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OPINIÓN - SÁBADO, 16 DE JULIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Presunta corrupción en la Federación ceutí:
¿Y cuando interviene la Fiscalía?


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Durísimas acusaciones las realizadas a través de este diario por el árbitro Mehdi imputando al Comité de Árbitros y a la Federación la comisión de una serie de ilícitos penales de trascendencia tal que no dudamos en barruntar la actuación de la Fiscalía y la lógica incoación de unas Diligencias de Investigación con la participación bien de la Policía Judicial bien de la Guardia Civil ya que a uno de los dos cuerpos ha de remitirse la orden de inicio de las Diligencias Policiales o del Atestado. Se espera por lo tanto envío de nota de prensa o comparecencia porque en este tipo de acciones penales se procede de oficio o a instancia de parte indistintamente.

Y ahora podrían preguntarme sobre los artículos aplicables a los hechos denunciado públicamente por el árbitro Mehdi , en este caso me dirigiría al artículo 422 del Código Penal “La autoridad o funcionario público que, en provecho propio o de un tercero, admitiera, por sí o por persona interpuesta, dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su cargo o función incurrirá en la pena de prisión de seis meses a un año y suspensión de empleo y cargo público de uno a tres años” este artículo hay que relacionarlo con el 423 “Lo dispuesto en los artículos precedentes será igualmente aplicable a los jurados, árbitros, peritos, administradores e interventores designados judicialmente o cualesquiera personas que participen en el ejercicio de la función pública”. Más claro el agua, pero aún hay más porque podemos dirigirnos a la Sección 4ª del Código Penal y dentro de ella al artículo 286 bis 1. “Quien por sí o por persona interpuesta prometa, ofrezca o conceda a directivos, administradores, empleados o colaboradores de una empresa mercantil o de una sociedad, asociación, fundación u organización un beneficio o ventaja de cualquier naturaleza no justificados para que le favorezca a él o a un tercero frente a otros, incumpliendo sus obligaciones en la adquisición o venta de mercancías o en la contratación de servicios profesionales, será castigado con la pena de prisión de seis meses a cuatro años, inhabilitación especial para el ejercicio de industria o comercio por tiempo de uno a seis años y multa del tanto al triplo del valor del beneficio o ventaja” Este número del artículo hay que ponerlo en relación con el número 4 del mismo “Lo dispuesto en este artículo será aplicable, en sus respectivos casos, a los directivos, administradores, empleados o colaboradores de una entidad deportiva, cualquiera que sea la forma jurídica de ésta, así como a los deportistas, árbitros o jueces, respecto de aquellas conductas que tengan por finalidad predeterminar o alterar de manera deliberada y fraudulenta el resultado de una prueba, encuentro o competición deportiva profesionales”. Por cierto, el artículo 287.2 aclara que “No será precisa la denuncia exigida en el apartado anterior cuando la comisión del delito afecte a los intereses generales o a una pluralidad de personas” .

¿Y se puede deducir de las acusaciones de Mehdi la existencia del “delito continuado del artículo 74.1? Veamos “No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, el que, en ejecución de un plan preconcebido o aprovechando idéntica ocasión, realice una pluralidad de acciones u omisiones que ofendan a uno o varios sujetos e infrinjan el mismo precepto penal o preceptos de igual o semejante naturaleza, será castigado como autor de un delito o falta continuados con la pena señalada para la infracción más grave, que se impondrá en su mitad superior, pudiendo llegar hasta la mitad inferior de la pena superior en grado”.

Jurídicamente los hechos denunciados por el árbitro Mehdi en una especie de expiatorio ejercicio de “arrepentimiento espontáneo” tienen la bastante relevancia penal como para motivar la inmediata apertura de una investigación para que Mehdi sea oído en declaración con objeto de ratificar, matizar o ampliar su denuncia inicial y a partir de sus manifestaciones que vayan siendo citados en calidad de imputados o de testigos todos aquellos que pudieren ser partícipes o tener una relación directa o indirecta con los hechos punibles de manera que se delimiten las responsabilidades de cada cual. Y lo que es más importante caso de ser cierto lo denunciado y poderse comprobar, impedir el pésimo ejemplo de corruptelas que presuntamente se está dando a los jóvenes deportistas que, si han llegado a ser conocedores de las prácticas denunciadas y de la impunidad de la que han gozado hasta ahora sus autores materiales y sus cómplices y encubridores, tienen que haber forjado la opinión de que, el mundo del fútbol carece de la limpieza y de los valores que se le supone al deporte. El ejemplo no puede ser más nocivo y si todo lo denunciado es auténtico, los daños morales causados a los jóvenes deportistas pueden ser irreparables.

