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					La selección masculina de waterpolo no pudo subirse al 
					podium en el Mundial de Shanhgái, después de colgarse el 
					bronce en Melbourne’07 y la plata en Roma’09 donde perdió la 
					final contra Serbia en los lanzamientos de penaltis. Los 
					serbios ‘entregaron’ en China el oro a Italia, verdugo de 
					los españoles en los cuartos de final y campeona del mundo 
					casi dos décadas después.  
					 
					El equipo de Rafa Aguilar pagó en Shanghái su irregularidad 
					y el hecho de acabar tercero de su grupo por detrás de 
					Hungría y Montenegro. El jugador franquicia de España, 
					Guillermo Molina, no ofreció su mejor versión después de una 
					temporada atípica en la que sólo jugó la Euroliga con el Pro 
					Recco. Guillermo llegaba en teoría muy descansado al 
					Mundial, pero se le vio carente de ritmo competitivo y sin 
					acierto en su lanzamiento exterior. Rafa Aguilar valora que 
					“ha sido un Mundial difícil, con unos cuartos muy duros ante 
					Italia, que venía de ser primera y nosotros terceros de 
					nuestro grupo. Ahí se esfumaron nuestras esperanzas. Además, 
					tuvimos unos octavos diabólicos ante Australia, con mucha 
					intensidad y fatiga. Hemos acabado con dos victorias de 
					calidad ante Montenegro y Estados Unidos”. Lo mejor de 
					España fue su capacidad de reacción tras quedarse fuera de 
					la pelea por las medallas y de los Juegos Olímpicos, no se 
					dejó ir y terminó quinta tras superar a montenegrinos y 
					americanos. Molina y sus compañeros deberán ganarse el 
					billete para los Juegos de Londres’12 en el Preolímpico. El 
					equipo femenino sólo fue undécimo, pero sus expectativas no 
					eran tan altas. Miki Oca entiende que “tenemos mucho 
					recorrido por delante, sobre todo si somos capaces de 
					mejorar la condición física de las jugadoras jóvenes”. 
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