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melilla - LUNES, 18 DE JULIO DE 2011


socorrista de melilla. melilla.

playas
 

El verano “quema bastante” a las personas que trabajan bajo el sol

Socorristas, camareros y tenderos curran
mientras los melillenses disfrutan de la playa. Unos porque llevan haciéndolo años y otros por ser una oportunidad para ganar un dinero extra
 

MELILLA
Rosario López

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Las playas de Melilla pueden llegar a recibir hasta 10.000 personas en un sólo día. Familias enteras, parejas, amigos y todos los melillenses, en general, aprovechan el verano para tostarse al sol. Pero, mientras unos descansan, otros trabajan para que todo esté a punto. Camareros en los chiringuitos, hamaqueros, tenderos en los quioscos del Paseo Marítimo y socorristas que dejan claro que “lo importante es tener muchas ganas de trabajar, porque el verano quema bastante”, tanto que “en mi día libre lo que menos se me ocurre es ir a la playa”.

Javier Montoya es socorrista. Empezó a trabajar en esto hace ocho años, lo dejó y volvió. Y ayer trabajaba en la playa de los Cárabos junto a su compañero Antonio Isla, desde las 11 de la mañana hasta las 20 horas, “ininterrumpidamente”. ¿Cómo es pasar el verano aquí? “Se lleva lo mejor que se puede. Yo personalmente prefiero estar aquí a estar en una oficina en verano, son dos meses y medio bastante amenos con los compañeros”, aseguró Montoya, quien acaba de aprobar las oposiciones para policía. Como él, hay otros que son estudiantes o que tienen otra labor a lo largo del año.

Formación

Para formarse realizaron un curso de técnico en salvamento y socorrismo, donde “te enseñan varias técnicas, primeros auxilios, técnicas de rescate”, además de hacer “bastantes entrenamientos en mar”, así como en piscina. Todo ello le sirve para hacer frente a posibles incidentes, aunque, por suerte, ha tenido que lamentar pocas víctimas y ninguna este año, aunque sí “hemos hecho varios rescates” en lo que va de verano, sobre todo en “días como hoy”, dijo por ayer, “de levante”.

Alrededor de 32 personas trabajan en el servicio de socorrismo de la playa, siendo 18 las que suelen trabajar en un día, repartidas entre los Cárabos, San Lorenzo, Galápagos, Horcas Coloradas y Aguadú. Cuentan con un servicio de ambulancia y a cualquier “incidente menor, acudimos nosotros, hacemos el traslado a urgencia”, pero “si vemos que es un poco más grave, como una persona ahogada o infartada, se llama al 061”, explicó Javier Montoya, quien destacó que lo más importante es “tener muchas ganas de trabajar, porque el verano quema bastante”. Son muchos los jóvenes que, a través de este trabajo, “no dependen económicamente de la familia”, aunque “no te da para mucho más” que para tener “unas vacaciones, no para vivir el resto del año”.

“No hemos parado”

María y Naima trabajan en el chiringuito ‘Ilmes’ y ayer a las 11 de la mañana estaban preparándolo todo para poder abrir a las 12 horas, sin cerrar hasta la 1 de la mañana, en teoría, porque “no vamos a cerrar si hay gente”. Así, muchas noches “nos quedamos hasta las 2 ó las 2 y media” trabajando”. La hora “más floja” es por la tarde, sobre todo a las 17 o 16 horas, más aún entre semana.

Pero, con todo, María opina que no está afectando la crisis tanto en el sentido de que “desde que hemos empezado no hemos parado”, cosa que no ocurría el año pasado. “Estamos trabajando bastante bien” y son muchos los melillenses que echan el día entero en la playa, comiendo, así, en el chiringuito, la idea perfecta de vacaciones para muchos.

María lleva cuatro años trabajando mientras otros disfrutan y “lo llevo bien, no lo llevo mal”. Eso sí, “lo que menos se me ocurre en mi día libre es ir a la playa” confesó. Naima, en cambio, es el primer verano que trabaja en el chiringuito y “me compensa económicamente”, pues durante el resto del año ha estado desempleada, con lo cual, lo consideró una oportunidad para conseguir algo de dinero. Ella trabaja los fines de semana y aseguró que el local estaba “lleno” de gente que pide de todo, y muchos de ellos amantes de las coquinas y el pescado.

Pero, ¿saben esperar los clientes? “La gente suele venir a comer y lo quieren todo rápido”, respondió Naima, muchas veces sin percatarse de que las camareras no dan abasto y no pueden ir más rápido, aunque quieran.

Descenso de las ventas

Al chiringuito a comer y al quiosco a comprar cualquier capricho para el niño, ya sea un paquete de chucherías, un helado, o simplemente agua. En el Paseo Marítimo hay varios, algunos en los que, incluso, venden hasta pollos asados. Malik Laarbi lleva cinco años trabajando en esto y explicó que cada año es diferente y que éste él, personalmente, había notado un descenso de las ventas, al menos en lo que lleva de verano, esperando que la tónica cambie.

Mientras ellos trabajaban, muchos eran los melillenses que pasaron ayer su día libre en la playa leyendo, jugando a las palas, comiendo, bebiendo, bañándose, tomando el sol o descansando sin más. Hoy lo harán otros tantos. Socorristas, hamaqueros, camareros y quiosqueros seguirán trabajando.
 

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