Pero la pregunta clave es ¿Quien dará el primer paso en la incoación de las Diligencias? ¿Fiscalía, Policía Judicial o Guardia Civil? ¿O tal vez cualquier ciudadano que, con el ejemplar de El Pueblo de Ceuta en la mano acuda a comisaría cumpliendo los dictámenes de la ley cuando exige a cualquiera que conozca de la existencia de un delito, la obligación de denunciarlo?
 

Márquez, Carracao y Cucurull ¡Medallas para todos!


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

La obligación de los políticos es trabajar por el bien común y ser eficaces gestores de los intereses de la ciudadanía que les ha otorgado, con sus sufragios, una serie de privilegios pero también una pesada carga de deberes. Lo uno por lo otro.

Así cuando interviene el “factor humano”, es decir, la cara “humana” del político que representa el reverso-no-tenebroso de su faceta de servidor de la “res publica”, en normal que el individuo sienta la lógica autocomplacencia ante un buen logro o ante un trabajo bien hecho y que proclame las virtudes de su gestión por sentirse merecedor de “la medalla” siempre considerada en un sentido hipotético, pero la aspiración común es “ser condecorados”, que se reconozcan los méritos y que este reconocimiento sea de alguna manera público, que trascienda. ¿Sublimación del “ego”? ¿”Vanidad de vanidades todo vanidad” que dirían los clásicos latinos? No. Simplemente el deseo de “recompensa” que es intrínseco a la naturaleza humana por el primigenio mecanismo “acción-reacción”.

Y dentro de esta dinámica es un comportamiento natural por parte de nuestros representantes políticos el que deseen que sus méritos sean valorados y considerados por los electores y me refiero concretamente a las labores de “fontanero” del líder de la oposición ceutí José Antonio Carracao cuyas eficaces gestiones en los dos meses que llevamos de legislatura nadie puede discutir, es decir, que no se le puede escamotear “la medalla” sino imponérsela con todos los honores y diploma conmemorativo especialmente diseñado para el evento. Pero esto no conlleva ni disculpa el que el socialista reste méritos y discuta los logros de nuestros parlamentarios Francisco Márquez y Cucurull que han venido trabajando día tras día y lo siguen haciendo en defensa de los intereses de Ceuta y cuyas funciones benefician por igual a “todos” los ceutíes, incluidos los votantes del PSOE y al propio Carracao. ¿Se les va a disputar a nuestros parlamentarios sus merecidas condecoraciones? Sería injusto y también es reprochable que el socialista se esté envaneciendo hasta el punto de que pone en duda, decreta la cuarentena y llega a menospreciar los logros ajenos de una manera totalmente injusta y bastante ilógica. El sentido de la “honrilla” es consustancial a la persona a quien siempre apetece y motiva el verse ensalzada en los momentos de triunfo y no demasiado vapuleada en las derrotas, pero reconocer los méritos propios y rechazar los ajenos no es una postura generosa. Nadie puede ni debe olvidar y menos aún obviar el denodado trabajo de nuestros parlamentarios defendiendo el delicado asunto de las bonificaciones de la seguridad social, ni se puede mantener una postura indiferente ante la labor infatigable que como diputado ha venido realizando Francisco Márquez a quien jamás nadie, de ninguna tendencia política, puede discutir dos cosas: ni su adicción por el trabajo ni su capacidad de estudio y análisis de todos y cada uno de los asuntos que pasan por sus expertas manos.

¿Tecnócrata? Evidentemente, nadie como él para temas de economía política y análisis financieros, porque si bien es cierto que “las revoluciones las ganan los poetas” en la situación de crisis que padecemos esas revoluciones las ganan los grandes economistas, los técnicos más expertos y los mejores gestores del mundo de las finanzas.

¿Es que no merece Paco Márquez no una medalla, sino un medallón con banda y flor natural? Conseguir logros y que los reconozcan es gratificante, porque en ese reconocimiento hay generosidad y gratitud explícita. Paco Márquez, Carraco y Cucurull ¡Medallas para todos!
 

El Acuerdo Bilateral entre España y el Reino de Marruecos


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

En el marco de la cooperación instaurada entre el Reino de España y el Reino de Marruecos y los lazos históricos que unen a los dos pueblos y para responder a la preocupación común de coordinar los esfuerzos destinados a poner fin al flujo migratorio clandestino de extranjeros entre España y Marruecos las dos partes han acordado lo siguiente

Acuerdo Bilateral entre el Reino de España y el Reino de Marruecos relativo a la circulación de personas, el tránsito y la readmisión de extranjeros entrados ilegalmente, firmado en Madrid el 13 de febrero del año 1.992 (BOE nº 100/1992 de 25 de abril de 1992)

Articulo 1º.- Las Autoridades fronterizas del Estado requerido readmitirán en su territorio a petición formal de las Autoridades fronterizas del Estado requirente a los nacionales de países terceros que hubieren entrado ilegalmente en el territorio de este último procedentes del Estado requerido.

Los Tratados están para cumplirlos, máxime cuando se firman entre países relevantes y considerados “serios” en el plano internacional. Ahí está el texto del Acuerdo Bilateral suscrito por España y Marruecos. Y también la evidencia de que no se cumple y por lo tanto se vulnera. La simple aplicación de este acuerdo supondría para Ceuta en particular y para España en general la inexistencia de la presión migratoria africana y el hecho de que esta ciudad tenga que sufrir sus consecuencias y el más hecho que con el dinero de los españoles se tenga que financiar la estancia de extranjeros irregulares en nuestro territorio. No existe ningún país de la Unión Europea capaz de absorver toda la pobreza del África subsahariana, en Francia las leyes de extranjería de Sarkozy son muy claras y de forma regular y automática se repatría a los ilegales. También es evidente que si Ceuta fuera francesa en lugar de española el problema migratorio no existiría porque el Presidente Galo es de los que “hace cumplir” cualquier tipo de acuerdo. Desafortunadamente el contar con la Ley de Extranjería más débil de Europa no ayuda a solucionar un problema que en otros países europeos tendrían otra respuesta y no me refiero a Suiza donde la inmigración ilegal es un delito castigado con prisión.No obstante, aun constándonos que de aquí a un par de años las Leyes de Extranjería habrán sido ampliamente reformadas y adaptadas a las de otros países de la UE mucho más rigurosos, el problema de la avalancha de inmigrantes africanos que buscan en Ceuta un paso hacia Europa es cada vez más acuciante y sobrepasa la capacidad de acogida de la ciudad. También somos conscientes de que el Gobierno de España, totalmente debilitado y dando sus últimos estertores, ni tiene cabeza, ni tiene intención política de emprender una ofensiva diplomática para exigir el cumplimiento del Acuerdo Bilateral de 1992, si antes no lo ha hecho, por falta de voluntad o por desinterés no va a realizar una exhibición de artes diplomáticas en lo poco que le queda.

Además esta circunstancia y el hecho de que en Marruecos se encuentren cientos de inmigrantes ilegales dispuestos a entrar en Ceuta o en Melilla incluso por la fuerza, no es ya un problema nacional español, sino algo que atañe y repercute en toda Europa y es en Bruselas donde se ha de exponer la cuestión y refrescar a los miembros del Parlamento Europeo la existencia del Acuerdo Bilateral y que sea Bruselas quien actúe y cumpla con sus obligaciones y competencias. De hecho, cuando Sarkozy expulsó amablemente de Francia o mejor dicho repatrió a los rumanos que se habían asentado en su territorio para vivir de la mendicidad, el asunto se trató en Bruselas, el Gobierno de Rumanía protestó porque le indignaba profundamente el que les repatriaran a sus indigentes, pero Sarkozy que acostumbra a estar bastante blindado ante críticas y apercibimientos, contraatacó emplazando a Rumanía a mostrar las cuentas del dinero que ese país ha recibido de la UE para la integración de los gitanos rumanos. Rumanía no contestó ni volvió a quejarse no le fueran a hacer devolver las ayudas y subvenciones. Pero toda la polémica pasó por Bruselas.

