Y qué puedo contar de los inspectores actuantes? Rigor, preparación, seriedad y la preparación necesaria como para obtener unas declaraciones coherentes de dos chicos asustados, nerviosos y muy torpes. ¿El interrogatorio? Un tercer grado con amabilidad pero repitiendo, buscando matices, mucha tranquilidad por parte de los instructores que destilaban paciencia, otra vez la misma pregunta, los muchachos que se calmaban y a vueltas con lo mismo. Horas. Y al final los policías salieron a hablar con las madres. Una exhibición de profesionalidad y de “saber hacer”, cierto es que los ceutíes viven una situación muy grave y muy dura, pero padecerla teniendo enfrente a buenos investigadores es la mejor garantía para todos.
 

¿Existe algo mas “cutre” que el puerto de Algeciras?


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Contesto “a la gallega” con una repregunta ¿Se entiende un aeropuerto, un puerto, una estación de autobuses o una estación de Renfe sin un buen quiosco de prensa? De hecho si por algo se caracterizan este tipo de quioscos es porque aparte de la prensa diaria y todas las revistas nacionales e internacionales suelen ser auténticas librerías con las mejores novedades internacionales. Y no voy a hablar del esplendoroso quiosco del embarque del AVE de Madrid, ni de los de Barcelona o Valencia porque son macrociudades, pero me remitiré a Málaga donde no hay uno sino dos quioscos: el del hall y el del andén. Y no me respondan que una estación de AVE de provincias es más importante ni tiene más caché que el llamado “gran puerto del sur de Europa” ¿Y han visto el humildísimo y mal iluminado quiosquillo del puerto de Algeciras? ¿Y el resto de las depauperadas instalaciones? No obstante se ve que tratan de parchear por acá y por acullá, pero no logran borrarle ese aspecto desangelado y pobretón, metros cuadrados tienen para dar y para regalar y siempre se dice que “el lujo supremo en decoración se llama metros cuadrados” porque existiendo espacio se puede hacer cualquier cosa, siempre que se sepa hacer y está visto y está claro que los responsables de esas siniestras instalaciones que parecen cosa de un país del Este antes de la caída del Muro de Berlín, no saben que hacer para acondicionar y aprovechar en condiciones tamaña superficie, se les escapa de las manos y también parecen incapaces de contratar a un buen arquitecto y a un par de interioristas para sacarle rendimiento a ese mamotreto hortera. Espacio hay para un centro comercial, para buenos establecimientos de hostelería, para un buen estanco, para una farmacia y para redecorar esos tristes mostradores de las compañías navieras que siempre funcionan a idéntico ritmo, ean dos los que compran los pasajes o exista una cola de cincuenta personas. Nada de refuerzos estivales y que se jodan los usuarios y además juraría que el pasado domingo se hizo lo del “intercambio” y se encarecieron los billetes porque quienes compraban se quejaban de manera bastante ruidosa, primero por las largas esperas y después por los precios.

Así que visto lo visto el puerto de Ceuta es infinitamente superior al de Algeciras, primero al desembarcar se llega al hall por un pasillo acristalado e impoluto, mármol en los suelos donde se puede comer y una cinta transportadora que decora bastante y que sería útil si funcionara pero dicen que se le han acabado las pilas, han mandado a comprarlas a un chino y no hay de ese tamaño, de hecho las tienen que traer de la Península aunque un par de propios se han ofrecido para montar un sistema y que la cinta transportadora de equipajes funcione mientras un par de tíos pedalean con ímpetu, a ver que dicen en el Consejo de Gobierno. Y sigo en nuestro puerto que es luminoso y agradable, le faltan un buen quiosco de prensa, la clásica farmacia de puerto-aeropuerto-Renfe, alguna boutique y que le apliquen una limpiadora, un tónico, una hidratante y una capa de maquillaje a la planta baja porque el bar aunque tiene tapas apetitosas está feuchillo y le hace falta un remozo. Pero ¿Y cuando se sale de la terminal del puerto? Farolas preciosas, árboles divinos formando una bóveda a la izquierda, una ola escultural y espumosa enfrente, todo limpísimo y preciosísimo, mientras que cuando sales de la terminal algecireña, tras dejar en el control de la aduana a más de un sospechoso al que se llevan para el “cuartillo” y lo ves todo tan cutre y tan hecho polvo, tan rematadamente inhóspito y feo que “eso” no parece Europa. Y además han diseñado la mierdosa superficie del exterior del puerto de Algeciras a modo de scaletrix con vueltas y revueltas, feo, árido y desagradable. La sensación es que desprecian de tal manera a los viajeros que piensan con sinceridad que “para ese viaje no se necesitan alforjas” y que como quienes usamos esas instalaciones somos unos “bajunos” porque los millonetis van en helicóptero, no merece la pena esforzarse, bastante tenemos con que los barcos floten y no se hundan y que encima podemos esperar a embarcar bajo un techo y no en el puto muelle a la intemperie. ¡Valiente montaje!.

El puerto ceutí se puede mejorar pero se puede comparar al de Algeciras como una rosa de pitiminí a un higo chumbo. Y la rosita de pitiminí, por supuesto, es el puerto de Ceuta.
 

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