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sociedad - VIERNES, 15 DE JULIO DE 2011


Marisa y José. fidel raso.

Reportaje / UN RINCÓN DE ‘TODA LA VIDA’
 

La peluquería, el refugio del arte

José y Marisa han llevado la creatividad a cada peinado que han elaborado en sus más de cincuenta años al frente de la peluquería ‘Josman’
 

CEUTA
Virginia Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Con sólo quince años, José comenzó en el oficio de peluquero en Villajovita. Tenía vocación por el arte, le hubiera gustado ser pintor o escultor, pero lo que tenía más cerca era la peluquería, que vino a sustituir “esa ansiedad de arte” que José sentía. Poco más de dos años después, Marisa también optó por encaminar sus pasos a este oficio, que además le llevó a encontrar a su marido, y comenzó a trabajar en la misma peluquería que José, que se había trasladado a Puertas del Carmen. Por aquel entonces, ella solo tenía doce años y él diecisiete. Hoy, más de cincuenta años después siguen juntos, y es que nunca se han separado. José y Marisa, los dueños de la peluquería ‘Josman’, han compartido trabajo y familia a lo largo de medio siglo y hace sólo unos días decidieron echar el cierre a su negocio. “Hasta aquí hemos llegado”, sentencia Marisa que añade: “habríamos podido continuar pero, después de 50 años, vamos a darnos nuestro margen de vida”.

Al preguntarles si es posible que un peluquero cree una obra de arte, ninguno duda en afirmar que sí. “La peluquería es arte, y a parte están las técnicas que se aprenden después. Al principio es el instinto artístico el que te guía”, explica José, que ha participado en demostraciones de peluquería en Estados Unidos o Francia.

Ellos empezaron en la década de los 60, cuando empezaron a llegar los clientes de Marruecos y “Ceuta empezó a vivir”. Después, en la década de los 70 y los 80, los recogidos permitieron tanto a José como Marisa dar rienda suelta a su creatividad. “Fue una buena época, en la que se llevaban los moños recargados”, cuenta este matrimonio.

Las anécdotas han sido de todo tipo a lo largo de estos años, tanto que es difícil poder acordarse de todas. Marisa y José, recuerdan cuando las personas que tenían que hacer cola de pie, porque había demasiados clientes o de la vez que entró un “ratoncillo” a visitarles alarmando a todas las señoras del local, que acabaron encima de la silla. “Hemos podido peinar a gente muy famosa, cuando hemos trabajado en la televisión”, contaba Marisa que recordaba cuando peinó entre otros, a José María Aznar o Dolores Abril.

Durante sus años de trabajo, “nunca ha faltado la alegría en la peluquería”, que también se ha convertido por momentos en gabinete de psicología. “Hemos sido psicólogos de las clientas, porque algunas no han ido a arreglarse, han ido a desfogarse”, confiesa José, a lo que añade: “Lo que nunca hemos permitido es que criticarán a nadie, si una persona empezaba a hablar de alguien le decíamos que era familia”. Tal vez por eso, se han ganado el cariño y el respeto de sus clientes: “Tenemos personas que han estado con nosotros toda nuestra vida laboral”. Especialmente por ellos, a esta pareja le ha resultado muy díficil echar el cierre. “No sabíamos como decirles a los clientes que íbamos a cerrar”, reconoce Marisa. Ayer, muchos de ellos quisieron participar en el homenaje que organizaron los hijos de la pareja en el Parador ‘La Muralla’. Allí se reunieron a las 21.00 horas, clientes y amigos, para arropar a José y Marisa en su despedida.
 

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