Y es allí donde debería acudir el Presidente Juan Vivas y junto a los eurodiputados del Partido Popular exponer la situación que estamos viviendo y exponer así mismo con todo lujo de detalles más la publicación en el BOE de 25 de abril de 1992 la existencia de un Tratado capaz de controlar eficazmente la entrada de ilegales en Europa por la frontera sur, porque el artículo 1º del Acuerdo de 13 de febrero de 1992 es taxativo y obliga a Marruecos a readmitir a todos los extranjeros de terceros países que hayan accedido ilegalmente a España desde su territorio. Lo firmado, firmado está y ni hay marcha atrás ni hay vuelta de hoja y aunque estemos sometidos a unos gobernantes que nos tienen a todos los españoles como a sus enemigos y exista la sensación de que no nos están gobernando sino “represaliando” siempre queda el Parlamento Europeo, Estrasburgo existe (la Malaya dixit). Y también La Haya. Y Paracuellos del Jarama. Y Santiago Carrillo. Pero, crímenes de guerra aparte, la existencia de este Acuerdo y su sistemático incumplimiento es un asunto de trascendencia más que sobrada como para acudir a pedir la intervención de Europa ante el Reino de Marruecos y que lo firmado se cumpla.

Las leyes nos amparan, Bélgica está muy cerca y Juan Vivas tiene ahí la ocasión de volver a mostrar su calidad como hombre de Estado. Al Gobierno de ZP ni nombrarlo ¿Para qué?
 

Respuesta a una crítica


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Es sabido que “toda persona tiene derecho a la defensa” pero a parte de esta afirmación nada puedo responder a la carta remitida por el señor Ahsissene en respuesta al artículo en el que relaté mi asistencia como abogado a las declaraciones de las dos personas acusadas de haber dado muerte a un joven tetuaní. Lógicamente tanto los inspectores de la Policía como yo misma escuchamos una sola versión de los hechos. Por mi parte ignoro la versión de la familia y de los amigos del fallecido y mucho me ha extrañado que el abogado de su familia no haya contactado aún conmigo a efectos profesionales. Y más me extraña aún que no haya llegado Comisión Rogatoria alguna de la Policía Marroquí, pero a la desdichada madre del joven descansado solo puedo decirle que hasta ahora he creído la historia de mis defendidos porque carezco de otras referencias, pero también que como madre de dos hijos y pese a que toda persona tiene derecho a ser defendida, si en algún momento tengo la certeza de que no se me ha dicho la verdad y que no ha existido una legítima defensa, mi obligación moral y ética sería renunciar al asunto. Cierto es que compadezco a las madres de los jóvenes de Ceuta, pero me duele infinitamente la madre del joven fallecido porque sé que no hay un dolor más grande que ir contra las propias leyes de la naturaleza y sobrevivir a un hijo. Dicen los psicoterapeutas que cualquier duelo se supera y hasta dan la fecha de tres años, pero excluyen el duelo por la muerte de un hijo porque ese no se supera jamás.

También hay que resaltar que no encontramos ante un caso de Derecho Internacional y que la competencia es de la Audiencia Nacional caso de solicitarse una extradición, pero esto es independiente del hecho de que, el abogado de la familia debería haberse desplazado para tener información por parte de la Policía Judicial de Ceuta de las declaraciones y manifestaciones de quienes aparecen implicados en este terrible asunto que tanto sufrimiento está causando a las madres. Porque si ninguna madre “merece” tener a un hijo muerto ni jamás puede estar ni estará preparada para sobrellevar tamaño dolor, ninguna madre está tampoco preparada para vivir con la pena de pensar que su hijo puede tener las manos manchadas con la sangre de un inocente.

Mi más profunda convicción es la de que se hará justicia y que tras las investigaciones oportunas los Jueces calificarán los hechos y formularán la acusación que sea procedente. Hasta ese momento mis oraciones serán para que Dios permita conocer la verdad.
 

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