PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 13 DE JULIO DE 2011

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Xenofobia por cuotas
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Regreso de una larga excursión de fin de semana prolongado, durante la cual he desconectado por completo de todo lo relacionado con la vida social del país. Nunca he sentido tanta tranquilidad.

En mi regreso y en el desayuno devoro, además de las tostadas, la prensa del día. Nada importante salvo que la especulación es ahora la reina del orbe económico.

Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP de Catalunya, y a la que saludé en el mitin del Palacio de los Deportes antes de las elecciones catalanas, no para de dejarme cada día más frío que aquel iceberg que destruyó el costado del Titanic. Está destruyendo un costado de la Constitución.

Desde que es diputada del ‘Parlament Català’ no construye absolutamente nada que beneficie al país, exactamente lo mismo que sus superiores peperos a escala nacional, y anda propagando que es idea propia de su partido el proyecto xenófobo de fijar una cuota de inmigrantes por municipios.

Como si los inmigrantes fueran ganado y ella tratante.

Existiendo, como creo que existe, la libertad de circulación de personas veo difícil que salga adelante ese proyecto, tan de acuerdo estoy con Duran i Lleida (CiU) de la inviabilidad de semejante proyecto xenófobo.

Imaginemos que estamos en Ceuta en esa situación. El presidente Vivas distribuiría a los inmigrantes del CETI (700) entre las distintas barriadas ceutíes… ¿qué salimos ganando?

Puede ser que, ahí está la Constitución, los peperos tengan miedo de que los inmigrantes, sobre todo los marroquíes, puedan votar en las próximas elecciones si su país, Marruecos, acepta el voto de los residentes españoles en sus municipales y por tanto debemos tener reciprocidad. ¿No?

Todo esto viene del alcalde de Salt (Girona), Jaume Torramadé, cuya idea de repartir inmigrantes choca frontalmente con la ley. No se puede impedir el asentamiento de un ciudadano.

Sí me muestro xenófobo es contra esa plaga de rumanos que han venido a nuestro país solamente para delinquir. Supervisadas por los macarras, una decena de mujeres rumanas, de entre 18 y 28 años, vienen cometiendo toda clase de delitos, menos el asesinato, con un total de 96 detenciones que ya es alarma a lo grande.

El modus operandi utilizado por las detenidas consiste en acercarse a las víctimas haciéndose pasar por sordomudas y pidiendo dinero para algún proyecto de solidaridad. En el momento en que la víctima está firmando la hoja de inscripción aprovechan para hurtar cualquier objeto que esté a su alcance: móviles, monederos, carteras o cámaras.

Ya vemos que un alto porcentaje de delitos son cometidos por rumanos… ¿qué es lo que hacen nuestras autoridades? ¿La vista gorda?

He realizado obras de arquitectura con personal de múltiples nacionalidades pero jamás con rumanos. La primera y única vez que el arquitecto, con el que trabajaba, contrató a uno, se pasó la jornada alegando un montón de excusas y no daba golpe. Sólo vienen a nuestro país para usar la Seguridad Social, vivir del hurto, de los subsidios, de los pisos gratuitos, de tocar el acordeón y ‘los huevos’ en el Metro… trabajar, desconocen qué es eso.

Por cierto que desaparecieron varios útiles de la construcción del cobertizo donde se guardaban. Será casualidad pero eso ocurrió mientras estaba ese rumano.

Si al párrafo de arriba lo tachan de xenófobo… ¿qué entenderán los de SOS racismo de xenofobia? Por cierto, los miembros de ese colectivo suelen estar presentes en los juzgados donde envían a los delincuentes reincidentes y siempre están a su lado. ¿Por qué no se los llevan a sus propias casas, ya que tanto los quieren?

Ya está bien, hartos estamos de leer, todos los días, en los medios de comunicación detenciones y más detenciones de rumanos. No los quieren ni en su propio país… ¿por qué hemos de ser tan tolerantes?

En fin. La vida sigue, yo también.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto